En la madrugada del 22 de septiembre una refinería de la empresa New American Oil, ubicada en el parque industrial de Plaza Huincul explotó y se incendió, cobrándose la vida de tres obreros del petróleo: Gonzalo Molina (31), Fernando Jara (34) y Víctor Herrera (58), quien estaba próximo a jubilarse.
Ya son 14 las muertes en esta industria en los últimos años en Vaca Muerta. La flexibilización y precarización laboral, junto a la falta de medidas de seguridad y la sed de ganancia capitalista son el cóctel perfecto para estas tragedias.
Desde el sindicato petrolero anunciaron un paro por tiempo indeterminado y se reunirán el día de mañana con el gobierno y las empresas para exigir más seguridad. Sin embargo, sabemos que esta es una nueva lavada de cara del sindicato, que con Perreyra (ex secretario general) a la cabeza del gremio, aceptó la modificación del convenio colectivo de trabajo y aumentó la explotación a los trabajadores.
Las penas son de nosotros, las vaquitas son ajenas
Hace una década que venimos escuchando que Vaca Muerta es la esperanza del país, kirchneristas, macristas, massistas, todos se llenan la boca hablando del progreso que puede traer este yacimiento petrolero. De hecho, en la reciente reunión de la ONU, el presidente Alberto Fernandez señaló: “Contamos con la segunda reserva mundial de gas no convencional y la cuarta de petróleo no convencional. Contamos con una gran reserva de litio (…) Trabajamos para garantizar que este camino de sostenibilidad ambiental y seguridad alimentaria y energética sea posible. Pero todo esfuerzo será en vano si no transitamos ese camino en un marco de desarrollo económico y social más equitativo”1.
Lejos de todas las promesas, en Neuquén avanza la desigualdad social, crece la pobreza, se expanden las recuperaciones territoriales al no poder pagar los costosos alquileres, se multiplican los comedores populares y un largo etcétera. Sin embargo, desde el gobierno y las empresas anuncian día tras día en todos los medios, los nuevos records de producción. Es decir, mientras las empresas se la llevan en pala, trabajadores dejan su vida y la naturaleza es cada vez más castigada por la contaminación.
Si mata y contamina, no es progreso
El acuerdo secreto YPF-CHEVRON que hace un mes cumplió 9 años y que habilitó la extracción no convencional de gas y petróleo cumplió con todas las advertencias que se hicieron desde los movimientos socio-ambientales. Contaminación con la utilización de cientos de químicos, sequía por el consumo excesivo de agua, sismos con la pérdida de viviendas en Sauzal Bonito y también muertes. En Río Negro tuvimos el derrame de petróleo que las empresas no comunicaron y “solucionaron” con una pelopincho.
Hay que activar el freno de emergencia y dar vuelta todo ya, como se planteó en el reciente Foro Global Socioambiental de la Liga Internacional Socialista. Hay formas de producción que no son neutras, no dependen de quien las administre, sino que contaminan per se. En este caso, el fracking, es una de ellas y no caben medias tintas, hay que prohibirlo. En el marco de la peor crisis climática de la historia, el IPCC y toda la comunidad científica es categórica: hay que reducir los gases de efecto invernadero porque la vida en el planeta está cuestionada.
Sin embargo, el gobierno va a contramano de la ciencia estimulando el fracking, la exploración off shore de este modelo “exitoso” de “exportación record” que solo beneficia al 1%.
Es urgente una transición productiva y energética, sustentable, no contaminante, planificada y debatida democráticamente. Para que sean las mayorías sociales las que definan, qué, cómo y para qué se produce. Que la bronca que nos inunda se transforme en más organización para exigir justicia por Gonzalo, Fernando y Víctor, juicio y castigo para los responsables materiales y políticos. No nos vamos a cansar de denunciar que el Estado es responsable.
Nico Mc Namara
1 https://www.pagina12.com.ar/483359-alberto-fernandez-en-la-onu-hablara-del-ataque-a-cristina-ki