sábado, 5 octubre 2024 - 07:18

El primero de la democracia. A 34 años de la desaparición de Andrés Núñez

La madrugada del 28 de septiembre de 1990, Andrés Núñez, un trabajador de 32 años, fue secuestrado, torturado y asesinado por una patota de la Policía Bonaerense en La Plata. Este crimen, que se ha convertido en la confirmación de la continuidad del aparato represivo y grupos de tareas de la dictadura bajo democracia, sigue resonando en la memoria colectiva y en la lucha por los derechos humanos.

Un Crimen Impune

Andrés Núñez fue secuestrado en su hogar en Villa Elvira por efectivos de la Brigada de Investigaciones de La Plata. Tras ser brutalmente torturado, su cuerpo fue descuartizado e incinerado. Su compañera, Mirna Gómez, ha liderado una incansable lucha por verdad y justicia, enfrentándose a un sistema judicial que ha brindado enormes ventajas a los responsables, permitiéndoles a varios de ellos la fuga o la impunidad biológica, o sea que llegara la muerte natural sin condena.

Avances y retrocesos

A lo largo de los años, algunos de los responsables han sido condenados, pero la impunidad persiste. En 2010, el expolicía Jorge Alfredo González fue condenado tras estar casi veinte años prófugo. Sin embargo, en mayo de este año, la jueza de ejecución Laura Lazaga autorizó “salidas transitorias” para González, una medida que fue frenada temporalmente gracias a la presión de Mirna y organizaciones solidarias.

En abril de 2017, el excomisario Luis Raúl Ponce fue condenado a reclusión perpetua por su participación en el secuestro y asesinato de Núñez. Ponce había estado 22 años prófugo antes de ser capturado en la Patagonia en 2012.

Recientemente, la Sala II de la Cámara de Apelación y Garantía en lo Penal de La Plata fijó la fecha para un nuevo juicio contra los expolicías César Carrizo y Carlos Veiga, acusados de “omisión de impedir tormentos” y “falsificación de documento público” el primero, y de “allanamiento ilegal” y “privación ilegal de la libertad calificada reiterada” el segundo.

Un quinto policía, identificado como Pedro Costilla, “habría fallecido, pero aún no fue certificada esa circunstancia en el expediente”.

También te puede interesar: Entrevista a Mirna Gómez, viuda de Andrés Núñez.

Otras Desapariciones en democracia en la Provincia de Buenos Aires 

La desaparición de Andrés fue la primera bajo la democracia en territorio bonaerense, pero no la última. A continuación mencionamos los casos más emblemáticos:

Miguel Bru: Desaparecido en 1993 en La Plata. Miguel era un estudiante de periodismo de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) que fue detenido y torturado por la policía. Su cuerpo nunca fue encontrado, pero varios policías fueron condenados por su desaparición. 

Jorge Julio López: Desaparecido el 18 de septiembre de 2006 en La Plata. Fue un testigo clave para conseguir la condena a perpetua de Miguel Etchecolatz. No hay imputados por este crimen.

Luciano Arruga: Desaparecido en 2009 en Lomas del Mirador. Luciano fue detenido por la policía y su cuerpo fue encontrado cinco años después enterrado como NN en el Cementerio de la Chacarita. 

Facundo Astudillo Castro: Desaparecido en 2020 en Bahía Blanca. Facundo fue visto por última vez en un control policial. Su cuerpo fue encontrado meses después en un cangrejal. La investigación sigue en curso.

Homenaje

En conmemoración del 34º aniversario de su desaparición, se ha organizado una jornada cultural para el día 6 de octubre desde las 11 horas en la plaza de calles 118 y 78, donde familiares de víctimas de la represión estatal compartirán sus testimonios y las y los participantes renovaremos nuestro compromiso con la búsqueda de justicia.

La lucha continúa

Como el lector/a podrá observar en este portal, el caso de Andrés Núñez fue el primero de muchos similares. Quizás fue el recordatorio más temprano que tuvo el pueblo argentino sobre el carácter de la democracia conquistada tras la caída de la dictadura cívico-militar-eclesiástica, sobre la necesidad de pelear de forma permanente contra las “instituciones de la democracia” que le dieron cobijo a los impunes y que perpetúan su accionar criminal, y, sobre todo, de la necesidad de transformar de raíz la sociedad para barrer de una vez por todas la división de clases sociales que sustenta la existencia de la represión capitalista.

En tiempos de liberfachos en el poder, se revitaliza la pelea por la memoria, verdad y justicia; por desmantelar todo el aparato represivo y de inteligencia heredados de la dictadura; por la apertura de los archivos, la pelea contra las domiciliarias de los genocidas y represores, entre otras. Sigamos peleando con la entereza que los sigue haciendo Mirna Gómez que venceremos.

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