miércoles, 24 abril 2024 - 16:48

Miguel de Cervantes. Un breve homenaje a 405 años de su muerte

“La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad, así como por la honra se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres”.

El autor del Quijote pone en la voz de su personaje una reflexión que hace a su propia existencia. Miguel de Cervantes Saavedra, nacido en septiembre de 1547 en la ciudad de Alcalá de Henares, tuvo una vida plagada de encierros y necesidades económicas que alimentarán su literatura.

La época que le toca transitar al autor es de cambios profundos. Los elementos de crecimiento económico producto la colonización de América, el impulso a la navegación por otros continentes como África, el comercio con Asia y las colonias reclamaban la necesidad de unificar y centralizar el poder de la península. Parte de ese movimiento había empezado a finales del siglo XV con la unificación de los reinados de Castilla y Aragón a partir del matrimonio de Isabel y Fernando, la expulsión de los moros de Granada para anexar ese territorio y la conquista del territorio americano. Será Felipe II quien perfeccione y consolide un Estado centralizado durante la última mitad del siglo XVI.

Sin embargo, el caudal de oro y plata que llegaba desde las “indias” iba a parar al lujo desmedido de la casta reinante, su corte y los administradores de la fe, mientras que el intercambio comercial dejaba a la retrasada estructura económica de España en desigual competencia con sus países vecinos. La población crecía, pero la demanda era resuelta con productos importados. Poco a poco las ciudades empezaron a poblarse de grupos numerosos de indigentes y marginales que no tenían manera de sobrevivir sino como mendigos, ladrones, estafadores.

Esta era la sociedad de la que Cervantes se sirvió para construir su obra, dotando a sus personajes de esas voces genuinas. La picaresca se plantea como género popular e identificatorio de esas masas libradas al azar mientras la corrupción de la burocracia monárquica dilapidaba las riquezas saqueadas de América y otras colonias.

La vida no es sueño

El joven escritor publica antes de los veinte años sus primeras poesías y viaja a Roma para estudiar el estilo y artes italianos, pero abandona momentáneamente la literatura e ingresa a los Tercios, el ejército del rey, para hacer la carrera militar. En la batalla de Lepanto contra los turcos es herido y pierde la mano, de ahí la referencia.

Fue apresado por los musulmanes y estuvo cinco años en Argel esperando el pago del rescate. Sobre estos episodios versan sus comedias Los tratos de Argel y Los baños de Argel, así como en el cuento del Cautivo, interpolado en la primera parte del Quijote.

Al regresar a España se casa y publica La Galatea. Pero las letras no daban de comer a su reciente familia, de manera que toma un puesto de comisario real de abastos para la Armada y la flota de Indias, como proveedor de alimentos, en Sevilla. En el marco de esta actividad es acusado de venta ilegal de trigo y es encarcelado. Hay varias hipótesis que afirman que es durante este período que escribe la primera parte de su obra El Quijote.

En 1606 Cervantes se asentó de manera permanente en Madrid, donde permaneció el resto de su vida.

Legado y trascendencia

Cervantes pertenece al llamado Siglo de oro de las letras hispanas. Autores como Calderón de la Barca, Lope de Vega, Quevedo, Tirso de Molina y él mismo crearon las obras que perdurarán hasta nuestros días.

El Quijote es considerada la primera novela moderna por su unidad, el héroe en su relación con el mundo, la multiplicidad de voces. En especial es un documento sobre la lengua popular, los dichos, los modismos.

Recaba por lo picaresco una galería de personajes afines a la realidad antes mencionada: una España decadente a manos de una casta parasitaria y miles de marginados intentando sobrevivir en una ciudad maloliente y sucia.

Hace unos años un escritor y editor español, Andrés Trapiello, “tradujo” al castellano actual todo el libro, porque más del setenta por ciento de la población peninsular no la leía por la “dificultosa” comprensión del vocabulario.

La lengua tiene esta particularidad, a medida que hacemos uso de ella la transformamos, y los “organismos” disciplinares en la materia – como la RAE – son los que bajo su arbitrio deciden qué permanece, qué sale y qué ingresa. Una nota para el debate acerca del lenguaje inclusivo: si la sociedad se transforma, el lenguaje acompaña, pero es, – en definitiva – otra batalla lograr que no se censure.

Muchas frases de la obra las seguimos usando en lo cotidiano: “Ladran Sancho, señal que cabalgamos” una de las favoritas a la hora de debates y discusiones. La escena de los molinos de viento se convirtió rápidamente en ícono de las grandes empresas a las que el impulso puede más que el sentido común. Artistas plásticos multiplicaron la figura del caballero andante en retratos, esculturas, grafitis inclusive.

Miguel de Cervantes Saavedra, el padre del Quijote, falleció un 22 de abril de 1616.

Diana Thom

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