lunes, 16 junio 2025 - 19:16

Cursi no muere en Uniclub. Un hito en el renacer del emocore post pandemia

Era un viernes lluvioso y frío cerca del abasto, pero cual agujero de Alicia en el País de las Maravillas cruzar las dos puertas de Uniclub te llevaba a un mundo cálido, intenso y amoroso. Después de 9 años de banda y un parate, Cursi no muere ofreció el recital más grande hasta la fecha con un local explotado que agito del primer al último tema.

Los chicos hicieron un setlist recorriendo toda su discografía y llenaron de sonrisas, llanto y gritos a viejos y nuevos fanáticos.

«Hey Julio, hoy me siento bien con mi corazón

Así que déjalo ser

Hey Julio, hoy me siento bien».

Con esta letra arrancaba el show un reflejo de los nervios y del deseo de disfrutar una velada histórica para cuatro amigos que en base a laburo y amor cumplian una meta más.

Sangrar sobre el papel con la herida aún abierta

Este sistema que propone Kerouac en «los subterráneos» es el que utilizó para escribir estas palabras. Y es que el show fue un cúmulo de emociones como nos tiene acostumbrados Cursi, donde el agradecimiento, el celebrar el amor, el entender los estados de ánimo y los cambios de la vida son pilares fundantes de la banda.

Lo decía Mati, el baterista, «gracias por hacernos ver tan hermosos» o Luca, el cantante, «ojala todos puedan como nosotros cumplir sueños con sus amigos en lo que aman».

La felicidad y el agradecimiento se sienten fluir en el mosh, en el pogo, en la itensidad y en las voces de un lado y del otro del escenario, aunque muchas veces esa diferencia parece no existir aunque haya que impulsarse para llegar a la tarima de Uniclub.

Un poco de historia

Corría el año 2016 y Adri el cantante de Vientos me había invitado a exponer fotos en una fecha que armaba «this is emotional 1990» se llamó. En un subsuelo en la zona de congreso conocía por primera vez a Cursi, recién sacado su primer EP, junto a Portland, Vientos y Emya en una fecha que lejos estuvo de los números de este show. Un dato de color, en ese show tocaba con su banda, Mofa, Sebastian Saire hoy editor de su último EP con Inerme.

Los chicos lo dicen siempre: en la pre pandemia éramos un grupo reducido de personas que se hicieron amigos quienes recorrimos esa escena. Para homenajear esa época y reconocer la amistad con dos bandas con las que hicieron decenas de shows pre pandemia y algunos post, invitaron a cantar a Gonzalo de Wrrn y Mansi de Portland «Árboles en llamas».

La post pandemia trajo otra vitalidad y otra necesidad a esta escena. Un reflejo de eso fue la banda que abrió Dos Mil Dos, una banda con un estilo emo pop punk que está conformada por chicos de 20 años. Y la invitación a Lu de Full de Mango (igual que ellos es de Tortuguitas) a cantar un tema.

Una noche para recordar

La canción «Indudable» para cerrar la noche fue la elegida. Fotografías con su estribillo que parecía unificar el sentir de todo el local: «Si mi vida se resume en una foto / Quiero poder estar al lado tuyo». Las más de 500 personas se unieron en gritos, mosh y abrazos para reflejar esa letra.

Aunque es indudable que como, a mí, muchos nos fuimos tarareando:

«Y si fuiste vos quien me enseñó de canciones tristes.

¿Cómo no voy a esperar a que digas algo? Porque sé que en ellas te voy a encontrar».

Fotos: Pedro Pallero

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