lunes, 14 octubre 2024 - 14:27

La cultura de la nostalgia. ¿Ningún artista actual es bueno?

La velocidad en la que se agotaron las entradas para el recital de la vuelta de Oasis, el impacto que generó el anuncio de la fecha de regreso de Los Piojos acá o las miles de remakes y secuelas de películas que salen todas las semanas en los cines nos invitan a preguntarnos: ¿Ya no hay nada para decir en el arte? ¿Acaso todo tiempo pasado fue mejor y lo mismo pasa con el arte?

Un primer mensaje desde esta nota entendemos la pasión que puede generar que una de tus bandas favoritas vuelva a tocar, y hasta lo hemos vivido, pero nos parece importante sentarnos parar la pelota y pensar el contexto y por que se da toda esta movida.

Un poco de historia de las industrias

Las industrias culturales como el cine o la música han tenido que modificarse producto del desarrollo tecnológico de manera acelerada durante este último tiempo. Es histórica la oda a la desaparición de las grandes discográficas que se hizo cerca del 2000 con la aparición de los cd copiados y la piratería en internet. La crisis fue tal que hubo un juicio histórico que la banda Metallica le hizo a Napster para recuperar sus regalías pérdidas, cuando es sabido que las bandas siempre vivieron más de los recitales que de el dinero obtenido por discos.

Las plataformas de streaming vinieron a garantizar la resurrección de las disqueras a través de no permitir, en un primer momento, la subida de material sin un sello discográfico detrás.

En la actualidad, si bien dejan subir música a artistas independientes no les monetizan las reproducciones hasta que pasen las mil anuales y en el mientras tanto ese dinero va a las grandes disqueras. Además, spotify se queda con el 30% del dinero de reproducciones, el otro 70 que se reparte en artistas 15% y disqueras 85% en la mayoría de los casos.

Por esta razón mencionada arriba es que cada vez hay más contratos leoninos intentando quedarse con el dinero de los derechos de autor, reproducción y hasta de imagen en algunos casos para garantizar la ganancia en un espacio muy dificil, casos como el de Pablo Londra, artista que pasó 5 años sin tocar para recuperar sus derechos y poder hacer un disco sin el acuerdo usurario que tenía con la disquera, abundan en un mundo cada vez más diversificado y  a la vez más sediento de ganancia.

Estrategias de la industria

Es que el crecimiento de la técnica en grabación y distribución ayudo a permitir abaratar costos a la industria pero debilitó su cuota de ganancia y a la vez que comenzaron a repartirla con las empresas de streaming.

A los contratos de sobre explotación de artistas nuevos, la burguesía vio en los festivales y los eventos en vivo el lugar de donde extraer la cuota de ganancia pérdida. Festivales como el Lollapalooza no pagan a muchos de los artistas qué tocan y se quedan con una cuota de sus derechos de SADAIC por el festival.

una anécdota interesante

Cuando se anunció la vuelta de Oasis, los fanáticos de otra banda inglesa con dos de sus músicos fuertemente enfrentados empezaron a pensar si volverían. Hablo de The Smiths, banda muy importante para la escena punk, emo y de rock alternativo. En un comunicado su cantante Morrissey dijo lo siguiente “En junio de 2024, AEG Leisure Group hizo una oferta lucrativa a Morrissey y Marr para realizar una gira mundial como ‘The Smiths’ durante 2025. Morrissey dijo que sí a la oferta; Marr la ignoró”

La nostalgia se vuelve un activo económico, los productores ven un negocio seguro en la vuelta de una banda con seguidores porque no tienen el riesgo de que el artista nuevo guste o hasta que el disco nuevo no guste. La banda en cuestión vuelve, hace una gira con sold out casi asegurado producto de la presión subjetiva de que puede ser la última vez, monto fijo a los artistas muchas veces y después quedándose con las ganancias por entradas y derechos.

La nostalgia no es revolucionaria

Desde este espacio celebramos que artistas vuelvan a tocar juntos por el deseo de reimpulsar un proyecto que quedó trunco para ellos y el disfrute de los seguidores que extrañaban verlos tocar.

A la vez, que consideramos importante analizar que hay detrás de situaciones como la de Oasis donde no solo es una cuestión de pasión sino de negocio lo que hay detrás.

El arte para poder ser necesita del hoy, de confrontar su creación con la realidad material, de donde nace, y por eso nos parece importante marcar que ante tanta mercantilización de la nostalgia, hoy más que nunca, tenemos que celebrar a quienes deciden impulsar su arte a pesar de esta realidad. Quienes contra todo pronóstico crean, graban y distribuyen su música, organizan los eventos donde la ejecutan, el famoso under, y no tanto, porque en Argentina gran parte de los músicos crea de esta manera.

Celebremos a quienes se plantan y rechazan a este gobierno de Milei y cantan en su contra.

En esta realidad violenta contra el arte nuestra tarea es crear una red cultural que desde su arte sea piedra en el zapato de los poderosos y palazo contra los que atacan a los jubilados.

Seamos La colectiva Red Cultural

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