miércoles, 13 noviembre 2024 - 19:36

CELAC. Alberto Fernández asume la presidencia con un discurso de “extremo centro”

Durante la tarde del viernes que pasó, en el Palacio San Martín, se llevó a cabo la sesión plenaria de la XXII cumbre de cancilleres de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). La noticia más sustantiva del evento fue la asunción de Alberto Fernández (Argentina) como presidente pro tempore del bloque regional.  

Con una orientación centrada en su objetivo principal –acordar con el FMI-, el presidente ensayó un discurso de “extremo centro” ante el resto de los cancilleres y representantes de los 33 países presentes. Como lo van demostrando los distintos gobiernos “progresistas”, en esta nueva ola donde están arribando a la presidencia ya no les queda ni el discurso combativo, mucho menos antiimperialista.  

No fue ni siquiera necesaria la presión de los partidos de derecha de nuestro país para que Fernández, en alusión a Estados Unidos, Canadá (no forman parte del foro) y Brasil (Bolsonaro retiró al país del foro), advirtiera que: “CELAC no nació para oponerse a alguien. CELAC no nació para enfrentarse con algunas de las instituciones existentes. CELAC no nació para inmiscuirse en la vida política y económica de ningún país”. Toda una declaración dirigida a las autoridades máximas del Fondo y la gestión de Biden que, tras el discurso de Guzmán con los gobernadores ha enviado algunas presiones -caída de las acciones argentinas en la bolsa y aumento del riesgo país- para que el ajuste solicitado en pos de acordar se dé con más celeridad. 

Una posición que se consolida en el bloque 

Lo dicho por Alberto estuvo en completa consonancia con la orientación que viene tomando la CELAC hace un tiempo. Andrés Manuel López Obrador (AMLO), en un evento del año pasado, todavía en la presidencia del foro, a tono con lo dicho por el presidente argentino había manifestado que: “Es tiempo de expresar y de explorar otra opción: la de dialogar con los gobernantes estadounidenses y persuadirlos de que una nueva relación entre los países de América es posible”.  Se muestra con estas declaraciones las contradicciones manifiestas de los gobiernos que, años atrás, por medio de esta plataforma, declamaban ser un bloque de “signo opuesto”. Hoy, con matices menores, buscan preservar como “socio” al mismo Estados Unidos que es responsable de los bloqueos económicos de algunos países representados en la misma CELAC. 

Sin embargo, vale resaltar que las buenas relaciones de este bloque no sólo buscan consolidarse con el país del norte. También es cierto que los negociados con China son muy fuertes, y esto es lo que presenta mayor contradicción para las potencias en su carrera por buscar la hegemonía de América Latina. Como lo vienen resaltando diferentes medios, Argentina tiene en su agenda integrarse al proyecto de Ruta de la Seda del gigante asiático. Un mega plan de comercio exterior por parte de la gestión del PCCh que ya integra 19 países de América Latina y el Caribe.  

Lejos de alguna progresividad existente en estos dos países imperialistas, las relaciones económicas que los gobiernos de este bloque buscan concretar, tanto con China como con Estados Unidos, no rompe los márgenes de ubicar a los mismos como dependientes. Los planes de infraestructura de parte de China, tanto como el acceso al crédito o las inversiones privadas estadounidenses, recrudecen el carácter colonial de países atados a matrices económicas, en la gran mayoría de los casos, extractivistas. 

Desigualdad y contaminación, un problema mayúsculo de la región 

Además de lo destacado en el mensaje de Fernández se presentó la preocupación de que: “en esta región la riqueza se concentra en pocos y la miseria se distribuye en millones de hombres y mujeres que padecen”. Lo sorprendente es que, con esta afirmación, cierta por caso, hace omisión de su responsabilidad y la de sus pares en el continente. La tendencia a la desigualdad que se acrecentó en medio de la pandemia y arrojó, según datos de la CEPAL, a 209 millones de pobres a finales del 2020, es una contraparte de las políticas aplicadas por los gobiernos actuales. 

Los programas de reforma laborales, ya sea por medio de leyes o impulsadas por sector modificando los convenios colectivos de trabajo, es el motivo para que, como también lo indica la CEPAL, más del 50% de los trabajadores de la región lo hagan de manera informal.  

Sin dudas que, el debate que transcurrió el año pasado en Glasgow, donde se realizó la COP 26, fue tema de agenda en este nuevo encuentro de la Cepal. Fernández, en medio de una cruzada extractivista encarnada por gobernadores, cínicamente manifestó su preocupación por el cambio climático. Lejos de atender una agenda de transición energéticas donde se vaya dejando atrás la explotación de recursos hidrocarburíferos, el nuevo presidente de la CELAC profundiza la matriz extractivista en su país. 

Lo expuesto deja en claro que, de parte de estas reuniones, no se puede esperar ninguna respuesta progresiva y menos radical, para resolver la crisis social, económica y ambiental que presenta la región en medio de una crisis del capitalismo a nivel mundial. 

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