Mañana, sábado 16, algunos sectores del kirchnerismo marcharán a la Corte Suprema de la Nación para reclamar por la libertad de la dirigente jujeña de la Tupac Amaru, detenida desde hace cinco años, actualmente en prisión domiciliaria. Ella misma le pide al gobierno nacional que “interceda” para resolver su situación judicial porque “no se puede seguir así”. También siguen detenidos otras militantes de la Tupac.
Desde el CADHU y el MST en el FIT Unidad, desde un inicio y tal como otros organismos de derechos humanos tanto oficialistas como opositores, y más allá de las profundas diferencias políticas y metodológicas que tenemos con ella, exigimos la inmediata libertad de Sala. ¿Por qué? Porque la consideramos una presa política de la justicia provincial de Jujuy. Lo mismo Luis D’Elía, detenido por la toma de una comisaría cuyos miembros junto a narcos participaron del asesinato del “Oso” Cisneros.
El origen de la detención de Sala fue un prolongado acampe de la Tupac y otros movimientos sociales en la plaza central de la capital jujeña, en 2016, que el entonces gobernador radical-macrista Gerardo Morales resolvió criminalizar. Así de simple. Por eso rechazamos las acusaciones de la derecha, que festejan su prisión y encima lo hacen con un repudiable gorilismo.
Por supuesto, no consideramos presos políticos tal como a Milagro o a D’Elía a otros importantes referentes políticos K que nada tienen que ver con los reclamos populares, como lo son el ex vicepresidente Amado Boudou, el ex ministro Julio de Vido -uno de los responsables de la Masacre ferroviaria de Once- o la propia Cristina Fernández de Kirchner, condenados o procesados penalmente por delitos de corrupción.
No ignoramos que entre las condenas a Sala también hay causas ligadas a la corrupción. Pero ante la total arbitrariedad de la justicia jujeña, nuestra propuesta es formar una Comisión Investigadora Independiente, integrada por personalidades de los derechos humanos y referentes de las organizaciones sociales de Jujuy, cuya investigación y dictamen seguramente serían muchísimo más confiables que los jueces adictos a Morales. En síntesis: libertad a Milagro Sala y las militantes de la Tupac, y Comisión Investigadora Independiente para analizar sus manejos de fondos públicos.