viernes, 24 enero 2025 - 00:32

La doble moral de Gendarmería. Matan un bagayero pero tienen un comandante narco

El plan Güemes deja al desnudo que se trata de un refuerzo del sistema de encubrimiento del crimen organizado desde los organismos del Estado. El “Camaleón”, como conocían al comandante Torres cayó en la provincia Mendoza, lejos de los radares del plan Güemes de Salta, que es desde donde partía la droga y transitaba con total facilidad.


Al comandante, a su hijo y al resto de los detenidos no hizo falta dispararles y mucho menos matarlos, como sí hizo la Gendarmería con el humilde bagayero Fernando Gómez, asesinado el mes pasado junto a sus dos compañeros gravemente heridos.

Un interventor cómplice
La crisis de frontera no se produce por el bagayeo, se genera porque los gobernantes les dan impunidad a los narcos por acción u omisión, lo cual debería determinar la Justicia.


En la localidad fronteriza de Aguas Blancas, Saenz designó a Zigarán, quien viene de fracasar en su última intervención de Aguaray donde se taparon todos los escándalos del exintendente vinculado al contrabando y por su incapacidad no resolvió nada, todo sigue igual.


Zigarán que no se escandaliza de los verdaderos narcos, ya que no salió a hacer una sola declaración sobre el comandante oranense detenido, pero sí se paseó por todos los medios nacionales explicando sobre leyes físicas imposibles de sostener. Zigarán cuenta que los chancheros se tiran a nado al río Pescado con los bolsones de hoja de coca. Claro, porque el verde vegetal y su entramados de aire hace que flote como un salva vidas. Ahora este ridículo funcionario dice que entre medio de los bolsones de hoja de coca pueden ir ladrillos de droga. Sería interesante que la sociedad argentina de Física invite a Zigarán a tirarse a cruzar el río con 50 ladrillos de peso muerto en su cuerpo a ver cuántos metros nada.

Si ya es toda una audacia y destreza física sobrellevar el río sobre un “chancho” de coca, que por su naturaleza vegetal semiflota, como para agregarle ladrillos que funcionan como un ancla y hacen imposible su flotabilidad. Esa es la doble moral de los funcionarios que no laburaron en su vida. Hablar incoherencias de los humildes y cerrar la boca ante el crimen organizado.

La causa del gendarme narco expone la responsabilidad del Estado que permite el tránsito de la droga en la zona norte del plan Güemes, con el comandante oranense que no necesitó tirarse al río a nadar porque pasa sin ser detectado bajo los radares de la ruta de su provincia y finalmente es atrapado en Mendoza.

Mientras Milei, Bullrich, Saenz y sus bufones hacen un show detestable con la muerte de un humilde bagayero buscando la impunidad en la causa, al mismo tiempo ocultan que su personal jerárquico de las fuerzas de seguridad nacional es el principal motor del crimen organizado. Los hechos hablan por sí solos. Basta con contraponerlo para darse cuenta.

Samuel Huerga
Periodista
Radio Cadena Noa
Dirigente del MST

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