26 de Marzo de 1994, y Chacarita se enfrentaba a Almagro en el Clausura del campeonato de la Primera B Metropolitana 1993/1994. San Martin explotaba de gente, el viejo estadio de tablones estaba desbordado, no cabía un alfiler en la cancha. Es que el funebrero armo un equipo deslumbrante que prometía pelear el tan ansiado ascenso al nacional B y lo hacía luchando en la cima de la tabla.
Cuando ambos equipos salen a la cancha paso algo imprevisto y por demás curioso, los dos equipos tenían camisetas idénticas. Es que eran vestidos por la misma marca “Penalty” y los diseños de sus camisetas eran exactamente iguales. El blanco que predominaba y la mayoría de los detalles en negro, que compartían ambas camisetas hacían muy difícil diferenciar el azul y el rojo que caracteriza a cada uno de los tricolores.
El árbitro le pide a Chacarita que utilice otra camiseta, pero la marca aún no les había mandado las tradicionales tricolores. Entonces, casi ya dispuesto a suspender el Match paso algo icónico e histórico. Los hinchas comenzaron a tirarles a los jugadores sus camisetas tricolores para que puedan jugar, llovían camisetas desde la tribuna al campo de juego.
Y así salió chaca a la cancha, con 11 camisetas diferentes, de distintas marcas y con distintos sponsors. Pero todas tenían algo en común, la pasión de la hinchada y la dedicación a sus jugadores.
El partido concluyó con un 3 a 2 a favor del funebrero, pues no podía ser de otra forma. Ese mismo campeonato Chacarita asciende al Nacional B, tras vencer en la final a Tigre en el estadio de River Plate.