lunes, 23 diciembre 2024 - 01:03

En Plaza de Mayo y el país. Miles contra el acuerdo gobierno-FMI

Como el 11D, el 8F volvimos a reventar la Plaza y a realizar una masiva jornada nacional. La crisis de un gobierno que no logra disimular tamaña entrega y la puesta en movimiento de un amplio espacio impulsado desde el FIT Unidad posibilitaron que se exprese el creciente repudio al pacto de ajuste. Hay que seguirla con un plan de lucha para derrotarlo.

Fue la noticia política de los últimos días. Lo titularon medios grandes y portales: la izquierda otra vez llenó la Plaza contra el FMI. La plaza, las diagonales, la densidad de la gente ocupando cada centímetro, gruesas columnas del FIT Unidad en el centro y un amplio arco de organizaciones de la izquierda, obreras combativas, populares, piqueteras, de derechos humanos, estudiantiles y franjas de gente que se sumó a la marcha sin pertenecer a las organizaciones. La propia policía admitió 80 mil personas en la Plaza. Nuevamente adhirió a la marcha Norita Cortiñas.

Fue una jornada nacional. En los principales centros urbanos del país se replicaron actos y movilizaciones muy masivas. La de Córdoba, con 20 mil concurrentes fue una de las mayores en mucho tiempo y sufrió un ataque de grupos fascistoides avalados por la policía y habilitados evidentemente por el gobierno. Las marchas de la izquierda y los luchadores preocupan y mucho. El espacio que organizó la multitudinaria marcha del 11D se consolidó y subió la apuesta. Sin dudas se está trasformando en un fuerte canal, con el FIT Unidad como su motor central, para amplificar y continuar la movilización hasta derrotar este pacto de ajuste y coloniaje.

Tres conclusiones importantes

Sin dudas la primera conclusión que explica que este movimiento contra el FMI vaya en ascenso es que se multiplicó la bronca y el rechazo contra el acuerdo. La grieta en las alturas derivada de la tremenda crisis en el frente gobernante y sobre todo la ruptura de la base social que se sigue desencantando fueron combustible para la movilización. Se mensura en las encuestas, se percibe en el humor social, se comprueba en las protestas contra los efectos del ajuste y el extractivismo: el verso de Alberto no convenció ni a propios ni a ajenos. Pero lo más importante es el drenaje de franjas del pueblo trabajador que le empiezan a dar la espalda y a sumarse a la movilización.

La segunda conclusión es que había agua en la pileta para una gigantesca movilización. Y el espacio NO al FMI del 11D recogió el guante ante la complicidad siniestra de las direcciones sindicales y políticas conniventes con el gobierno. Por supuesto había clima para un paro nacional y una marcha mucho mayor. Es nefasto el rol de la CGT para impedirlo; también el de los dirigentes de la CTA de los Trabajadores, que criticaron tímidamente, pero avalaron el acuerdo. Por su parte, y tenemos que decirlo, la CTA autónoma, cuyos dirigentes se pronunciaron en contra y se asomaron a la marcha, pero no fueron a la Plaza, no movieron un dedo para poner el potencial de los gremios estatales que todavía dicen representar ni de sus movimientos territoriales al servicio de movilizar. Mucho ruido y pocas nueces.

Pese a este panorama, con el potencial del FIT Unidad, los sectores combativos que impulsa y el espacio que se viene reuniendo y fortaleciendo estuvimos a la altura de las circunstancias. No podemos minimizarlo como hacen algunos sectores, que encandilados por el cabaret del Frente de Todos minimizan la potencia del espacio que volvió a convocar miles a las calles y tiene el desafío no solo de organizar la continuidad, sino de convocar a más y más sectores que rompan con los cantos de sirena de los que llaman a quedarse en el frente oficialista y movilicen contra el FMI y el ajuste.

El rol del FIT Unidad

La tercera conclusión tiene que ver con la potencialidad del FIT Unidad para impulsar un espacio amplio y diverso. Es evidente que el impulso de la ubicación en el escenario político post electoral como tercera fuerza nacional, los legisladores logrados, la creciente inserción en los procesos sindicales y sociales y la capacidad de movilización está llamado a ser el eje de esta y nuevas confluencias. Por supuesto para ello hay que seguir postulándose como venimos planteando desde el MST.

El balance de esta nueva jornada es contundente. El FIT Unidad, si se postula y tiene no solo la firmeza programática sino la flexibilidad organizativa para poder impulsar y articular espacios diversos, como el que estamos construyendo en unidad de acción contra el FMI y el gobierno va a fortalecerse como alternativa no solo para desarrollar la lucha y avanzar en derrotar al acuerdo de entrega, sino también para avanzar como alternativa política para cambiar el modelo y disputar el poder al posibilismo genuflexo con el Fondo y la derecha.

Una campaña para derrotar al FMI

En la declaración leída en la Plaza se plantea la continuidad, una nueva marcha y jornada masivas para cuando se propongan bendecirlo en el parlamento. No pueden quedar claros: es una guerra abierta. Con consigas similares a Fuera el FMI, Las estafas no se pagan o La deuda es con el pueblo trabajador se unificaron en la acción miles y miles en todo el país. Necesitamos seguir denunciando los efectos del acuerdo que viene con ajuste, extractivismo, precarización, entrega e hipoteca del país. Y planteando la necesidad de derrotarlo con la movilización.

Llevar esta pelea a las fábricas, hospitales, escuelas, universidades y barrios. Y reclamar a los dirigentes sindicales el paro nacional mientras lo vamos construyendo desde abajo junto al sindicalismo combativo. El MST puso todas sus fuerzas con potentes columnas en todo el país. Y se compromete a impulsar con la mayor de las energías esta campaña.

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