miércoles, 18 diciembre 2024 - 17:27

Educación y vacunas. Inicio de clases con luz roja

En medio de la pandemia que no afloja y de la posible segunda ola de COVID-19, Trotta y los gobernadores insisten con la vuelta al aula 2021. ¿Están en condiciones, tanto las escuelas como docentes, estudiantes y familias de volver a la presencialidad? ¿Quién decide la política Educativa?

El ministro de Educación nacional, Nicolás Trotta, manifestó la necesidad, en este año que se inicia, de “priorizar la escuela” y que la presencialidad sea la norma. Dijo que “si hay que tomar decisiones respecto a la restricción de alguna actividad, no deben impactar en ella, fundamentalmente, respecto al tema recreativo y a los cuidados individuales, la escuela puede ser un espacio seguro cuando la realidad epidemiológica lo permita, aplicando los protocolos”.

En sus declaraciones dice que los contenidos pedagógicos, los detalles y fechas se discutirán con los gobernadores, en algunos casos con la dirigencia de los sindicatos y en el Consejo Federal de Educación. Por supuesto, la insistencia de “intentar priorizar la escuela”, es sobre la base de insistir con la presencialidad, aún en este contexto. Pero además, docentes y auxiliares junto con la comunidad educativa no formamos parte de la toma de decisiones educativas, siendo quienes mantenemos la escuela pública en pie, hace años. Y quienes hemos sostenido el acompañamiento pedagógico durante todo el 2020, en soledad y con nuestros propios recursos.

Aun no se sabe qué porcentaje de docentes van a estar vacunados para el 1 de marzo. Ya que se estarán estableciendo ciertas prioridades dentro de la propia docencia. Estamos hablando de 1.300.000 de docentes en distintos puntos de la Argentina, esto significa que el gobierno planifica volver a la presencialidad sin que todos los y las docentes recibamos la vacuna.

El ministro da vuelta las palabras del Jefe de Gabinete de Fernández, Santiago Cafiero, quien hablaba de ser cautelosos, y “aclara” sobre sus dichos: “Lo que plantea es que tenemos que priorizar los cuidados responsablemente para que la realidad epidemiológica nos permita la mayor presencialidad“. En tanto en provincias como Buenos Aires, la ministra Agustina Vila afirma que está previsto el inicio de clases el 1 de marzo de forma presencial. Y que, atendiendo la situación epidemiológica, seguramente se va a combinar en un esquema bimodal. En igual sentido lo hacen ministras de Educación como la de Santa Fe, aunque hablando del 17 de febrero. O del gobierno porteño que habla de un 100% de presencialidad, pese al nuevo pico de casos y los fuertes recortes en infraestructura y presupuesto educativo estatal para destinarlo a las privadas.

La infraestructura y los salarios no aparecen en las declaraciones de los ministros de Educación

Nada se dice de las condiciones de las escuelas, que se mantuvieron con casi nulo mantenimiento durante la cuarentena del 2020. Necesitamos rápida resolución a los problemas concretos estructurales: la falta de agua, las condiciones de los baños, la convivencia en un mismo edificio de primarias como secundarias y el compartir los patios, edificios con vidrios rotos y plagas de palomas. Como así también resolver mayores partidas presupuestarias para limpieza y en mayor personal, en el marco de extremas medidas de seguridad sanitarias e higiene, necesarias constantemente. Esa situación de abandono de los edificios escolares es la que precipitó la virtualidad el año pasado, pero ninguno de esos problemas se ha resuelto, y deben ser rápidamente resueltos si de verdad se dará “prioridad a la escuela”.

Necesitamos además abordar la falta de cargos en la planta de auxiliares, sumamente necesarios en el marco de la pandemia para llevar a adelante la limpieza prioritaria. Como así también completar con cargos docentes, que hoy se resuelven con planes, al estilo de los ATR de verano bonaerenses, que funcionan en muchos casos sin baño o agua potable y con la docencia totalmente precarizada.

Priorizar la escuela, es también hablar de los salarios. Tanto docentes como auxiliares seguimos bajo la línea de pobreza, y no se ha garantizado siquiera recuperar algo de lo perdido con la inflación y menos bajo el macrismo. Garantizar sueldos que cubran la canasta familiar y el acceso a los bienes culturales, junto a aumentos de emergencia, indexados automáticamente por la inflación real, debe ser fundamental.

Este fin de año nos dimos cuenta que también somos descartables, como dicen les compañeres de salud, ya que recurrieron a nosotres todo el año para revincular a los estudiantes sin conexión, con contratos precarizantes, todo esto sin cumplir con la responsabilidad del gobierno, en garantizar la cobertura y equipos para toda la comunidad educativa. Obligando a la docencia con escasos actos públicos y sin cargos; a la precarización laboral, que nos atravesó toda la cuarentena. Respondiendo a la aplicación de los programas de FINES y otros como el PIEDAS y el ATR para cubrir puestos de reemplazantes o suplentes, con sueldos de hambre y de una inestabilidad pasmosa. Tal es así que, al 31 de diciembre del 2020, quedaron cientos sin cobertura de las obras sociales como el IOMA bonaerense y sin siquiera ese cargo precario.

Por eso hablar de priorizar la escuela, y la presencialidad debería ser en realidad, garantizar las condiciones requeridas, resolver los problemas de infraestructura, de cargos y salarios. Porque sino esa supuesta “prioridad” resultará en solo cumplir con la presión de la burguesía para una nueva falsa nueva normalidad, donde el cuerpo y los riesgos los seguimos poniendo docentes, auxiliares y estudiantes.

Debemos ser protagonistas y dar vuelta todo de una vez

Las conducciones de los gremios docentes jugaron a dejar correr o fueron artífices de este ajuste en el sector. Y continúan siendo colaboradores del gobierno, con funcionarios y cargos, cumpliendo una función de tapón de la bronca y demandas de las bases. Con sus relatos irreales, como que todo funcionaría bien, que es seguro y le habríamos ganado a la inflación. Esto con todo el aparato y dinero de nuestros aportes como afiliades, no para hacer escuchar nuestra voz, sino lo contrario, la voz y la política de los patrones, del gobierno, que es la que permanentemente aparece en los informes y los muy pocos espacios de base que se abren, aunque sean virtuales.

El pacto burocracia y gobiernos es muy fuerte y, junto con otros gremios de trabajadores estatales, aceptan planes de precarización, sueldos y condiciones laborales terribles, con nula estabilidad. Todo justificado con las palabras claves: “estamos en pandemia, el macrismo dejo destrucción, y la derecha presiona no deja gobernar, por eso, no es momento de criticar, de pedir más, sino de saber comprender que es lo que se puede hacer”.

Ahora bien, ha sido el Kirchnerismo el que votó en su momento el presupuesto macrista, y lo extendió en el tiempo, pero además, habiendo recursos, votan un nuevo presupuesto que sigue sosteniendo la precariedad y el ajuste en el sector. Además, ¡plata hay! Es necesario eliminar los subsidios a la Iglesia y a toda la educación privada, debemos ir por un verdadero impuesto a la riqueza, no un aporte extraordinario y a pocos, sino un impuesto que grabe de verdad a los que más tienen. ¡Ni un peso a la deuda! ¡Todo a educación y salud!

En el 2020 la resistencia de les trabajadores no abandonó las calles, a pesar de la pandemia. Para no seguir perdiendo derechos o en el caso del movimiento feminista, para arrancar más derechos, sosteniendo la lucha en la calle, superando a quienes buscaban frenar la marea verde. La primera línea a la cabeza con sus enfermeras en pie de lucha como el ejemplo de ALE en la Ciudad, decidiendo todo democráticamente. O el triunfazo de los aceiteros con 20 días de huelga histórica.

Nosotres les docentes también dimos batalla, con asambleas, plenarios, marchas, virtualidad, para enfrentar el ajuste y la precarización. Debiendo superar el freno de la burocracia Celeste. Y aunque en algunos momentos, las propias direcciones combativas y Multicolor fueron más tibias que lo que la propia base pedía, hubo voluntad de lucha.

Este año 2021 será bisagra, desde la oposición docente y la Multicolor tenemos que estar a la altura. Preparar los espacios democráticos, en cada provincia y a nivel nacional, y debatir cómo, dónde y cuándo volveremos a las aulas. Pero sobre todo con un salario en un solo cargo no inferior a la canasta familiar, hoy en $75.000. Esas acciones y un plan de lucha serán el camino para ganar.

Pero además de ir por estas reivindicaciones concretas y necesarias, también es el momento de discutir quién toma las decisiones y qué decisiones hay que tomar. Les docentes debemos ser parte fundamental de la toma de decisiones, al igual que la comunidad educativa en su conjunto.

Y no solo para decidir si volver a la presencialidad o no. Tampoco para discutir solo el protocolo oficial y su aplicabilidad. Es necesario discutir qué escuela, qué educación necesitamos y para qué modelo de sociedad. El capitalismo mostró que no puede resolver ni las propias pandemias que genera y que no ha podido priorizar la vida y la salud en Argentina y el mundo. Una y otra vez muestra que prioriza las ganancias, aún en este contexto, dónde el puñado de multimillonarios ha tenido las mayores ganancias en la historia de la humanidad, mientras crece la enfermedad, muerte y pobreza en el 99%.

Es por eso que necesitamos otra sociedad, que para nosotres es el socialismo. Y para ello queremos debatir un modelo educativo diferente, inclusivo realmente, democrático, feminista, donde se priorice la vida y la construcción colectiva de saberes, conocimientos y de elaboraciones pedagógicas. Donde no haya una escuela para pobres y otra para ricos. Y la educación esté al servicio de la humanidad en su totalidad y no de la ganancia del 1%. Discutir contenidos, prioridades, formas, métodos, proyectos, currículum, cómo integrar el 2020 y 2021, pero en un Congreso Pedagógico Nacional resolutivo, que democráticamente permita la construcción de un nuevo paradigma escolar para dar pie a una nueva sociedad, justa e igualitaria.

Desde Alternativa Docente en ANCLA y el MST, estamos convencides que es el momento de disputar en todo el país qué educación para qué país nenecesitamos. En estos momentos de crisis civilizatoria, y para eso, elegir delegades y construir en unidad ese gran Congreso Nacional Pedagógico para que, de una vez por todas, ser quienes tomamos las decisiones. Y dar paso a esa escuela y sociedad que todes soñamos.

Súmate con nosotres a dar estas peleas, y preparar estos debates de cara a un probable no inicio de clases del 2021. Y a fortalecer la lucha para el cambio social que necesitamos.

Patricia Ríos y Andrea Lanzette

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