sábado, 20 abril 2024 - 04:01

Fernández, Guzmán y los gobernadores. Entre ajustes y sarasa para cerrar con el Fondo

El gobierno logró reunir ayer a gobernadores oficialistas y a representantes de las gobernaciones de la oposición, con la excepción del alcalde porteño Rodríguez Larreta, para informarles sobre los términos de la negociación con el FMI. Tras un discurso con afirmaciones mentirosas, tales como que está desterrada la palabra ajuste o que no vamos a resignar el crecimiento, las explicaciones del gobierno dejaron entrever que, pese al tremendo ajuste y los buenos deberes realizados, el Fondo y los EEUU quieren aún más ajustes para cerrar un acuerdo. 

Finalmente el gobierno logró la presencia de gobernadores y representantes de 23 de los 24 distritos. Solo la Ciudad de Buenos Aires no envió un funcionario a la reunión. La foto de familia se frustró porque varios oficialistas participaron por zoom, lo que, sumado al faltazo con aviso de los gobernadores radicales, la impidió.  

Juntos por el Cambio protagonizó otro capítulo de su interna ante la negativa de Larreta de asistir a la reunión y las maniobras del jefe radical, el gobernador Morales, que luego de afirmar que los integrantes del gobierno de Cambiemos que contrajo la deuda con el FMI, al menos tenían que asistir a escuchar la propuesta del gobierno, negoció una reunión particular de los gobernadores y dirigentes parlamentarios de la coalición opositora. Compensó también mandando representantes de alto nivel de los distritos opositores a esta reunión. Los representantes del ala dura del PRO, como Iglesias y Wolf aprovecharon para pegarle. Patricia Bullrich aprovechó para despacharse contra los informes de Fernández y Guzmán

El Frente de Todos en cambio apareció más unido en esta ocasión, aunque muchos periodistas vieron la hilacha de la interna, cuando Axel despotricó demás contra los EEUU y Guzmán le corrigió que el acuerdo se daba en el marco de una relación de fuerzas desfavorable para la Argentina. A la hora de los bifes, más allá de los discursos, todos, los funcionarios albertistas y kirchneristas, los gobernadores oficialistas y opositores, están por cerrar con el Fondo.  

El único que dio un poco la nota, como para diferenciarse a medias, fue Rodríguez Saa, quien propuso en solitario una consulta popular. Una maniobra funcional de quienes no están dispuestos a enfrentar el acuerdo de la única manera efectiva, movilizando en las calles como lo hizo la izquierda el pasado 11D. 

Medias verdades y mentiras en la exposición del gobierno 

Luego de denunciar lo ruinoso para el país del crédito solicitado por Macri por U$S 45.000 millones, Guzmán durante 51 minutos, utilizando filminas convenientemente armadas, desarrolló una explicación coincidente con dos afirmaciones de Alberto: el acuerdo no significará un ajuste para los trabajadores y el pueblo argentino; y no se firmará un compromiso con el FMI que frene el crecimiento de la economía.  

Sobre el primer tema, el ministro de economía, señaló que en el “sendero fiscal” está la principal diferencia con los funcionarios del Fondo para cerrar un acuerdo. Aunque no precisó las cifras del desacuerdo, distintos analistas señalan que al 3,3% del déficit primario propuesto por el ministro en el proyecto frustrado de Presupuesto 2022, el FMI estaría exigiendo que no supere el 2,5%. Además, que la fecha de equilibrio fiscal, o sea en la que el déficit primario llegue a 0%, no sea el 2027 como plantea el ministro, sino mucho antes. 

Después del tremendo ajuste implementado por Guzmán durante el 2021 en las cuentas fiscales, no parecen tan alejadas las cifras, como pretende la oposición de derecha que critica que no se haga un ajuste mayor y se cierre de una vez el acuerdo. De esta manera le hacen también el juego a los dirigentes del Frente de Todos y su ministro, que hablaron de que hay que ponerse la camiseta de Argentina, cuando han pagado ya, miles de millones de dólares entre vencimientos de capital e intereses, del denunciado como fraudulento crédito Stand By contraído por Macri

En los distintos informes de estos días sobre las pretensiones del FMI, en particular de los representantes de EEUU en el organismo y los dichos de altos funcionarios como la Secretaria del Tesoro, Janet Yellen, o del Asesor de Seguridad Nacional, Yake Sullivan, está que el gobierno reduzca sus convenios económicos y políticos con China. Su gran competidor por los mercados mundiales, además piden que se cambie en forma sustancial la política internacional hacia los regímenes de Venezuela, Cuba y Nicaragua, alineándose más sólidamente con las posiciones de la política exterior norteamericana. 

El verso de un acuerdo con el Fondo sin ajuste 

Lo cierto es que Guzmán ha aplicado durante el 2021 un durísimo ajuste fiscal para achicar el déficit. Las cifras son conocidas: del 6,5% del PBI que representó el déficit del 2020, en el año de comienzo de la Pandemia, la cuarentena y restricciones, en el dibujo de Presupuesto 2021 aprobado se tenía como meta reducirlo al 4,5%; las cifras finales que terminarán de certificarse en estos días darán alrededor del 3%. De los cuales hasta noviembre de 2021 se habían ejecutado un 2,1% del déficit primario. Un ajustazo. 

En la primera carta de Cristina, después de la derrota de las PASO, se hacía eje en este ajuste como un factor central por el que el peronismo perdió una elección reduciendo su votación en números de retroceso histórico. Sin embargo, como muchos dobles discurso, el ministro que según el mentidero político discute sus planes frecuentemente con la vice, siguió ajustando y ajustando. El plan platita, más que platita fue una lágrima de gastos electorales focalizados y recién a fin de año, con una emisión de $ 400.000 millones, habría roto un poco el chanchito para pasar las fiestas sin sobresaltos y a medida que se iba quedando sin reservas líquidas.  

Ahora manifestando un cinismo a toda prueba, Guzmán habla de achique “virtuoso” del déficit fiscal, porque lo habría reducido sin bajar el gasto, sino con los recursos que le proveyó el repunte de la economía, por la mayor recaudación fiscal que aumentó en el 2021 un 65,9 %, una cifra que está por encima de la inflación interanual. A esto deberíamos sumar también los ingresos por el Aporte Solidario y los DEGs que llegaron al país, que usó para pagar vencimientos de deuda.  

Lo que no dice el ministro es que si bien no bajó nominalmente el gasto, aprovechó una inflación anual de más del 50% para licuar el valor de las jubilaciones y pensiones (que significan alrededor del 60% del gasto), de los salarios estatales, las asignaciones, la asistencia social y otras inversiones del Estado. Subejecutando partidas, bajando las transferencias a las provincias y manteniendo lo invertido en obra pública- pese a que aumentó con respecto al 2020- muy por debajo de los niveles de lo invertido en el 2017, en el gobierno de Macri.  

Según un informe reciente del IARAF (Instituto Argentino de Análisis Fiscal) el gobierno logró en 2021 reducir el gasto público en un 8% del PBI en relación al año 2017. Una reducción de $ 903.613.000.000 a la moneda actual. Los que más perdieron fueron las jubilaciones y pensiones (-17%), las pensiones no contributivas (-27%) y las prestaciones del PAMI (-22%). Los salarios estatales habrían perdido un 27% contra la inflación. El gasto de capital se redujo en un 35% por menor ritmo de la obra pública y reducción de las provincias. Los intereses de deuda se habrían reducido en un 21%, pero hay que aclarar, que lo hicieron tras un ruinoso acuerdo con los bonistas, a los que se le reconoció bonos devaluados a menos del 30% de su valor, a cifras cercanas a sus valores originales, estirando sus pagos en el tiempo. 

Lo único que subió en estos años de constante achique del gasto público, de acuerdo al estudio del IARAF, son los subsidios a la energía, que se financiaron con las reducciones del gasto que mencionamos. El informe también señala un importante aumento en el presupuesto de planes sociales con respecto a 2017, pero no menciona la reducción  del presupuesto del Ministerio de Desarrollo Social durante el último año de gestión de este gobierno, respecto al 2020. (1) 

Los datos son lapidarios y desmienten el sarasa del presidente y ministro. Si este enorme ajuste se hizo cuando no se ha cerrado aún con el FMI el acuerdo de Facilidades Extendidas, el achique del déficit proyectado, necesita no solo mantener la licuación de estos presupuesto sociales ante una inflación proyectada superior a la de 2021, sino liquidar los subsidios a la energía tal cual figuraba en el proyecto de Presupuesto 2022, tarifazos mediante, aunque Alberto los desmienta. 

En resumen el achique “virtuoso” del déficit se explica por un aumento impresionante de los niveles de pobreza e indigencia históricos, por una transferencia brutal de ingresos de los trabajadores y sectores populares para cumplir con los pagos de la deuda externa y mantener los enormes márgenes de ganancia de los grandes empresarios. 

Otro verso: el objetivo central de este gobierno es aumentar el nivel de los salarios 

Según el diagnóstico del ministro la economía argentina se encontraría en un momento virtuoso de crecimiento que estaría derramando sus beneficios sobre toda la población trabajadora y seguiremos creciendo, mejorando salarios y obteniendo los fondos necesarios para cumplir con el pago de la deuda al Fondo y a los acreedores privados. 

La realidad es que el crecimiento del 10% es un rebote que lleva a la economía a los niveles pre pandemia de 2019, cuando nuestro país atravesaba una fuerte recesión. El rebote no ha generado una recuperación del nivel salarial, que en el empleo formal lleva un atraso del 20% y es muy superior entre los trabajadores informales. Al contrario, los que han avanzado en detrimento de la parte que corresponde a los trabajadores del ingreso anual, son los empresarios. El empleo recuperado es en gran medida informal, precarizado y se mantienen cifras muy altas de desocupación. El “crecimiento” para el único lado que derrama es para el bolsillo de los grandes empresarios de la industria, el campo y las finanzas. 

El modelo económico: extractivismo al palo  

Parte del relato es que el modelo económico de crecimiento debe fortalecer la salud, la educación, la ciencia… Algo que contrasta con la disminución constante de estos presupuestos. Se señala el aliento a las empresas que exporten y generen divisas para fortalecer así las reservas, que calculan incrementar en unos U$S 4.000  millones por año. No proyectan más porque, según se sinceraron, los U$S 15.000 millones de superávit comercial actual (el saldo a favor entre exportaciones e importaciones), se fue a pagar deuda. 

Por eso el ministro Cafiero habla de aumentar de U$S 85.000 millones de dólares actuales a U$S 100.000 millones, el valor de las exportaciones. ¿Cómo lo harán? Con extractivismo al palo.  

Por eso se proponen dar todo tipo de incentivos a los empresarios agro exportadores (que ya se están llenando de plata) y meterle pata a toda la minería y extracción petrolera, desde Vaca Muerta, a la mega minería en la meseta chubutense (recientemente rechazada por una rebelión popular), a la explotación off shore contaminante de petróleo en el Mar Argentino. En una entrevista reciente en A24, el extractivista gobernador catamarqueño, Raúl Jalil, acaba de declarar que al país ingresan al año sólo U$S 3.900 millones  por las exportaciones mineras, contra U$S 19.000 millones que ingresan a Perú o U$S 42.000 millones que exporta Chile. 

¿Seguirá creciendo la economía con el acuerdo con el Fondo? 

Como Guzmán reconoció los acreedores quieren cobrar y si pretenden más ajuste para que los dólares disponibles vayan a pagar la deuda pueden generar un proceso recesivo y frenar la actual recuperación. La experiencia de Grecia, es que los banqueros internacionales quieren cobrar, el crecimiento de la economía local les importa poco.  

Hasta ahora ninguno de los reclamos argentinos, sobre los que el gobierno sigue haciendo bandera, que Fernández recordó en su introducción, como la reducción de sobre tasas, la extensión de los plazos de pago, la apertura del intercambio de DEGs para obtener otros créditos, ha sido tomado, más allá de alguna declaración de compromiso en el último G20, por las potencias que dominan el FMI, en especial EEUU. 

Mientras, al ajuste constante y los pagos de vencimiento de la deuda, ya están sumando la suba a mayor velocidad el dólar oficial para no gastar reservas en mantener la brecha cambiaria, aumentan las tasas de interés, achican la proyección de emisión monetaria, ordenan a las provincias no endeudarse en dólares, en línea con los objetivos, coincidentes según el ministro, de aumentar las reservas, “para mejorar la estabilidad económica” y juntar los dólares para pagar deuda. 

El gobierno dice que hay que ponerse la camiseta argentina en la negociación para obtener mejoras para el país en el pago de esta fraudulenta deuda. Curiosa manera de defender los intereses nacionales reconociendo y pagando una deuda, denunciada por el propio gobierno, como ilegitima y fraudulenta, de la que no se vio un dólar ya que fue a la fuga de capitales, como lo reconoció el propio Macri, diciendo que benefició a los bancos comerciales. Así se nos pintó como un triunfo el canje con los bonistas del 2020, en el cual terminamos pagando lo que los buitres querían. Así se convierte en virtuosa una reducción del déficit basado en una histórica reducción del gasto social y de la inversión pública. 

La derecha intimida diciendo que las demoras del gobierno en cerrar hacen que podamos caer en default. La realidad es que pese a las diferencias sobre el tamaño del ajuste, todos los funcionarios importantes afirman que se va a cerrar el acuerdo. Como señaló recientemente el economista Maxi Montenegro, si la estrategia fuera defaultear, no se hubieran gastado las reservas en pagarles más de U$S 6.000 millones al Fondo.  

Por eso terminan reconociendo Guzmán y compañía, que no hay buen acuerdo, sino el mejor que se pueda lograr para intentar ganar tiempo y ver como juntar dólares para pagar sin que reviente todo. 

El ajuste 2022 ya empezó 

En un reciente artículo señalábamos la seguidilla de aumentos de precios con que comienza el año. Entre ellos varios tarifazos en línea con las exigencias del Fondo. El mencionado acuerdo de precios y salarios mencionado por Guzmán no tiene el objetivo real de frenar la inflación y revalorizar el valor del salario. Todos los acuerdos o pactos realizados entre los grandes empresarios, el gobierno y la dirigencia burocrática de los sindicatos, han sido funcionales a tratar de que los trabajadores tengan trabas para salir a luchar, mientras los empresarios violan cotidianamente los acuerdos, como se ha visto con creces en todos los aumentos de precios que aprovechando y especulando con la altísima inflación han realizado. 

No hay forma de imponer el fuerte ajuste que implica cumplir con las condiciones del acuerdo de Facilidades Extendidas, con un Fondo que controlará trimestralmente los números y las políticas de la economía argentina, sin un fuerte golpazo al ya alicaído nivel de vida de los trabajadores y la población del país.  

¿Podrá este gobierno cuestionado y una oposición cada vez menos creíble por sus votantes, imponerlos? El levantamiento y triunfo chubutense contra la mega minería indican lo contrario. Se viene un año lleno de luchas contra el acuerdo y contra el brutal ajuste y dependencia del país del imperialismo, que el acuerdo con el Fondo va a imponer. Ahí se acaba el relato del gobierno, de sus charlatanes progres que cacarean contra el Fondo pero apoyan al gobierno que ya impone e impondrá sus recetas. De la supuesta grieta con una derecha en crisis que es a la vez fanática de cerrar este acuerdo de entrega. 

La unidad de la izquierda para intervenir en todas las luchas y alentar su crecimiento y coordinación será un factor clave del proceso que se abre. La unidad lograda para enfrentar al FMI en la Plaza de Mayo y en la mayoría de las provincias del país, impulsada por el FITU el 11D, la enorme rebelión del pueblo chubutense contra la megaminería, marcan un camino a desarrollar y profundizar.  

  1. Datos de los artículos: “Los números clave para el FMI: donde se achicó el gasto público y donde crece”, publicado en Economía y Política y de “Radiografía de las cuentas públicas”, publicado en Clarín. Ambas notas el 05/01/2022. 

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