domingo, 22 diciembre 2024 - 18:38

Sociedad Rural y FMI. Los candidatos prometen bajar las retenciones mientras crecen las disputas por zafar del ajuste

El pasado lunes los principales precandidatos presidenciales fueron convocados a exponer sus propuestas en la Sociedad Rural Argentina (SRA). Allí Bullrich, Larreta, Massa, Milei y Schiarietti compitieron por exponer el mejor programa que agradara a los grandes empresarios del campo. Al Frente de Izquierda Unidad no lo invitaron porque propone una profunda reforma agraria. Grabois aprovechó la ocasión para diferenciarse del ministro al que va a terminar votando. Saltaron diferencias de los patrones que no quieren perder ni un peso ni un dólar con las nuevas medidas pactadas con el Fondo.

En los pocos días transcurridos de esta semana, y a medida que se acerca la fecha de las PASO, el ministro candidato que se ufana de ser un buen piloto de tormentas parece un capitán que cuando tapa un agujero en el barco se le destapa otro, pelea con los otros oficiales sobre el curso a tomar y nadie apuesta cómo va a llegar a puerto. El problema en este Titanic económico en que han convertido el país es que mientras una minoría conformada por los pasajeros de primera clase ya tomaron sus lujosos botes salvavidas, el resto de los embarcados y la tripulación, que somos la mayoría trabajadora, ya tenemos el agua al cuello y estamos llenos de bronca.

Lo cierto es que sobre la hora, antes de que el barco chocara este lunes contra los mercados, Massa llegó a un acuerdo político con el FMI. Resta ahora el acuerdo técnico (el staff agreement) y que el Directorio del Fondo se reúna y apruebe el desembolso de los fondos imprescindibles para que las reservas del BCRA –hoy negativas en 7 mil millones de dólares- puedan afrontar los nuevos y cuantiosos pagos con el organismo. Son US$ 3.500 millones a fin de mes y principios de agosto de capital e intereses de la fraudulenta deuda que nos dejó Macri y que este gobierno respeta a pie juntillas.

Parecía que el “piloto de tormentas” había estabilizado la embarcación a costa de una devaluación encubierta” del 15%  -una cifra que venía reclamando el propio FMI- y las consecuencias de lo pactado –y aún no firmado- llegaron con extrema rapidez. El blue pegó un nuevo salto y todo el mundo empresario salió a remarcar alrededor de un 13% más para no perder un peso. Con lo que las consecuencias en un nuevo aceleramiento de la inflación desbocada no se harán esperar. Mientras los funcionarios intentan minimizar el impacto del agua que entra en el barco, la mayoría de los analistas asegura que el día después de las PASO nos van a tapar con una nueva ola de aumentos generalizados.

Sin disimulo, con poca clemencia hacia un ministro que se desvive por mantener las ganancias empresarias, las grandes patronales impacientes salieron a tomar distancia de las recientes medidas exigiendo ya, en medio de la campaña electoral, todavía más fuertes medidas de ajuste contra los trabajadores, con la misma saña que hasta ayer los funcionarios del FMI exigieron la devaluación y ajuste, que desde Hacienda se esmeraban en postergar para después de las elecciones.

Daniel Funes de Rioja

Salieron a pegar en sendos comunicados la poderosa Asociación Empresaria Argentina (AEA), la Unión Industrial (UIA) y el Foro de Convergencia Empresaria. Reclaman contra el aumento de los impuestos, que más temprano que tarde descargarán sobre los precios. Esta gente nunca pierde, pero  ahora que se achican momentáneamente sus grandes márgenes de ganancia, sumado a las mayores dificultades para acceder al dólar oficial de importaciones,  reclaman un nuevo acuerdo con el FMI que no toque ni un dólar de sus ya cuantiosas ganancias.

También aprovecharon la volada para cuestionar lo resuelto por Economía los economistas de JXC Laspina (Bullrich) y Lacunza (Larreta), protestando que Massa estaría pateando deudas para más tarde y a su vez adelantando futuros ingresos para llegar lo mejor posible a las próximas PASO.

Nicolás Pino, Presidente de la Sociedad Rural Argentina

El encuentro en la Rural: un campeonato para ver quién le garantiza más ganancias a la patronal agraria

Como en un casting en que cada actor intenta seducir a sus futuros contratantes, desfilaron frente a parte del gran empresariado del agro argentino Patricia Bullrich, Rodríguez Larreta, Sergio Massa, Javier Milei y Juan Schiaretti. Los discursos fueron presididos por el presidente de la SRA, Nicolás Pino, quien fue crítico con las medidas anunciadas por Massa y que originaron horas después una respuesta del ministro candidato.

Bullrich

Según los periodistas presentes la más aplaudida por la oligarquía agropecuaria fue Patricia, la última oradora. Bullrich prometió sacar las retenciones y terminar con el cepo desde el primer día de gobierno: “Hay que sacarlo de manera inmediata. Con una ingeniería jurídica, vamos a lograr que Argentina no explote como algunos dicen”. Prometió derogar 500 leyes y resoluciones para “desburocratizar” al Estado – léase sacudir todos los derechos de los trabajadores y la población y decretar una suerte de paraíso empresario-. Para ello, reprimir todo lo que haga falta: “voy a poner todo para que Argentina tenga un orden. Sin orden no hay futuro”. Música para los oídos de tanto garca presente.

Posteriormente, en una entrevista en La Nación + aclaró que tiene pensado con su asesor Laspina, un “blindaje financiero para traer miles de millones de dólares al país para poder sacar de inmediato el cepo y armar una economía “bimonetaria”; aunque señaló que no podía por el momento dar mayores detalles del plan. Muchos periodistas amigos le recomendaron que mejor cambiara el nombre de la operación prometida, ya que se parecía mucho al conocido plan de blindaje de De la Rúa, que con el “Megacanje terminó de hundir a la economía argentina y detonó la crisis que provocó el estallido del 19 y 20 de diciembre de 2001.

Milei

Fue el primero en hablar. Prometió: “vamos a eliminar las retencionesy avanzar en la unificación cambiaria”. Volvió sobre su propuesta de dolarización y la idea de liquidar el Banco Central y el cepo para la compra de dólares.

Desarrolló su tradicional discurso contra la “casta política” que se habría robado un PBI entero. Como si no fuera justamente esta casta política la que le ha permitido a los grandes empresarios llevarse ese PBI del que ahora hablan desde Cristina hasta Milei.

Larreta

A su turno el jefe del gobierno porteño y precandidato de Juntos por el Cambio coincidió en la necesidad de unificar el tipo de cambio y sacar las retenciones: “son un pésimo impuesto y atentan contra la competencia. La solución es exportar más”. O sea que en la misma línea de Massa y el resto de los participantes, su política es profundizar con todo el modelo contaminante, extractivista y exportador actual para juntar los dólares necesarios para pagar la deuda externa.

Se diferenció de su rival en la interna en los tiempos en que deben tomarse las medidas de ajuste. Según este candidato no existen los dólares necesarios para levantar el cepo, y su propuesta destaca buscar un amplio consenso para meter una fuerte reducción del gasto fiscal. Es consiente de la reacción que van a generar en todos los trabajadores, los shocks” que, al igual que  el resto de los disertantes, está preparando para después de las elecciones. Para aplicarlos, pese a su discurso aparentemente “dialoguista”, no dudará en reprimir como lo demuestra su vice, el represor del pueblo jujeño, el gobernador radical Morales con quien concurrió al convite.

Intentó congraciarse con el auditorio planteado que va a empezar por sacarle las retenciones a las economías regionales. Luego, cuando le llegó el turno, el ministro Sergio Massa le ganó de mano señalando que en septiembre se levanta la última retención que queda en estas economías.

Schiaretti

A su turno este gobernador candidato, beneficiado por las ultimas elecciones en su provincia, señaló que “es mentira que no se pueden bajar las retenciones por el impacto en el costo fiscal. Por cada dólar que entra son 65 centavos de impuesto”. Para rematar, en la misma línea que Larreta señaló que “tiene que haber un gobierno de unidad nacional, gane quien gane las elecciones”.

Massa

El ministro candidato que acaba de otorgarle a los grandes exportadores del agro un dólar diferencial a $ 340, que pagaremos todos con mayor costo fiscal para juntar las divisas que exige al FMI, tuvo que contestar a las críticas de aquellos que, como Pino, no están beneficiados por la medida y los que dependen de insumos como el maíz  que ahora se encarecerán y lloran lágrimas de cocodrilo. Aunque luego se van a encargar de trasladar con creces los mayores costos a los precios que pagamos todos.

Contemporizador, sostuvo: “ninguno de ustedes puede desconocer el momento que el programa con el Fondo y la sequía le imponen a la economía argentina y que exige que el trabajo que venimos haciendo a lo largo del último año que nos ha tocado trabajar juntos”, reflejando las enormes concesiones que el sector ha recibido del gobierno para que liquide las enormes cosechas de los últimos años, interrumpidas solo en el presente periodo por la sequía.

Para que no queden dudas que las concesiones a este sector empresario van a continuar, señaló: “Voy a trabajar como presidente para que ocupemos cada vez más lugar en los mercados alimentarios del mundo, para que tengamos valor agregado en nuestro campo”. Para rematar cualquier duda sobre su actitud con estos oligarcas, tomó distancia de Cristina –que hace rato que acompaña las concesiones al sector- y afirmó: “No se puede vivir abrazado eternamente a peleas del pasado, porque eso frena a la Argentina. A lo largo de estos años he mostrado que tengo autonomía de pensamiento y de decisión”.

Grabois

Aunque no fue invitado, aprovechó la presencia y declaraciones de Massa, su adversario de la interna de UP, para diferenciarse. Criticó que “ningún político de nuestro campo debe ir a banquetear con los amos de la oligarquía”. Denunciándolos como “conspiradores contra el pueblo” y “usurpadores crónicos de propiedad pública que “han trabajado contra la patria grande y especulan con el alimento de nuestro pueblo en una Argentina con el 60% de niños bajo la línea de pobreza y una inflación del 115%”.

Grabois propuso que de ganar UP va a “recuperar” el predio que ocupa la Sociedad Rural para armar una escuela y un mercado de las economías regionales.

Lo único que no aclara el dirigente progresista es que de ganar gobernará Massa, cuyo programa no es sacarle nada a estos oligarcas; sino seguir como hasta ahora, haciéndoles todas las concesiones posibles para que acumulen ganancias, exportando mucho para pagar la deuda.

Solo la izquierda quiere terminar con esta oligarquía

Como señaló nuestro compañero candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires por la lista MST-PO en la interna del FIT-U, Alejandro Bodart: “A la izquierda no nos invitan porque saben que proponemos una reforma agraria integral y tocar los intereses del agronegocio”. 

Es necesario realizar una profunda reforma agraria, que termine con la propiedad terrateniente y los negocios de los grandes capitalistas agropecuarios. Es necesario nacionalizar el comercio exterior para planificar la producción en función de las necesidades de nuestro pueblo y no de los negocios de los capitalistas y el pago de la fraudulenta deuda externa.

Refiriéndose a la provincia de Buenos Aires, Bodart ejemplificó: No aceptamos que la tierra se concentre en cada vez menos manos. En la provincia el 16% de los productores más ricos posee casi el 70% de las tierras cultivables, y días atrás fue noticia que hay trabajo esclavo en las frutihortícolas. ¿Hasta cuándo Kicillof lo va a permitir? Proponemos una reforma agraria integral que expropie a los terratenientes, grandes pooles y monopolios cerealeros, aceiteros, lecheros y frigoríficos. Las retenciones deben ser más segmentadas: altas para los grandes productores y muy bajas para el pequeño chacarero. Vamos por una nueva distribución de la tierra que ponga fin al latifundio, y un plan de diversificación productiva en favor de las mayorías y no del agronegocio”.

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