domingo, 22 diciembre 2024 - 02:21

Debate presidencial. Una discusión entre empleados del FMI y una alternativa, el FIT-Unidad

Ayer por la noche se realizó, en Santiago del Estero, el primero de los dos debates programados para las y los candidatos a la presidencia. Como era de esperar, los presidenciables de las patronales, que se preparan para seguir atados al FMI y sus políticas, no propusieron nada nuevo que modifique el rumbo económico. Desde la idea de gobierno de “Unidad Nacional” de Massa, pasando por la agitación represiva de Bullrich a la idea de privatizar todo de Milei. Schiaretti y un modelo cordobés que no existe. Distintos proyectos, distintos ritmos para ajustar, pero todos con un punto de conexión, ubicar a los trabajadores y sectores populares como el blanco a apuntar para seguir descargando la crisis. Myriam Bregman, candidata del FIT-Unidad, la única que planteó un programa alternativo, en defensa propia, en defensa de nuestros derechos e intereses.

Viejas recetas económicas

Entre unos de los datos más destacados se encuentra el comportamiento que tuvo Milei. El candidato de la Libertad Avanza, en parte, ya empezó a delatarse de alguna manera. No haber aludido siquiera alguna vez al caso de corrupción que sucedió en la legislatura de provincia de Buenos Aires, como el escándalo de Martín Insaurralde, muestra su trato con la casta política que tanto quiere “acabar”. Milei en su presentación dijo que, en caso de ser presidente, resolverá la crisis económica mediante: “bajar el gasto, reducir impuestos, hacer privatizaciones de las nefastas empresas del estado, desregular la economía y cerrar el Banco central”. El plan “motosierra” del que tanto habla, no es más que una copia del viejo recetario neoliberal que hace un tiempo, en los ’90, aplicó el menemismo. Los resultados se conocen y provocaron el estallido del 2001 producto del corralito, los altos número de desocupación y la pobreza que no tenía freno.

De Bullrich no vale la pena agregar mucho. Su participación terminó reducida a burlas en los diferentes canales de TV y las redes sociales. La representante de Juntos por el Cambio, más allá de ser una defensora de la continuidad del ajuste monitoreado por el FMI, no es capaz ni de explicar esto que estamos mencionando. Su argumento más contundente fue mencionar que iba a contar con Carlos Melconian, el mismo responsable de haber estatizado la deuda en dólares de las empresas durante la dictadura. En una vuelta al pasado, con una posición de la ortodoxia económica, Bullrich encuentra todos los males en la emisión monetaria. Una falsedad completa y sólo hace falta echar un vistazo a lo que pasó en el gobierno de Macri, quien sin emitir un solo peso y producto del gran endeudamiento externo fue el iniciador de un ritmo inflacionario que no encuentra freno.

Por parte del ministro candidato Sergio Massa, las intervenciones pasaron por criticar las propuestas del liberfacho y Bulrrich. También, sin vergüenza, dijo: “Hay que dejar de ser mendigos para ser soberanos”. Y, como en el acto que realizó con la CGT el viernes pasado, mencionó que en su gobierno se discutirá presencia del Fondo en el país. Por más épica y maniobra que se quiera montar, nadie olvida el rol de Massa en el Congreso, precisamente en la Cámara de Diputados, para asegurar todos los votos y legalizar la estafa del préstamo Stand By que el macrismo tomó con el organismo de crédito y del cual la gente no vio ni un solo dólar destinado a la construcción de hospitales, escuelas y demás necesidades que existen en un país con el 40% de pobreza. El balance del tigrense se hace con esta gestión, de la cual lleva las riendas junto a Cristina Fernández, mientras poco se sabe del presidente. Y, la muestra más cabal, es la última devaluación que aplicó, siendo un sacudón para los bolsillos de los trabajadores y sectores populares sólo para complacer a los burócratas de Washington.

Sobra derecha

En otros de los ejes que se discutió, Milei hizo gala del negacionismo al genocidio que milita su espacio. La teoría de los dos demonios se hizo presente cuando el liberfacho dijo: “Fuimos calificados como fachos, cosa que nada tiene que ver. Nosotros valoramos la visión de memoria verdad y justicia, y la primer verdad es que no fueron 30 mil desaparecidos. Durante los 70 hubo una guerra y en esa guerra las fuerzas del estado cometieron excesos, pero los terroristas de Montoneros y el ERP torturaron gente, mataron y cometieron delitos de lesa humanidad. No estamos de acuerdo con los curros de los Derechos Humanos”. Una forma de querer reflotar lo peor de la casta política, el partido militar. Junto con su vicrepresidenta, Victoria Villarruel, niegan el verdadero accionar de las fuerzas represivas para legitimarlas y volver a tenerlas a disposición para el plan económico que quieren implementar. Como se sabe, no pasará si no es por medio de la represión.

Los cantos conservadores también vinieron por el lado de Patricia Bullrich. La presidenciable de Juntos por el Cambio, como lo hace en cada intervención, hace gala de sus medidas efectistas y se lanza contra todas las acciones callejeras en protesta por la actual situación. Atacar los problemas estructurales que generan los cortes no entra en la acotada óptica de la derechista que sólo entiende palos para hacer pasar un ajuste de shock.

De Schiaretti lo que se puede decir en este punto, es que ha sido funcional a todos los gobiernos de turno, independientemente de su pertenencia política. En tanto que, desde Unión por la Patria, el candidato a presidente está llamando a un gobierno de “Unidad Nacional” para enfrentar a la derecha. Lo raro es que esta estrategia política, como el propio Massa lo expresó, contempla una invitación a los liberfachos, como al represor de Gerardo Morales, en caso de ser electos como gobierno. Es un anticipo de cómo funcionarán, literalmente los porteros de la extrema derecha en el país a la que le van cediendo terreno a pesar de que nieguen el genocidio de la última dictadura.

Una sola alternativa para los trabajadores y sectores populares

El chato debate de ayer dejó expresado que, en favor de los intereses de los trabajadores y sectores populares, sólo hay una fuerza política: el Frente de Izquierda – Unidad. Quienes proponemos: terminar con la dependencia del FMI y no pagar un dólar más de la estafa que dejaron; nacionalizar la banca y el comercio exterior con control de los usuarios y trabajadores para terminar con el modelo de los verdaderos saqueadores del país, ese 1% que fuga los recursos de nuestro país; un impuesto permanente a la riqueza y aumentar de forma urgente los salarios, jubilaciones y programas sociales al valor de una canasta familiar ante esta crítica situación social.

Así como ayer fue el turno de Myriam Bregman, Cele Fierro del MST en el FIT-Unidad, días atrás tuvo su debate como candidata a la Legislatura porteña enfrentando al macrismo y los liberfachos que conduce Ramiro Marra. Hay que fortalecer la izquierda, esta opción, para que la crisis no se siga descargando sobre la espalda de las mayorías.

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