viernes, 22 noviembre 2024 - 12:33

AMBA. Entre viajar o comer, el nuevo dilema de los trabajadores

A partir de hoy rige el nuevo aumento de boletos con la suba de un 37% más. Los boletos pasan de costar $ 270 pesos el mínimo a $ 371,13 escalando a $ 508 viajando a mas de 27 kilómetros teniendo registro SUBE; y a $ 809 pagando con tarjeta SUBE sin registrar. Un nuevo golpe a los ya vacíos bolsillos de los trabajadores.

A 8 meses de gestión, las tarifas del transporte no parar de subir

Desde que asumió Javier Milei en diciembre del 2023 el costo del boleto mínimo aumentó de casi $ 53 pesos a $ 371 ahora. O sea, un aumento que implica el 600% solo en 8 meses de gestión.

A esto hay que agregarle que se viaja mal, que los recorridos se realizan en unidades que no están ni mejoradas ni en condiciones para circular en muchos casos, con una frecuencia de unidades absolutamente reducida. Viajamos mal y pagamos cada vez más, sin ningún tipo de control sobre ello.

Un trabajador promedio que tenga que moverse en dos colectivos de ida y dos colectivos de vuelta, en el día va a gastar aproximadamente $ 2000. El salario mínimo vital y móvil ha quedado en $ 268.000 recién a partir de septiembre, por lo tanto, la pregunta es: ¿Cuántos días al mes pueden garantizar viajar los trabajadores promedio con este nivel de costo?

Si a eso hay que agregarle el costo adicional del tren o el costo total del núcleo familiar, estamos hablando de un gasto por día en una familia tipo de aproximadamente $ 5.000. Esto se convierte en un nuevo dilema para los trabajadores que ya no llegan a fin de mes y que este nuevo golpe provocará que mas cantidad de familias caigan en la pobreza.

Todo para arriba, menos los salarios

Por supuesto, si hacemos cuentas una familia tipo con un salario mínimo gastaría la mitad de su sueldo en transporte. Aun trabajando varios es posible que se destine entre el 30% y 40% de los ingresos para transportarse. Es de saber además que el salario, debe cubrir otras necesidades, no solamente el transporte. Comer en nuestro país todos los días se ha convertido en una tarea tiránica.  Y no es solo pagar la comida de la familia, a eso hay que agregarle los impuestos, que todos han venido en el mes de agosto con un alza brutal. En muchos casos estamos hablando de un aumento de la luz o del gas de casi 400%. Y ni hablar de los alquileres, que por supuesto han tenido subas absolutamente desmedidas. Todo sube menos nuestros salarios. Las nuevas estadísticas económicas muestran cifras terribles, el 54% de las familias es pobre. Y 11 millones de niñes de menos de 14 años se encuentran en ese porcentaje.

El nuevo aumento de transporte agrava muchísimo la situación de las y los trabajadores. A lo lejos quedo la supuesta batalla de Milei contra “la casta”, a ella la cuida bien y no viaja en bondi.

Los subsidios que no se ven

Los subsidios al transporte público de pasajeros se remontan en Argentina a la crisis económica y social del 2001 que afectaba a usuarios y empresas, y ahí se tomó la decisión de avanzar en un congelamiento tarifario compensando a las firmas por los costos de funcionamiento. El formato de subsidio con los cambios introducidos a lo largo de los años como el caso de regímenes y fondos especiales, considera los kilómetros recorridos, la cantidad de pasajeros y la estructura de gastos e ingresos según la zona del país, a partir de la información brindada actualmente por el sistema SUBE y/o las declaraciones juradas empresariales. Esto ha ido variando de formato, y hoy el parámetro que se incluye es la cantidad de unidades, las saque o no en recorrido.

Una de las propuestas de campaña de Milei es retirar el subsidio al transporte con el formato directo a las empresas, que en 2023 se ubicaron en $ 952 mil millones, por un esquema de subsidio al pasajero. Obvio jamás dijo que ese subsidio tendría un piso tan alto y el mayor problema es que Milei traslada el problema a la población con sucesivos aumentos del boleto.  Porque si bien no tener sube registrada encarece el boleto, aun teniéndola es caro para cualquier trabajador movilizarse. Por otro lado las empresas de transporte siempre ganan, bajan frecuencia, despiden, sacan horas extras, o recortan salario y nunca pierden. Es por eso que se vienen dando medidas en algunos ramales o amenazas de paro o retención de servicios. Los perjudicados; los trabajadores a un lado y al otro.

Saltar el molinete como en Chile puede ser un nuevo eje de protesta

El aumento de transporte se vio acompañado de un “mayor control” para que se pague. Con mas seguridad y hasta policía en estaciones o recorridos. Pero también empezó a ver nuevos fenómenos que van desde “prestar la sube” o saltar el molinete, algo que años atrás fue un punto de lucha central de los estudiantes en Chile contra los aumentos.  Ahora en nuestro país, la semana pasada se hizo viral un video de la Estación Constitución en donde frente a un pasajero que no podía pagar y eludió el control saltando el molinete, la reacción de la seguridad y la policía fue represión con golpes e intento de arresto. Pero ahí también la solidaridad de clase les dio una lección. Decenas de pasajeros “salvaron “al usuario enfrentando a la policía y arrancándolo de sus manos. Un nuevo escenario en donde veremos el nuevo deporte olímpico del AMBA; viajar y comer el mismo mes.

Instagram: Constitución: La Policía quiso detener a un trabajador

Se hace evidente que lo necesario es un cambio de fondo en todo el sistema de transporte. Rechazamos los aumentos constantes y también los negociados privados. El transporte tiene ser integralmente un servicio estatal y público, controlado por sus trabajadores y usuarios, y al servicio de garantizar la movilidad de la población y no las ganancias de unos pocos. Por esa salida tenemos que trabajar. Mientras rechazamos y denunciamos estos aumentos y nos solidarizamos con todas las acciones que las y los usuarios quieran llevar adelante a modo de protesta. 

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