El sábado 22, en el marco del colapso sanitario que afecta a Rosario los últimos 10 días, se realizó una concentración de los autodenominados “Médicos por la verdad”. Este nefasto grupo, encabezado por el médico Mariano Arriaga, niega la necesidad de toda restricción, el uso de barbijos, de los testeos y las vacunas, además de promover el consumo de dióxido de cloro para combatir el coronavirus.
Desde ya, lo primero es expresar el más enérgico repudio a esta acción y a este grupo que propagandiza falsas ideologías, alejadas totalmente de toda evidencia científica, que expresan a lo más retrógrado y primitivo de la ultraderecha.
Dicho esto, es preciso señalar, que si algún espacio tienen estos sectores, es por los pésimos resultados en el tratamiento de la pandemia, por parte de los gobiernos nacional, provincial y municipal.
Unos pocos números para graficarlo: más de 3 millones y medio de infectados, alrededor de 75 mil muertos, y sólo el 5,3% de la población vacunada con las dos dosis.
Los dichos de Caruana
Esta acción provocó todo tipo de reacciones adversas, pero queremos detenernos en las declaraciones del secretario de salud pública de Rosario, Leonardo Caruana.
Así lo expresa el diario La Capital: En declaraciones al programa “El primero de la mañana” de LT8, el responsable del área salud del municipio admitió sentir “dolor y tristeza” por lo que ocurrió ayer. Lisa y llanamente, expresó que la movida de ayer chocaba con todo el esfuerzo que el personal de salud está realizando para hacer frente a la pandemia. Dijo además: “En este momento estamos acompañando a los trabajadores y trabajadoras de nuestras terapias, en salas generales, en hospitales para ampliar servicios y encontrar un lugar de internación con recursos críticos en un momento difícil de la pandemia”.
Este funcionario del intendente Javkin, es el mismo que viene abriendo camas supuestamente críticas en el HECA y el Carrasco, y camas de menos complejidad en el auditorio del hospital Roque Sáenz Peña, sin fortalecer la dotación del equipo de salud, con muy pocos ingresos, totalmente precarizados (monotributistas) y sin el tiempo de entrenamiento necesarios, además de la falta de todo tipo de insumos, desde bombas, hasta tachos y bolsas de residuos.
La gestión de Javkin, en sintonía con la del gobernador Perotti, también puede ser tildada de negacionista. Hasta hace una semana repetían que los trabajadores no nos contagiamos en los lugares de trabajo ni en el transporte público, sólo en los encuentros sociales. En lo que va del año no invirtieron nada para fortalecer la infraestructura hospitalaria, es más, en el límite de Rosario con Villa Gobernador Gálvez, sigue parada la construcción de un enorme hospital regional, como lo llaman, si hubieran invertido allí y nombrado el personal, esa obra abandonada podría estar funcionando, al menos parcialmente.
Tampoco se conocen declaraciones, mucho menos acciones exigiendo la declaración de utilidad pública de las vacunas producidas en Argentina, específicamente en el laboratorio mXbience en la localidad de Garín, provincia de Buenos Aires, lo que hubiera permitido a esta altura tener a toda la población de Argentina vacunada.
En definitiva, tanto Fernández/Vizzotti, como Perotti/Martorano y Javkin/Caruana, cínicamente dijeron enfrentar la pandemia salvaguardando las ganancias capitalistas y todo tipo de negociados. Desde estas páginas siempre propusimos otras alternativas: suspender pagos de la deuda externa, cobrar fuertes impuestos y no contribuciones voluntarias a las grandes fortunas, unificar el sistema de salud en manos del estado administrado por sus trabajadores, anulación de patentes y apropiación de las vacunas producidas en el país y muchas otras.
En ese sentido, si de negacionistas hablamos, sin dudas el premio se lo llevan los “médicos por la verdad”, pero también podríamos mencionar como negacionistas a los gobernantes y funcionarios ya citados, eso sí, políticamente correctos.
Alejandro “Cacho” Parlante