Mientras Sergio Massa continúa de gira por Estados Unidos, comenzaron a darse a conocer rumores de propuestas que el ministro candidato había hecho a otros actores de la política para lograr una nueva unidad. Como el resultado electoral, Unión por la Patria parece girar a la derecha y sin freno alguno. Bajo la política de un gobierno de “unidad nacional” tan aclamada por Cristina Fernández de Kirchner como por el embajador de Estados Unidos, Marc Stanley, el oficialismo está en la caza de personajes como Horacio Rodríguez Larreta y Juan Schiaretti.
Quien acompaña a Massa en la boleta, Agustín Rossi, dijo: “Argentina necesita un gobierno de unidad nacional, porque nos enfrentamos a una situación de un espacio político que viene a romper todas las tradiciones políticas”. Lo mismo pero con otras palabras que, como advertimos, había dicho el funcionario estadounidense antes mencionado: “Sin importar la ideología o la posición partidaria, formen una coalición”.
Bajo la amenaza de una victoria electoral de Milei, el peronismo empieza a tejer una ecuación política que en algunas partes del país ya funciona. Pero lo que valdría preguntarse es qué posibilidad hay de combatir a la derecha con Larreta, quien en los últimos días fue responsable político del asesinato a un periodista y una represión brutal en un desalojo de familias sin hogar. En caso de que se sumen los radicales, ¿Qué tiene de anti derecha Morales, el actual gobernador de Jujuy, quien reprimió a docentes y pueblos originarios para hacer pasar la reforma inconstitucional para rifar los bienes comunes de la provincia? Podríamos seguir con interrogantes y también sumar cuestiones que atañen al cordobés Schiaretti.
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No hay que olvidar que Larreta es uno de los artífices de la coalición de derecha Juntos por el Cambio. Es el mismo que precariza a los enfermeros y sigue sin reconocerles su título como profesionales. Además, como es de permanente denuncia, también mantiene abandonada a la educación pública, recortando presupuesto año a año, sin vacantes para los estudiantes y edificios en mal estado. Se busca, en síntesis, un aliado de la derecha para ¿combatir a la derecha?
Sin dudas Massa, por un cálculo electoral que parte de tomar los votos del jefe de gobierno de CABA aprovechando su distanciamiento con Macri, busca acrecentar sus posibilidades de cara a octubre para al menos poder llegar a una segunda vuelta. Dejando en claro que bajo la política del mal menor, la unidad puede ser con cualquiera.
Sobre esta unidad nacional como herramienta para enfrentar a Javier Milei vale pensar: ¿bajo qué programa político y económico se enmarca? La primera paridad que uno puede ver es el mandato del FMI. Más allá de eso, algo que no es poco porque ha sido el norte de los últimos dos gobiernos, ¿cuáles serían esos programas? Pensar que los mencionados aceptarían el programa de Juan Grabois es un chiste sin sentido, algo que hace pensar si luego de las elecciones y con la permanencia del dirigente social y político dentro de Unión por la Patria, no es Massa quien lo condiciona por derecha a él, y por ende a toda su militancia. Lo coherente sería que el sector político qeu encabeza Grabois lejos de apoyar a Massa, alguna vez se decidiera a romper con ese frente, si como dice está en contra del ajuste y del FMI.
Enfrentar a Milei no es un drama menor. Muchos sectores se encuentran preocupados por una posible victoria del liberfacho, pero hay que pensar nuevas formas de resistencia y de vencer a estos monstruos. Son los gobiernos posibilistas, las unidades donde priman los intereses del Fondo y los ajustadores los que nos trajeron hasta esta situación.
Es hora de fortalecer una herramienta de independencia de clase, como el FIT-Unidad que integramos desde el MST. Una opción que ponga por delante los intereses de las mayorías trabajadoras y los sectores populares.