lunes, 6 mayo 2024 - 14:37

Lesbianas. El 7M es nuestro, el 8M también

El 7 de marzo se conmemora el Día de la Visibilidad Lésbica en Argentina en memoria de Natalia “Pepa” Gaitán, asesinada por lesbiana en 2010. Once años después seguimos luchando contra el lesboodio de este sistema capitalista y patriarcal.

La Pepa era una lesbiana, torta y chonga visible. Tenía 27 años cuando Daniel Torres, el padrastro de su novia, le disparó a la altura del hombro con una escopeta, asesinándola. La policía no quiso trasladarla al hospital y la justicia, si bien condenó a Torres a 14 años de prisión, se negó a agravar el homicidio por violencia de género.

Ser lesbiana es ser disidente e irrumpir con la ecuación de la reproducción obligatoria, binaria y heterosexual de este sistema explotador, desigual y decadente. Es poner nuestra sexualidad al servicio de nuestro deseo y libertad, ya que simplemente por eso “no debemos existir” o “estamos mal” y somos muchas veces víctimas de violencia y odio.

Así sucedió con Higui, presa por lesbiana que se defendió de un intento de “violación correctiva” en manada, a quien la policía y la justicia desoyeron y sólo gracias a la lucha del activismo logramos su libertad. Otro ejemplo es Marian Gómez, detenida por la policía y procesada por besar en público a su esposa Rocío, en Constitución. En 2019, justo en el Día del Orgullo LGBTI+, la jueza Yungano la condenó a un año de prisión en suspenso y al pago de las costas del juicio. Hoy seguimos luchando por su absolución.

Es más: durante años las lesbianas tuvimos que batallar incluso dentro del movimiento feminista para visibilizarnos y ser aceptadas como tales en los Encuentros Nacionales de Mujeres y tener nuestros propios talleres.

7M y 8M: el Estado y los gobiernos son responsables

El informe del Observatorio Nacional de Crímenes de Odio detalla que en 2020 se conocieron 152 casos y en más de la mitad de ellos se identifica la cadena de responsabilidad y complicidad del Estado: la justicia, la policía y el gobierno. Niegan nuestras identidades, nos reprimen, nos violentan, no toman nuestras denuncias y lo peor de todo: luego el presidente sale a decir públicamente que él le puso “fin al patriarcado”. Absurdo. La realidad relata algo distinto ya que la violencia y la discriminacion hacia nuestro colectivo es cotidiana.

Erradicar la violencia consiste cortarla con tanto chamuyo y tomar medidas efectivas. El ministerio acartonado que conduce Gómez Alcorta de poco y nada sirve cuando nuestras compañeras son condenadas por lesbianas y aún no tenemos igualdad social real.

  • Necesitamos que se aplique la ESI en todos los colegios para prevenir la violencia, con mirada de género y diversidad.
  • La ley Micaela en la justicia tampoco es suficiente: hay que destituir a las juezas como Yungano y elegir a jueces, juezas y fiscales por voto popular.
  • Hay que disolver esta policía de clase y machista, que en vez de defendernos nos reprime y violenta.
  • Exigimos reformar la ley antidiscriminatoria para incorporar la orientación sexual y la identidad de género como causales. Que se respete la ley de identidad en la salud, la educación y toda la administración pública.
  • También presupuesto real para combatir la violencia patriarcal en todas sus formas.
  • Y por supuesto, separar a la Iglesia y el Estado ya que no va más seguir bancando a esa institución retrógrada y antiderechos con la plata de todo el pueblo.

Acá estamos, la resistencia torta dando pelea. La única forma de terminar con el patriarcado es tirándolo junto al capitalismo que lo sustenta. Por eso nos organizamos e invitamos a todo el activismo a ser parte. ¡El 7 y 8 de Marzo las lesbianas tomamos las calles contra la violencia de este sistema!

Micaela Escobar, Libre Diversidad-MST

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