martes, 5 noviembre 2024 - 20:25

Caso Lucas González. Prisión perpetua para los asesinos

Los jueces Ana Dieta de Herrero, Daniel Navarro y Marcelo Bartumeu Romero, del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 25 condenaron a perpetua al inspector Gabriel Alejandro Issasi, al oficial mayor Fabián Andrés López y al oficial Juan José Nieva, imputados como coautores del homicidio agravado de Lucas González, y por la tentativa de homicidio de los tres amigos de Lucas, con idénticos agravantes.

Además se condenó a seis efectivos a penas de entre cuatro y ocho años de prisión por el encubrimiento del crimen, estas fueron para los comisarios Juan Romero, Fabián Du Santos y Rodolfo Ozán, y al subcomisario Roberto Inca a la pena de seis años de prisión. En tanto, el tribunal absolvió al comisario inspector Daniel Santana, a cargo de todas las dependencias de la Comuna N°4,  al subcomisario Ramón Chocobar y también a los oficiales  Jonathan Martínez, Daniel Espinosa y Ángel Arévalos. Este último en sus últimas palabras antes del veredicto repudió las declaraciones de sus superiores: “El jefe de la Policía (Gabriel Oscar Berard) por intermedio de dos de sus abogados está presionando al personal subalterno”. A partir de esto el tribunal pidió que se investigue al jefe y al subjefe de la Policía de la Ciudad.

Lucas y sus amigos fueron atacados a balazos el 17 de noviembre de 2021 cuando salían de entrenar del club Barracas Central y regresaban a sus casas a bordo de un Volkswagen Suran. En Iriarte y Vélez Sarsfield los jóvenes fueron interceptados por un Nissan Tiida en el que circulaban tres policías de la Brigada 6 de la Comuna 4 de la Policía de la Ciudad que les hicieron señas para detenerse. Como no tenían identificación policial, los chicos pensaron que podían ser ladrones e intentaron escapar, momento en que los efectivos les dispararon y un balazo impactó en la cabeza de Lucas, quien murió al día siguiente en el hospital El Cruce de Florencio Varela.

Este fallo es histórico porque la carátula fue de homicidio quintuplemente agravado por haber sido cometido con arma de fuego, con alevosía, con odio racial, en concurso premeditado de dos o más personas y abusando de sus funciones como fuerzas de seguridad. Por primera vez aparece la figura de odio y de racismo en un fallo judicial de este tipo. Esta vez la policía juzgada fue la de Larreta, quien cometió un crimen de odio y racismo, pero no es la única. En el conurbano la Bonaerense de Berni y Kicillof o en la Federal estos casos de violencia institucional o abuso de la fuerza se cuentan por cientos o miles.

Para terminar con esto es importante disolver a la policía y construir otro tipo de fuerza, en donde sean enjuiciados y castigados todos los responsables de casos como este pero además que los comisarios sean electos por voto popular de los vecinos y con cargos revocables, que se los pueda echar si no actúan como es debido.

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