domingo, 24 noviembre 2024 - 02:32

Milei. 30 días que ya parecen 300

Va apenas un mes del nuevo gobierno, pero ya parece que hubiera pasado mucho más. Por su plan de shock que busca alterar la estructura económica y social del país, por la velocidad de su desgaste político y por una respuesta de lucha obrera y popular que crece ante semejante ataque. Nuestra breve reflexión al respecto.

Milei se hizo cargo de la Casa Rosada el 10 de diciembre; chocolate por la noticia. Pero la percepción general de que está gobernando desde hace mucho más tiempo que 30 días no nace de la nada. En primer lugar, porque la cantidad y calidad de cambios que propone este gobierno ultraderechista es inédita. En cuanto a cantidad, por ejemplo su proyecto de ley ómnibus y sus seis anexos tiene 351 páginas e incluye 947 artículos, divididos en 38 capítulos temáticos, que derogan o modifican 40 leyes y otras normas. Y en cuanto a calidad, porque su contenido es un ataque directo contra derechos económicos, sociales y democráticos como nunca se vio antes, al menos en esta “democracia” capitalista que conocemos desde 1983:

  • Es una liberalización económica absoluta a gusto de los grandes empresarios para hacer lo que quieran con los precios, qué y cómo producir y vender, sin ningún control estatal y con apertura total de exportaciones e importaciones. Sigue la sumisión al FMI y habilita a las corporaciones extranjeras a avanzar sobre mares, ríos, tierras, privatizar 40 empresas estatales y demás bienes comunes. A los grandes propietarios e inmobiliarias les facilita ahogar a los inquilinos. Legaliza un nuevo blanqueo de capitales y ya Caputo les ofrece a los bancos un canje de deuda con interés a la inflación real, mientras al plazo fijo del pequeño y mediano ahorrista le bajó la tasa a menos de la inflación prevista.
  • A nivel laboral, ataca el derecho de huelga, pretende eliminar las paritarias y facilitar los despidos mediante indemnizaciones de miseria y en cuotas. Ya mismo están despidiendo a miles de estatales. A la vez intenta eliminar la movilidad jubilatoria, pasando a aumentos miserables por decreto. Van a eliminar los subsidios, de modo que ya empezaron los aumentos de transporte y se vienen los tarifazos de luz, gas y agua. Con respecto a la ayuda social, empezaron por no entregar alimentos a los comedores populares y su plan es ir recortando planes sin garantizar empleo genuino. Además hay recortes a derechos educativos, de género, a la cultura, ambientales y contra la juventud.
  • En cuanto a derechos democráticos, hay un ataque autoritario y un cambio de régimen en una especie de golpe y estado de sitio. Pretenden darle superpoderes a Milei para actuar por decretazos cuando quiera, anular el rol del Congreso -en donde son minoría- e imponer varias leyes represivas, como prohibir el derecho constitucional a la protesta (¡reunirse tres personas sería delito!), legalizar el gatillo fácil policial e impedir el reclamo judicial contra los Chocobar. Con el distrito electoral uninominal sólo habrá uno o dos partidos representados en el Congreso, eliminando a las minorías. Y ya están nombrando milicos en la Inteligencia, deteniendo gente 60 días por tuitear y la cana intimidando asambleas gremiales y vecinales.

“Sensación térmica” social: cada vez más caliente

Pero este primer mes de Milei parece bastante más no sólo por la andanada del mega DNU, el protocolo represivo de Bullrich y la ley ómnibus, sino también por la temperatura social. Ya varias encuestadoras comienzan a registrar que hay un proceso de desgaste político de Milei y su gobierno ante la opinión pública y que tiende a crecer día tras día.

Y lo dice también el laburo, el barrio, la calle. Lo decís vos, cuando no llegás a fin de mes ni a palos. Cuando vas al súper o al chino, llegás a la caja y tenés que dejar más de un producto. Cuando la SUBE no te dura ni un suspiro. Cuando tenés que pensar con quién convivir porque tu alquiler ya se volvió impagable. Cuando cambiaste el asado con los amigos por un par de pizzas o pastas. Cuando tenés que recortar a la mitad las vacaciones o directamente anularlas. Y cuando vemos que hay quienes están aún mucho peor, sin trabajo o hasta en la calle.

¿Y cómo no va a crecer la bronca, si Milei prometía ajustar a la “casta política” pero resulta que la tiene ahí, gobernando junto con él, mientras mete un ajustazo brutal contra el pueblo? Por eso en todo el país se van extendiendo los paros, las marchas y protestas, los cacerolazos, las asambleas barriales y por eso la burocracia de la CGT -que venía haciendo la plancha total- tuvo que salir a convocar a un paro general con movilización para el 24 de enero.

Ahora bien; la justicia laboral suspendió una parte del DNU, y eso es positivo, pero no lo volteó. En el Congreso, lo que se ve es que el gobierno presiona con todo para aprobar la ley ómnibus y el PJ cacarea un poco pero por abajo sus gobernadores la están negociando. Es que el pejotismo no va más como alternativa política porque es parte de este mismo sistema capitalista, decadente y felpudo completo del FMI. Y en cuanto a la CGT, ya sabemos que no se puede confiar ni un milímetro en que esa burocracia sea consecuente con la lucha: sólo le importa cuidar su bolsillo y ahora descomprimir un poco la bronca de las bases.

Por eso, si en esta pulseada queremos que el “ómnibus” de Milei no nos pase por arriba y arrase con todos nuestros derechos, organizate con el MST en el Frente de Izquierda Unidad para parar y marchar juntos este 24, para exigir un plan de lucha contra el ajuste y para seguirla por una salida de fondo anticapitalista y socialista, que es la única que nos puede hacer salir de esta malaria.

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