Minutos después de las 23, el Senado de la Nación le dio sanción definitiva al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, a través del cual Argentina no solamente convalida una estafa y deuda odiosa e ilegítima, sino que además coloca al país en un nuevo ciclo de endeudamiento por más de diez años, a la vez que será bajo la supervisión técnica y política del Fondo. Así la soberanía, queda por el suelo.
Al igual que lo sucedido la semana pasada en diputados, el bloque del Frente de Todos volvió a dividirse, entre una mayoría que votó a favor, y otra parte que lo hizo en contra o absteniéndose, más a tono con la posición de la presidenta del Senado Cristina Kirchner.
Si en la sesión en diputados, Máximo Kichner se ausentó y solo bajó al final a votar, en el Senado su madre Cristina Fernández de Kirchner, jefa política del kirchnerismo hizo lo opuesto; cumplió las formas y dio inicio a la sesión, y tras media hora y pocas intervenciones se retiró de la misma.
Más allá de las formas diferentes, lo que tiene de igual el accionar de la dirigencia kirchnerista, es que han dejado pasar este acuerdo sin obstaculizarlo en lo más mínimo. Ya lo habían garantizado en diputados yéndose de las comisiones para facilitar el trabajo del sector afín a Alberto Fernández y ahora en el Senado hicieron lo propio sin levantar la voz contra el acuerdo y tan solo expresando su desacuerdo a la hora de votar, cuando además ya se sabía que los votos a favor eran clara mayoría.
A esto hay que sumarle que durante estos meses de debate sobre el acuerdo, todo el peso social y sindical del kirchnerismo estuvo completamente inmóvil y fuera de la calle, convirtiendo su oposición a este acuerdo, en solo palabras. No es casual, no olvidemos que si bien las diferencias que tienen con el albertismo son muy evidentes y atraviesan una fuerte crisis, en el fondo el sector encabezado por CFK también quería acordar con el FMI, pero con algunos cambios. Nada más que eso. Lo que sí es muy evidente, y la retirada de CFK del Senado lo ratifica y profundiza, es la crisis interna del Frente de Todos que tuvo estos días nuevas escenas y un nuevo documento ahora de senadores criticando a su propio gobierno por el acuerdo. Más la confirmación de que el presidente y la vice ya ni se hablan. O como reconoció Cerruti en conferencia de prensa, la vice no le contestó al presidente ante su llamado por los incidentes en el Congreso.
Por su parte la oposición de Juntos por el Cambio votó casi en un 100% a favor del acuerdo con el Fondo (solo 1 abstención). Al igual que en diputados se alinearon a los pedidos del Fondo y del stablishment, demostrando una vez más, su rol al servicio de la estrategia de EEUU y el Fondo para la región, y su disposición a trabajar para las grandes corporaciones y el poder financiero. Votaron además a favor, con la alegría que así se convalida la deuda de Macri y su millonaria estafa, a quien salvan de lo que debería ser una investigación y castigo. Ese salvataje, lo facilitó el gobierno al asumir al deuda macrista, que, supuestamente, venían a denunciar. Una estafa también a sus votantes.
En la calle, el FIT Unidad y sectores en lucha
Otra vez, el Frente de Izquierda Unidad fue la única fuerza política que estuvo consecuentemente en las calles, enfrentando el acuerdo de entrega con el FMI. Vilma Ripoll, dirigente del MST-FITU expresó desde el acto en las puertas de un Congreso vallado: «Las luchas sociales están creciendo y ya preparamos una masiva movilización para este 24 de Marzo a Plaza de Mayo, contra el acuerdo del gobierno, Juntos por el Cambio y el FMI».
