viernes, 22 noviembre 2024 - 12:15

Quintela, Grabois, Moyano, Kicillof. El PJ ¿tiene algo para aportar a los trabajadores?

A dos meses del balotaje presidencial, el PJ no logra reponerse del golpe que significó esa derrota a manos de un liberfacho confeso como Milei. Un retrógrado y ajustador «hecho y derecho» en las antípodas del proyecto político y social que aún dice representar el peronismo. Por eso hay movidas para renovarlo ya que, según Moyano, el PJ tendría mucho para aportar ¿Es así o llegó el momento de hacer algo nuevo, junto a la izquierda?

Una de esas movidas se dio en La Rioja, con el encuentro entre el gobernador Quintela con Juan Grabois para enfrentar a Milei y reforzar ese llamado a sacar al PJ de su crisis, con una «mesa política» que renueve su conducción, abierta a otros sectores y al servicio de «reconstruir un proyecto humano», según Grabois.

Pero ese encuentro sufrió un baño de realismo que desnudó rápido todo el relato, al comprobarse la cruda realidad de un PJ como fuerza del régimen capitalista, explotador y represivo, que descarga la crisis en los de abajo.

Realidad mata relato

Es que ese día se levantó la policía y Quintela les cedió de manera exprés, anunciando achicar gastos y la estructura estatal para responder a la demanda de los uniformados, agitada por Martín Menem y otros liberfachos. También una moneda propia como receta fracasada para pagar sueldos con un bono o cuasimoneda y una suma fija para docentes y estatales, en vez de un verdadero aumento salarial. Es decir, ajuste puro, sin «rostro humano».

En paralelo, se dan las multisectoria-les que impulsa Kicillof en los municipios, para un armado opositor al ajuste de Milei. Pero este gobernador, que suena para un eventual futuro electoral, dispuso por decretazo un «aumento» que deja los sueldos docentes y estatales en un 60% a 70% por debajo del 221% de inflación 2023. Realidad mata relato: Milei aprieta y Kicillof descarga también la crisis en el pueblo trabajador.

En el medio, salió el camionero Pablo Moyano a cuestionar dónde están Alberto, Cristina, Máximo Kirchner y Massa. Algo que había planteado Grabois en la marcha de la CGT a Tribunales, pidiendo que la dirigencia del PJ estuviera en la calle con los trabajadores. Pero, como se decía, es difícil que el chancho vuele y tampoco hay que pedirle peras al olmo.

Es que esa derrota que agrava la crisis del PJ, expresa por arriba una amplia ruptura con este partido por abajo, de trabajadores, jóvenes y sectores populares. Nada menos que en la fuerza pilar del régimen democrático burgués en estos 80 años, encargada de ponerle freno a una alternativa revolucionaria, antiimperialista y anticapitalista.

Para buscar recomponer al PJ, sigue el pase de facturas, la demanda por la falta de liderazgos y de algún proyecto que pueda «volver a enamorar». Y que sea creíble, después del desastre de Alberto, Massa y Cristina que lograron casi un imposible: agravar los ya dramáticos indicadores que dejó Macri, al elevar la pobreza e indigencia, la inflación y precarización laboral, la deuda y la sumisión a las corporaciones y el FMI.

El fracaso del posibilismo le abre las puertas a Milei

Lejos de algún giro autocrítico o reversión de esa política para enfrentar al FMI, centraron su campaña en «lo posible» y el mal menor, contraponiendo «la derecha o los derechos» como opción binaria excluyente. Apelaron a la mística -y promesa repetida- de volver a «los años felices». A las conquistas arrancadas bajo el primer gobierno de Perón y también, aunque modestas, las concesiones que debió dar Néstor, en un contexto internacional ventajoso y de precariedad política y social, luego que De La Rúa y Cavallo salieran eyectados por el Argentinazo.

Ante el balotaje, las usinas K, de sectores progres del sindicalismo como la CTA, movimientos sociales como el de Grabois o la CCC y organismos de DDHH afines al gobierno, plantearon la dicotomía «democracia o dictadura». Y criticaron a la izquierda por no apoyar a Massa, diciendo que le haríamos el juego a esa derecha. Lo mismo nos decían en 2019, pero nunca creció tanto la ultra-derecha como pasó bajo el gobierno del PJ.

Todo eso cayó porque la «realidad mata relato». El PJ perdió y el voto real a Massa hay que verlo en aquel 22% que el justicialismo obtuvo en las PASO, con la peor elección de su historia. Los votos obtenidos luego fueron de gente que quería frenar a Milei, tapándose la nariz ante Massa y un PJ derechizado, pero sin apoyarlo.

Como los lazos del PJ con la sociedad están peor que nunca, ahora piden «esperar 4 años para ser felices de vuelta». Incluso antes habían logrado otro imposible: después de gobernar Cristina por dos mandatos, pavimentaron el triunfo de Macri y la derecha de Cambiemos.

Ahora Cristina dice que el PJ no debe apurarse a confrontar con Milei, sino esperar que impacte el ajuste y se acumule bronca para capitalizarla. Lo mismo Massa, al criticar el paro de la CGT por «apresurado». Máximo tampoco mueve a La Cámpora porque «sería hacerle el juego a Milei…».

El PJ no va más

Pero, ¿no era democracia o dictadura? Dejar hacer al tirano o monarca con el cuento de la «gobernabilidad», solo agrava la catástrofe social. Son típicos argumentos burgueses en períodos de crisis para convencer a la clase obrera y el pueblo de no luchar.

De arranque debemos enfrentar el paquetazo de ajuste, represivo y monárquico, con paro, movilización y plan de lucha hasta derrotar a Milei. Así lo planteamos el 20 y 27 de diciembre, arrancandole a la burocracia pejotista de la CGT el paro del 24, exigido con el activismo sindical y la base obrera y popular.

En ese marco, en vez de animarse a postular algo nuevo, que rompa y le de la espalda al PJ, Grabois insiste en más de lo mismo. Pese a que su gobierno le abrió la puerta y dejó crecer como nunca a la ultraderecha negacionista, antiderechos y autoritaria de Milei y Villarruel.

En una entrevista con Sylvestre por C5N, Grabois explicó su propuesta: reordenar ese espacio a partir de «crear una comisión de acción política como hizo tantas veces el Partido Justicialista, dónde estén todos» (Wado y La Cámpora, Axel y los gobernadores, los intendentes) para después armar otra «comisión de acción política» con el resto y «reorganizar al movimiento nacional y popular en Unión por la Patria».

¿Otra vez sopa? El cuento de «pelear desde adentro» no va más. Ni los llamados a renovarlo. Basta citar al General para comprobar la vía muerta de esa política para los trabajadores y sectores populares: Si quieres que algo no funcione, crea una comisión, decía Perón. Y Grabois propone crear, no una, sino dos comisiones… para contener esa ruptura con el PJ que avanza de la militancia honesta, de jóvenes y luchadores que miran a la izquierda. Quienes sí estamos en la calle y en cada lucha, donde se ve el espacio abierto para esa confluencia sindical y política que necesitamos y debemos alentar.

Por eso volvamos a Moyano, ¿el peronismo tiene para aportar? ¿puede renovarse, dónde están sus dirigentes? Massa está como empleado de dos fondos de inversión y escribe un libro, además de querer enfriar el paro de la CGT porque, si ganaba, también habría ajustado. Alberto, en Europa visitando al Papa. Cristina y Máximo, en el Calafate borrados y planteando garantizar la gobernabi-lidad a Milei, al que le abrieron la puerta y ahora dejan que haga el trabajo sucio del ajuste y autoritarismo.

Hace falta construir algo nuevo, con la izquierda

En la calle está la izquierda junto a los trabajadores, sectores medios y populares. Por eso es tiempo de hacer algo nuevo, no más de lo mismo. Porque si no, pasa lo que dice Moyano cuando insiste en reclamar al PJ que «en este momento deberían estar en la calle» porque «después es fácil, en el movimiento obrero ponemos el cuerpo, ponemos en riesgo nuestra libertad, vuelve el peronismo al gobierno y te dejan de lado. Eso ya lo vivimos», afirmó el camionero.

Es que el PJ, aún en crisis, es el principal partido de un régimen de explotación y entrega capitalista, atado al FMI y las corporaciones. Para que no «te dejen de lado», desde el MST planteamos la necesidad de otro camino: apostar y postular algo nuevo con la izquierda. En una perspectiva antiimperialista, anticapitalista y socialista como única vía de sostener aquellas banderas de justicia social, independencia económica y soberanía política.

En el FIT Unidad, si bien consolidamos el espacio político y electoral en un momento complejo, necesitamos superar las limitaciones del Frente que venimos señalando. Las que nos llevaron a ir a internas para desarrollar esa necesidad de cambio, de un nuevo proyecto político en el Frente. Que debe ser más abierto y democrático, sin hegemonismos para poder asumir ese gran desafío de hacer algo nuevo. Es nuestro compromiso, sumate.

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