La violencia patriarcal no cesa, en medio de un contexto político donde las acciones del gobierno de Milei van en contra de la clase trabajadora con la aprobación de la Ley Bases y la brutal represión por parte de Bullrich, también continúa el ataque hacia las mujeres y las disidencias. Esto se expresa en el cierre de la Subsecretaría de Protección Contra la Violencia de Género que contemplaba por ejemplo la línea 144 que brindaba asistencia a las víctimas, también se recrudecen los discursos de odio, y en este marco es que en la ciudad de Paraná acontecieron dos femicidios en menos de una semana.
El caso conocido el viernes 7 de junio fue el de Brenda Albarenga de 33 años, su ex pareja Alan Domínguez de 28 años la estranguló, un vecino quiso auxiliarla y la llevó al hospital San Roque, pero Brenda ya se encontraba sin vida. Es importante resaltar que Domínguez ya había sido denunciado por ella, incluso contaba con una orden de restricción que le prohibía acercarse. El femicida actualmente se encuentra con prisión preventiva y la familia de la víctima convoca a una movilización por justicia el día 24 de junio. Brenda era mamá de tres hijas.
Ese mismo viernes se comenzaba a difundir la imagen de una mujer desaparecida, se trataba de Susana Altamirano de 47 años. Sus dos hijos y sus familiares la buscaron incansablemente. Finalmente, su cuerpo fue encontrado por la policía este miércoles 12 en la Ruta 131 que conecta la ciudad de Crespo y Villa Libertador San Martín. El hecho continúa siendo investigado y hay un detenido por el femicidio, se trataría de Miguel Pellegrini.
Estos casos aberrantes son una clara muestra de la insuficiencia en políticas de prevención de la violencia género por parte del gobierno nacional, provincial y municipal. En consonancia con estos hechos, organizaciones feministas presentaron un petitorio de audiencia a la ministra de desarrollo humano Verónica Berisso. Lo que se reclama es saber cuáles son las herramientas que el gobierno provincial implementa en prevención, atención y acompañamiento hacia las personas que se encuentran en situación de violencia de género. El pedido fue pensado antes de los feminicidios y estos hechos muestran que el Estado no acompañó a las víctimas ni actualmente se encuentra acompañando a las familias, es decir no brindan la asistencia necesaria.
Con este recorte de presupuesto se está fomentando a que haya más víctimas de la violencia patriarcal e institucional, lo cual es una clara muestra de que los gobiernos no tienen intenciones de solucionar esta problemática que nos lleva la vida de una mujer cada 31 horas, dejando a familias destruidas y sin el acompañamiento y la asistencia necesaria. La estrategia del gobierno nacional es reducir las cuestiones de género a una discusión ideológica demostrando nuevamente el cinismo y la crueldad con la que se manejan.
El movimiento feminista y disidente ha luchado incansablemente para que existan políticas en materia de violencia de género, las cuales llegaron de manera insuficiente y con poco presupuesto desde el Ministerio de Géneros y Diversidades durante el gobierno de Fernández. Actualmente lo que existía se redujo a cero, la aprobación de la Ley Bases demuestra que la única respuesta que va a dar Milei son los palos, la represión y la entrega del país. Es por esto que hay que redoblar los esfuerzos militantes y activistas para enterrar todo el plan de este gobierno y sus cómplices que solo buscan avanzar hacia la precarización de nuestras vidas, poniéndoles toda la plata a las grandes corporaciones.
Lo que hoy necesitamos es un presupuesto de emergencia en violencia de género y la intervención en estas políticas tiene que ser con una participación real de las organizaciones feministas, este sería un primer paso para avanzar hacia la prevención, pero solo con la movilización en las calles es que podremos comenzar a pensar la conquista de una vida libre de violencias, sin opresión capitalista y patriarcal.