En la tarde del jueves 28 de julio, el juez federal Guido Otranto acaba de ordenar la liberación del joven periodista Facundo Molares, militante de la agrupación Rebelión Popular, quien desde noviembre pasado se encontraba injustamente detenido, primero en el penal de Trelew y luego en el de Ezeiza. En estos nueve meses, sus problemas de salud se agravaron por las condiciones de detención y la falta de atención que requiere.
Facundo estaba preso por una causa penal montada por la justicia ordinaria de Colombia, que además había solicitado a la Argentina su extradición. Pero los supuestos delitos de que se acusaba a Molares estaban vinculados a su participación hace 13 años en acciones de las FARC colombianas, que atiende la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) y no la justicia ordinaria. Es decir, su detención aquí, que en su momento el ministro de Seguridad Aníbal Fernández festejó públicamente, fue totalmente ilegal.
La defensa de Facundo en manos de la Gremial de Abogadas y Abogados de Argentina, a cargo de Eduardo “Negro” Soares y Gustavo Franquet, sumada a la presión permanente de la movilización unitaria de numerosas organizaciones sociales, políticas y de derechos humanos -entre ellas el CADHU y el MST- logró primero que la JEP asumiera el caso, se suspendiera luego el burdo pedido de extradición y ahora, por fin, sea liberado.
Nos alegramos profundamente de esta victoria democrática, que fortalece la pelea por la libertad de todos los presos y presas políticas. La lucha siempre paga.