sábado, 4 mayo 2024 - 05:30

Bonos para importadores, Leliqs, CAF. Más endeudamiento en medio de un brutal ajuste

Entre las nuevas medidas económicas se anunció la creación de un nuevo bono destinado a los importadores, el BOPREAL, que significará una nueva deuda en dólares por cifras que oscilan entre los U$S 30 y U$S 55 mil millones. Mientras representantes del Tesoro de Estados Unidos nos están visitando en estas horas, la CAF acaba de librar un préstamo a Argentina por U$S 914 millones para pagar el vencimiento con el Fondo en este diciembre, y continúa la “bola de nieve” de las Leliqs. Allí están las razones del “déficit fiscal”.

Por la comunicación A7918 del Banco Central se crea el BOPREAL (Bono para la reconstrucción de una Argentina libre). El nuevo bono será en dólares, los importadores podrán comprarlo en pesos con un menú de varias opciones y vencimientos, desde varios meses en adelante hasta fin del 2027. Tendrán un 5% de interés anual.

Algunos economistas –entre los que se encuentra el hasta hace poco asesor de Milei, el ex cavalllista Carlos Rodríguez- han señalado que esta medida es una verdadera estatización de deuda privada, recordando las épocas de estatización de deudas con los bancos de las empresas privadas realizadas por Cavallo cuando era presidente del Banco Central de la última dictadura. El gobierno dice que va a solucionar la elevada deuda que tiene por SIRAS aprobadas para que los importadores obtengan del Banco Central y que no han sido cubiertas por falta de dólares en las reservas.

Las cifras son exorbitantes, se habla de deudas comerciales que oscilan los U$S 55.000 millones, entre deudas por importaciones de productos y servicios. En una reciente entrevista con TN, el ministro de Economía, Luis Caputo, habría reducido esta cifra a U$S 30.000 millones, ya que otros U$S 25.000 millones corresponderían a un “flujo normal”. Una cifra enorme si la comparamos con los U$S 44.000 millones del fraudulento préstamo del FMI que condiciona toda la economía.

Entre los argumentos del gobierno dicen que la deuda ya sería estatal desde el momento que Massa autorizó que se importen productos sin tener los dólares para cubrir estas importaciones. Además, que los que terminen comprando estos bonos a ser pagados a corto plazo en dólares, contribuirían a “secar de pesos el mercado” y de esta manera combatir la inflación.

Con el cinismo que caracteriza a esta gestión, el ministro dijo que se va a realizar un registro ante la sospecha de que muchas deudas por importación sean maniobras fraudulentas, realizadas en su momento para aprovechar un dólar oficial muy barato y hacer enormes diferencias.

Lo que no dice el ministro es que este mecanismo de pagar deudas con un dólar oficial barato fue usado por los importadores no sólo para pagar insumos para la industria; sino que cancelaron deudas financieras que habían contraído en la era Macri, mecanismo que contribuyó enormemente a vaciar las reservas. Tampoco dice que uno de los beneficiados por esta medida, como con la fuga de capitales anterior, es su propia familia, que tiene en Tierra del Fuego el negocio de ensamble de piezas importadas para armar productos electrónicos.

Las maniobras realizadas con estas importaciones constituyen una de las fuentes más importantes de fuga de capitales del país. Muchas deudas a cubrir son inter empresas, entre la casa matriz en el extranjero y la filial local, con lo cual se producen maniobras de sobrefacturación fácilmente, ya que se facturan deudas por productos que nunca fueron enviados. Lozano acaba de calcular que de U$S 37.000 millones exigibles, U$S 20.000 millones corresponderían a este tipo de deudas.

Ya durante la gestión de Massa se había habilitado un bono especial, las Ledivs, por el cual se compensaba a los importadores a los que el Banco Central no había entregado los dólares aprobados, que se actualizaba según la evolución del valor de la divisa norteamericana, en un panorama que, ganara quien ganara las elecciones, se descontaba una fuerte devaluación del dólar oficial. Estos bonos fueron clausurados en el periodo anterior al balotaje, cuando se conoció en forma pública la maniobra en ciernes.

Los funcionarios del Tesoro norteamericano de inspección en el país

Aunque había traslucido la noticia de que al no tener un dólar en el BCRA el gobierno estaba por postergar el vencimiento con el FMI de U$S 914 millones de este 21 de diciembre, ahora se conoce que la CAF (Corporación Andina de Fomento) acaba de darle al país un préstamo para cubrir este vencimiento.

Según el diario La Nación, Caputo está tratando que los gobiernos árabes -Arabia Saudita, Dubai y Abu Dhabi- le presten alrededor de U$S 3.000 millones para llegar a abril, cuando empiezan a ingresar los dólares de la cosecha gruesa.

Las necesidades de dólares son mayores: “sólo entre este mes y abril hay vencimientos en moneda extranjera –sumados organismos, deudas con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y amortizaciones de bonos, por U$S 9.558 millones”.

El gobierno de Biden –que decide qué hará el Fondo- envía altos emisarios del Tesoro al país. En las próximas horas arribará al país una comitiva encabezada por Jay Shambaugh, subsecretario del Tesoro para Asuntos Internacionales. Las agencias de noticias señalan que sería también de la partida Michael Kaplan, número dos del Tesoro para el Hemisferio Occidental. Parece que los yanquis estarían dispuestos a “ayudar”. El FMI tenía pendientes desembolsos del Acuerdo de Facilidades Extendidas por U$S 3.334 millones para este mes y de U$S 1.067 millones para marzo, pero esperaría a que se pague este vencimiento de diciembre y que se empiecen a hacer efectivas las medidas de ajuste, para concretar estos desembolsos.

¿Y las Leliqs?

Milei en la campaña electoral se encargó de señalar que su prioridad era desmontar esa “bola de nieve” que constituyen los pasivos remunerados del BCRA en forma inmediata. Es que la renovación permanente de los 24 billones de pesos que existen entre Leliqs y Pases pasivos fundamentalmente son una fuente de emisión de pesos constante. Bueno, ahora han dejado de ser prioridad y se comunicó a los bancos que sigue el negocio.

Es más, el gobierno dice que mantener una alta tasa de interés, aunque la redujo un poco, sirve para que los pesos no vayan al dólar, que ahora estaría más caro de lo que se calculaba era su valor de equilibrio y que solo se apreciaría un 2% mensual con el llamado crawling peg. Con lo que el gobierno alienta expresamente los negocios de carry trade (traer dólares, pasarlos a pesos a altas tasas y luego comprar más dólares de los que se trajo), un negoción para banqueros y fondos buitres, amigos del financista Caputo.

Unas maniobras peligrosas, ya que muchos economistas señalan que como el supuesto freno a la inflación no será muy rápido. El propio gobierno habla de un rebrote por los aumentos de tarifas y todos los aumentos en curso, lo más seguro es una nueva importante devaluación para marzo por el retraso futuro en el valor del dólar oficial. Negocios para financistas, banqueros y grandes capitalistas; hambre, mucha hambre para la población trabajadora.

Una entrega gigante de nuestros recursos e ingresos

Mientras descargan una escalada tremenda de alza de precios, congelan la mayor parte de la partida del Estado destinadas a sueldos estatales, jubilaciones, planes sociales, obra pública y las destinadas a asistir a la población, y programan un durísimo tarifazo, desarrollan un enorme plan de saqueo, utilizando todo tipo de endeudamiento con los banqueros, grandes empresarios y organismos internacionales responsables de la actual crisis.

Frente a tamaño saqueo no queda otra que salir a la calle. Es vergonzosa la actitud de la CGT, las CTAs y Grabois que llaman a ser prudentes. Tendrían que llamar ya a un paro nacional y plan de lucha. Por eso, aunque la Pato Bullrich amenace, el 20 de diciembre decenas de miles poblaremos las calles de Buenos Aires y de todo el país.

  1. Datos vertidos por Alejandro Bercovich en el editorial “Estatizan deuda privada”, realizado en su programa Pasaron Cosas en Radio con Voz.
  2. “Caputo y un ‘puente’ para llegar a abril”, La Nación 15/12/2023.

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