lunes, 23 diciembre 2024 - 08:15

Crisis capitalista y las medidas que los de arriba necesitan. Juntos y Milei vienen por un ajustazo recargado 

Hay gran decepción con el Frente de Todos. Aunque las luchas no son generalizadas, cada vez son más y con mayor fuerza. Tal es la bronca por el giro a derecha del PJ, que Juntos y Milei se tiran a capitalizarla. Lo hacen vociferando el programa de los ricos y el FMI. Para frenarlos, el PJ ya fue. Hace falta más izquierda para avanzar hacia un programa y medidas al servicio del pueblo trabajador. 

Esta realidad es parte de un mundo marcado por la crisis sistémica, de polarización social y búsqueda a los extremos. La derecha y expresiones de ultraderecha son el polo que aparece más nítido. Pero hay también otro polo, en las huelgas, rebeliones y estallidos populares que abren la oportunidad para una mayor expresión política a izquierda. 

En Argentina vemos síntomas de esto en las luchas como las del neumático, de la salud, educación, los reclamos socioambientales, de la mujer y la diversidad. También en el avance de la izquierda en los gremios, universidades, movimientos sociales e incluso en el plano electoral. Con la elección de 2021 cuando fuimos tercera fuerza con el Frente de Izquierda Unidad, y se logró avanzar en bastiones históricos del PJ en el conurbano bonaerense. 

Hoy, ante el viraje a derecha del Frente de Todos, debemos dar un debate ideológico que ponga freno a la ofensiva de Juntos y los liberfachos de Milei o Espert, que se ven como recambio. 

En ese sentido Macri se lanzó con su nuevo libro ¿Para qué? Con su ideario para la derecha liberal y una serie de reformas que incluso están enunciadas en los “papers” del acuerdo entre Massa y el FMI. 

Corrido por derecha, Macri sale a disputar sin pelos en la lengua. Lo acompañan otros “halcones” de Juntos como Patricia Bullrich, que se matan con Larreta, Morales o Lousteau, que tratan de aparecer como el ala más light del ajuste recargado que traen bajo el brazo. 

La crisis recurrente del sistema capitalista, agudizada desde el 2008 a nivel mundial, no da lugar a las medias tintas. Hay dos salidas a la crisis y depende de quién la pague y a qué sector social se beneficie. Por derecha, descargándola en el pueblo trabajador o por izquierda, luchando para que la paguen los ricos y el FMI. 

En el polo a derecha, Macri amenaza con un “segundo tiempo” de recortes en el Estado y despidos masivos, la privatización de Aerolíneas y el cierre de otras empresas, una reforma laboral, jubilatoria, sindical y fiscal. Además de recortar los programas sociales y aplicar la mano dura para hacerlo. 

Una receta similar al menú fracasado de los 90 

Para estar a tono con el programa esbozado en el Coloquio de IDEA, por las reformas estructurales que demandan los CEO y dueños de las 500 mayores empresas nacionales y extranjeras, el macrismo plantea volver a los 90, “sin gradualismos”. Habla de una política de shock para imponerlo, sin chistar siquiera en las calles, al avisar sobre una mayor represión. 

Plantean avanzar sin anestesias: Macri espera que le crean y por eso esboza una “autocrítica” al decir que cayeron en “el gradualismo producto de nuestra debilidad”, pero asegura que “el próximo gobierno será más fuerte y su fortaleza requerirá que las reformas estructurales se sancionen en las primeras horas”. Y plantea “tomar decisiones drásticas”. 

De alguna forma, Macri comparte con Milei su diagnóstico de que Argentina sería la sociedad más fracasada. Pero lo dicen para endilgarle al Estado y a las leyes que protegen los derechos laborales o conquistas sociales como la educación, la salud y las empresas públicas que aún persisten, como si fuesen las responsables de ese “fracaso”. Pero es al revés, esa responsabilidad le cabe a las políticas promercado y privatistas que han aplicado los militares, el PJ, los liberales, la UCR y el macrismo.

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La derecha critica, pero quiere un Estado para ellos 

Parte del debate ideológico a dar, implica bajar a tierra qué significa que pidan recortar el gasto público, achicar el Estado, despedir y privatizar. Porque, como dijera Alejandro Bodart en La Matanza, estos sectores quieren el Estado para ellos y que solo trabaje para los grandes grupos empresarios. Por eso no les importa si los trabajadores tenemos salud o educación o si le dan una ayuda o no a los sectores más necesitados. 

Porque es así como hicieron su fortuna los Macri o Caputo, lucrando y viviendo de los recursos del Estado, pasándole al pueblo sus deudas privadas con gobiernos de facto que nada tienen de “libertad” porque saquearon al Estado y a los trabajadores a sangre y fuego. Así se enriquecieron los Madanes Quintanilla de Aluar y FATE, los Blaquier de Ledesma, Perez Companc de Molinos, Rocca, Bulgheroni, Galperín, los Herrera Noble y Magnetto de Clarín o los dueños de La Nación. 

Podemos mostrar que hay países imperiales de su endiosado “primer mundo”, donde rige el libre mercado que venden Macri o Milei que no tienen hospitales públicos ni PAMI para atender a las y los jubilados. En EEUU te morís si no tienes seguro social como se ve en películas o series. 

Eso implica achicar el Estado, tener menos salud pública, enfermeras o médicos, que fueron la clave al combatir el COVID. Igual que la escuela pública, eso significa menos maestras y auxiliares, más privatización, menos trabajadores judiciales y en dependencias que procuran defender derechos sociales. 

Por eso rechazamos cuando Macri habla de “una larga lista de empresas públicas que deberán pasar a ser gestionadas por el sector privado sin excepciones, o que deberán ser eliminadas”. Vale ver su llamado a entregar nuevamente Aerolíneas Argentinas y promocionar las low cost. Dice que “ni la patria ni la soberanía están en las alas, turbinas o bodegas. Los aviones hoy son un medio de transporte, no son otra cosa que colectivos que vuelan”. 

Con tal desprecio buscan generar las condiciones otra ruinosa entrega. Para desguazarla y que las empresas amigas y los negocios de la familia se queden con sus pedazos. Pero la Argentina es el 8º país en extensión y necesita una aerolínea de bandera, que cubra todas las rutas que las privadas no cubren. Y lo hace a pérdidas porque asegura un enorme servicio social. Por eso rechazamos su privatización, aunque sin defender su actual gerenciamiento, ya que luchamos por empresas estatales bajo control de sus trabajadores, técnicos y usuarios. 

Con tal desprecio buscan generar las condiciones otra ruinosa entrega. Para desguazarla y que las empresas amigas y los negocios de la familia se queden con sus pedazos. Pero la Argentina es el 8º país en extensión y necesita una aerolínea de bandera, que cubra todas las rutas que las privadas no cubren. Y lo hace a pérdidas porque asegura un enorme servicio social. Por eso rechazamos su privatización, aunque sin defender su actual gerenciamiento, ya que luchamos por empresas estatales bajo control de sus trabajadores, técnicos y usuarios. 

Lo mismo planteamos para un Astillero como el “Río Santiago” que Macri proponía dinamitar o “regalar” a un empresario amigo. Mientras hoy Kicillof promueve la conversión del ARS en una sociedad anónima como paso a su privatización. 

Por eso defendemos un Astillero 100% estatal y bajo control de sus trabajadores como fábrica naval estratégica. Al servicio de desarrollar una flota mercante nacional y de defensa para patrullar nuestro mar, ante las empresas depredadoras extranjeras y nativas. 

Reformas y reducción drástica del gasto público 

El libro de Macri es un compendio del ajuste recargado que proponen. Tiene muchas coincidencias con la plataforma de Avanza Libertad de Milei, que debemos denunciar y combatir. Estas son las “reformas” explícitas que plantea el macrismo: 

  • Despidos masivos: “Cada ministerio, cada área, cada repartición pública deberá impulsar todas las reducciones que sean necesarias de manera urgente e inmediata”. 
  • Apertura económica: “Construir una economía abierta… El nuevo gobierno no estará en condiciones de seguir defendiendo el proteccionismo… Las industrias tienen que saber que su tiempo para ser competitivas está llegando a su fin”. También plantea eliminar los subsidios a la luz, gas o agua, lo que implicará fuertes tarifazos. 
  • Reforma laboral y previsional: “Debemos tener la valentía de terminar de inmediato con legislaciones obsoletas en materia laboral, sindical, previsional y fiscal”. Incluso mantiene su idea de avanzar a su privatización, añorando las AFJP. 
  • Reforma educativa: Macri propone “la mayor reforma educativa que haya tenido la Argentina en toda su historia”. “El próximo gobierno no podrá ceder ante la extorsión gremial. De un lado el gobierno junto con los padres y la inmensa mayoría de docentes que quieran una educación mejor; y del otro, los profesionales de la huelga”. 
  • Represión y fin de la protesta: “No existe ninguna posibilidad de que continuemos asistiendo al triste espectáculo de fuerzas de seguridad que no actúan”. “Replantearnos la política en materia de cortes de calles y rutas. Los argentinos han sido demasiado tolerantes con aquellos grupos que le complican la vida” con los cortes. “El derecho de protesta debe encontrar un límite… Terminar con los gerentes de la pobreza, la intermediación parasitaria en materia de distribución de ayuda… y terminar con los extorsionadores de la paz social”. “Aquellos que reciban la ayuda solidaria deberán saber que su duración será limitada”. 

En igual sentido se postula Patricia Bullrich al pedir que actúen las FFAA, con Pichetto o Espert que reclama “bala” y “estado de sitio” para ir contra el reclamo de los pueblos originarios. Repudiable e inadmisible. 

Milei sueña con Martínez de Hoz, Videla, Alsogaray y Menem 

Por el lado de Milei, busca mostrarse como algo “nuevo”, cuando es lo contrario. Un negador del genocidio, defensor de la dictadura y del máximo exponente liberal: el ministro entreguista y anti obrero, Alfredo Martínez de Hoz

También elogia a Menem como “el mejor presidente” de la Argentina y a Cavallo como “el mejor ministro de Economía”. Pero todas esas son ideas viejas, ya aplicadas y que llevaron al fracaso al país, al hundir a los trabajadores y sectores medios. 

En ese sentido, Milei reivindica también a gobiernos imperiales y anti obreros como el de Ronald Reagan y Margaret Thatcher. Acaba de felicitar al derrotado Bolsonaro y se junta con los fachos de Vox en España o la seguidora de Mussolini en Italia. 

Su agenda es contra todos los derechos sociales, al negar el cambio climático y defender el extractivismo. Plantea disolver el Ministerio de Género, se opone al derecho al aborto y al cupo laboral travesti-trans. 

Milei habla de anticasta, pero es empleado que defiende a la peor de las castas: las patronales, banqueros y el FMI. Esa que lucra con el sistema capitalista. La “libertad” que defiende es la ganancia patronal, a costa de los derechos obreros y populares. Su plataforma lo plantea explícita y descarnadamente. 

Una plataforma contra todos los derechos y conquistas 

Para llamar a no dejarse engañar, debemos dar una disputa ideológica que desnude el verdadero carácter de su plataforma electoral1 . Porque ahí plantea “Avanzar” en “Libertad” contra el pueblo trabajador y expresar en un capitalismo neoliberal extremo. Así lo dice su plataforma: 

  • Reforma laboral: “Cambiar un régimen laboral que explica por qué las empresas no tienen incentivo para emplear por el costo de despedir y el riesgo de juicios laborales potenciales”. Para eso proponen: “flexibilizar los plazos y modos de contratación; reconocer el carácter multifuncional, multiprofesional y polivalente de las tareas; permitir una movilidad funcional y de localización; incorporar el trabajo a distancia y desde el hogar; se permitirán esquemas de remuneración flexible basados en productividad”. 
  • Convenios por empresa, a la baja: “las negociaciones salariales y de condiciones laborales se harán a nivel de empresa. Los convenios colectivos de nivel inferior prevalecerán por sobre los de otro nivel superior, sin necesidad de homologación previa”. 
  • Despidos masivos: “eliminar el régimen de indemnizaciones sin justa causa y reemplazarlo por un seguro de desempleo”, el que “eliminará el costo de despidos que se hacen imprescindibles; reducir el empleo estatal en 1.5 millones de personas”. 
  • Sin derecho a huelga: “eliminar la capacidad de extorsión del aparato sindical a través de las huelgas generales y la ocupación de los espacios públicos. Limitar el derecho de huelga en cualquier actividad. Los días de huelgas no serán pagos. Limitar a un mínimo excepcional la legalidad de as huelgas generales. Los empleados estatales y de servicios esenciales privatizados no tendrán derecho a la huelga”. 
  • Reforma jubilatoria: “Las contribuciones patronales serán eliminadas”. Además plantea “un nuevo régimen de capitalización” como las AFJP, donde “las contribuciones personales tendrán el carácter de aportes compulsivos a cuentas individuales, como en cualquier sistema de capitalización privado”. 
  • Reforma social: Reducir al máximo toda la ayuda social, avanzando en “un proceso de transición con la AUH, los planes sociales y un millón de pensiones graciables”. Incluso en una ley que fije “condiciones más severas para la invalidez”. 
  • Reforma educativa: “Declarar a la Educación como un servicio público esencial, eliminando o limitando severamente el derecho de huelga de los docentes”. Además: “Modificar el Estatuto del Docente para eliminar en especial: a) La imposibilidad del despido; b) La determinación de salarios docentes basados en criterios de antigüedad o parámetros que no responden a criterios de eficiencia; c) Las concesiones en materia de enfermedad, ausentismo, licencias y vacaciones pagas; d) las limitaciones para contratar como maestro o profesor”. También una fuerte privatización educativa y eliminar “la gratuidad general de la educación universitaria”. 

Ante tanta derecha, más izquierda 

Frente a tantos anuncios por derecha, las distintas alas de la CGT y las CTA dicen que eso no podrá implementarse. “Si lo hicieran, esto explota. Ni los milicos ni Alfonsín pudieron”, bravuconean los distintos caciques gremiales. Pero son los mismos que después dejan pasar todo, como hicieron en el menemismo o los ataques que descargó Cambiemos. 

En el terreno político, el PJ tampoco critica mucho a Milei o Espert porque esperan que le resten votos a Juntos. Pero estos gobiernos “progresistas” incumplen las promesas y aplican el programa de la derecha. Para enfrentarlos, nada mejor que fortalecer a la izquierda, en las luchas, los gremios, barrios, lugares de estudio, pero también con el voto. 

La alternativa entonces es postular con fuerza al Frente de Izquierda Unidad y al MST. Porque en un mundo cada vez más polarizado, no hay solución sin socialismo. Te convocamos entonces a movilizar por las medidas de fondo y avanzar en la organización con la izquierda. Para enfrentar a tanta derecha, sumate al MST y al FIT Unidad. 

1. https://avanzalibertad.com/plataformaelectoral/ 

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