jueves, 21 noviembre 2024 - 18:59

A 48 años del Villazo comienza el juicio. Entrevistamos a Pacho Juárez, protagonista de esa histórica lucha

El próximo lunes 13 de noviembre comenzará en el Tribunal Oral de Rosario N° 1 el juicio a los responsables de los crímenes cometidos contra los obreros de Villa Constitución, en la brutal represión al Villazo del año 1975. Allí estará presente nuestra diputada electa de CABA, Cele Fierro y la compañera Vilma Ripoll. Entrevistamos nuestro compañero Pacho Juárez, quien es parte de los querellantes que vienen peleando desde hace muchos años para que se haga justicia y quien fue integrante del Comité de Lucha en esa enorme e histórica gesta obrera.

Pacho Juárez

PDI. Comienza el juicio a los responsables de los crímenes realizados durante el Villazo, ¿qué me podés comentar sobre eso?

PJ: Primero que estamos muy contentos. En toda Villa Constitución los sobrevivientes y los querellantes estamos festejando porque fue una lucha de muchos años. Al mismo tiempo que estamos emocionados, estamos indignados porque tenemos que declarar y queremos decir toda la verdad. Así que se nos mezclan un montón de sensaciones.

Tenemos enfrente una justicia que a lo largo de los años no ha hecho otra cosa que mantener esto en una impunidad total. Recién hace 14 años empieza a abrirse un poco la posibilidad de que vayamos a Villa, en el sentido de que este es un juicio de un hecho que se da en el marco de un gobierno constitucional en el año 1975, el gobierno de Isabel Perón, López Rega, Rocamora, etc., todos esos h. de p., y se da en el marco de un gobierno que dos años antes había sido elegido por la gente.

Entonces es un juicio que involucra a los partidos políticos, y la justicia depende de ellos, de los gobiernos de turno, de los acuerdos entre los partidos patronales, que han mantenido esto en silencio. Nosotros hemos tenido una política consecuente, de mucha movilización, de muchos actos acá en la puerta de los tribunales de Rosario, de mucha exposición en los medios. Entonces los tipos tuvieron que fijar fecha de comienzo de juicio este lunes 13.

Pero así como aflojaron en el inicio, lo hacen en Rosario cuando el pedido completo era que lo hicieran en Villa Constitución, ya que los crímenes de lesa humanidad, su investigación y su condena se hacen en los lugares donde sucedieron los hechos. De todas maneras, nosotros vamos a recibir el inicio del juicio con un gran acto. Hay sindicatos que nos están apoyando empezando por la UOM de Villa, el sindicato aceitero, los gremios docentes, ATE, ACOAD, SADOP y las organizaciones políticas, casi todo el FIT-U, con el MST y el Teresa Vive. Es un abanico de apoyos que estamos consiguiendo y esto lo estamos logrando hasta ahora en tres lugares: Villa Constitución, Rosario y San Nicolás. Esperamos un acto importante para el inicio del juicio.

PDI: ¿Quiénes son los acusados en el juicio?

PJ: Los acusados son 26. Nosotros bastante tiempo atrás, hace unos cuantos años, presentamos una lista de 101 imputados encabezada por Isabelita, y otra gente que fue muriendo en el camino o declarándose insana mentalmente como Isabel Perón. De esa lista de 101, la justicia le fue restando mérito a un montón y quedaron 26. De los que quedaron hay dos de la patronal de Acindar: Roberto Pellegrini y Ricardo Torralvo, y después mucha Policía Federal, Policía Provincial y uno de la Prefectura. Esos son los 26 imputados de toda la sangría que provocó el juez Martín Bailaque de la lista que nosotros le presentamos. Además, siguió funcionando la impunidad biológica y muchos de los nombres que presentamos murieron. También murieron compañeros nuestros, como Alberto Piccinini y tantos otros.

Nosotros vamos porque los crímenes se consideren como delitos de lesa humanidad, de genocidio. Acá hubo una planificación qué tiene que ver con aniquilar a una organización sindical y eso fue lo que buscaron: hacer desaparecer a la organización. No fueron crímenes aislados, tenían una finalidad política.

PDI: ¿Cómo fue la pelea para lograr que habilitaran este juicio?

PJ: La pelea que hemos hecho viene de bastante tiempo atrás. Las charlas abundaron. Nosotros aprovechamos todas las oportunidades que se nos fueron brindando, hicimos charlas en las universidades, en los colegios secundarios. Hemos hecho varias charlas en la UOM de Villa Constitución ante los cuerpos de delegados. Fueron varias instancias en las que me tocó estar. La semana pasada hicimos una con 150 pibes secundarios. Hacemos charlas en los barrios de Villa Constitución a las que llamamos mateadas, en las que nos reunimos con los familiares de los compañeros que fueron asesinados o compañeros que fueron presos. Fueron actividades muy lindas y de mucha atracción histórica, muy interesantes. En esos barrios donde se dio el núcleo de la huelga de 60 días, en esos barrios donde se dio el núcleo de la represión todavía ay muchas familias que recuerdan.

Hemos conformado hasta ahora dos asambleas abiertas -nosotros las llamamos así -, en apoyo a la causa del Villazo, una en Villa Constitución y la otra en Rosario, que hasta ahora vienen funcionando muy bien, con mucha amplitud y son las que están organizando, por ejemplo, el acto del día lunes.

PDI: ¿Cómo va a ser el acto?

PJ: Va a ser un acto abierto. Primero van a hablar los abogados porque queremos que ellos expliquen las características que va a tener el juicio, su duración, los días en que se va a tomar declaraciones, y contestar todas las preguntas de lo que la gente no sabe, como por ejemplo quiénes son los imputados, quiénes somos los querellantes. El acto empieza así porque luego los abogados tienen que participar de la apertura del juicio dentro del tribunal.

Después quedaremos nosotros en la calle otorgando la palabra a todos los sobrevivientes, a todos los querellantes, a todas las víctimas, para pasar luego a las organizaciones políticas, sindicales, etc. Tenemos dos o tres horas de acto. Tenemos mucho tiempo.

PDI: ¿Por qué se demoró tanto el juzgamiento de un grave hecho represivo que incluso es anterior a los crímenes de la Dictadura?

PJ: Fue una presión tremenda que se dio sobre Villa en el ‘75, los metalúrgicos de Villa Constitución se enfrentaban a Lorenzo Miguel, al Secretariado nacional de la UOM, además de las patronales de Acindar y de Metcon, que pertenecía a la Ford. En Metcon éramos 1.700 trabajadores. Enfrentamos a un gobierno de ultraderecha y a un peronismo ortodoxo, y la burocracia que existía en los sindicatos enfrentaba con métodos violentos a los opositores.

No solamente a través de las palabras, te decían infiltrados, comunistas, hasta serpiente nos dijeron a nosotros; sino que además lo llevaban adelante con métodos violentos, con bandas de lúmpenes armadas, con armas que le daba el Estado. Acá en Villa Constitución patota de Lorenzo Miguel ocupó el local de la UOM con FAL, con fusiles automáticos, lo custodiaron durante muchos meses con armas largas.

Enfrentamos a todo eso con un simple pedido de la Marrón que se veía totalmente triunfante y ganadora, que era que se normalice la seccional de la UOM de Villa Constitución, que era la única en el país donde no se daban elecciones. Justamente la lista Marrón se forma para que den elecciones, nunca habíamos tenido elecciones. Se forma la Marrón, se arma el primer Villazo, se ocupan las fábricas. Fue un triunfo ya que se obliga a firmar un acto acuerdo al Secretariado nacional del sindicato, al Ministerio de Trabajo -que también era de la UOM ya que el ministro de Trabajo era Ricardo Otero-, incluso las patronales firmaron también que en 180 días se iba a normalizar el sindicato e iban a haber elecciones. Eso fue en marzo de 1974.

Pasaron los 180 días, las bandas armadas de la derecha peronista seguían metiendo bombas, haciendo atentados terroristas. Metieron bombas en el local donde nosotros nos reunimos, el local de la lista Marrón. Ellos querían generar un clima de caos, para decir que por eso no se podían dar elecciones, y que ese clima lo generaban el ERP, los Montoneros, los subversivos, cualquier cosa…

Todo el año ‘74 fue un año de intensas movilizaciones. Se hizo un plenario antiburocrático nacional en una cancha de fútbol, con Tosco, Salamanca, etc. Todo para presionar que haya elecciones y las elecciones finalmente se dan el 20 de noviembre. Gana la Marrón por el 65% de los votos y en diciembre entregan el sindicato.

Tres meses después lo vuelve a ocupar el Secretariado nacional de la UOM a punta de fusil, como ya te conté, respaldado por un operativo que ellos nombraron como “serpiente roja del Paraná”. Fue un operativo planificado de tiempo antes, ordenado por el gobierno de Isabel, las fuerzas represivas de la época, entre ellas las bandas paraestatales e ilegales como la Triple A y las patotas armadas, las policías provinciales. El operativo generó una represión furiosa que el primer día detuvo a 80 compañeros, entre ellos a toda la Comisión Directiva, Comisiones Internas, cuerpos de delegados y desató una furiosa respuesta y resistencia de los trabajadores al grito de “libertad a los compañeros presos” y que nos devuelvan el sindicato.

Zafamos poquitos, los que estábamos trabajando el turno noche. A las 4 de la mañana, cuando ingresa el operativo yo estaba adentro de la fábrica. Ellos fueron a buscarme a la pensión donde yo vivía y la hicieron pelota. Iban con las credenciales tuyas, con tu domicilio, tu fotografía. Tenían todo. La patronal de entrada se jugó a ese operativo y junto con la burocracia y el gobierno, apostaba que el descabezamiento del activismo de la UOM infringiera una derrota tremenda.

Pero nada de eso pasó. Empezaron las asambleas en las fábricas y fueron ocupadas por los trabajadores durante cuatro días hasta que finalmente decidimos levantar las ocupaciones y continuar la huelga en los barrios y en los pueblos de los alrededores. Donde había un metalúrgico había un huelguista, viviera donde viviera. Se armaban asambleas en Rosario, en todos los pueblos que unen Villa Constitución con Rosario. En aquella época éramos 7.300 nosotros, así que surgían asambleas y reuniones por todos lados. El partido se volcó con todo. La juventud del partido, la mayoría era secundaria. Se volcaron los compañeros de la Dirección Nacional, Pedro, el petiso Páez, Eduardo Espósito, el gordo Fierro. Cada tanto iba también Nahuel Moreno. Ahí Vilma se engancha como activista en la huelga y luego queda como militante del PST.

PDI: ¿Cuánto duró la huelga?

PJ: La huelga duró desde el 20 de marzo del ‘75 hasta el 17 de mayo de ese año.

PDI: ¿Cómo se expresó la represión?

PJ: Durante la huelga fueron asesinados cinco compañeros. Después de la huelga catorce compañeros más. Todo eso con el gobierno de Isabel Perón. Con la Dictadura veintinueve compañeros más fueron asesinados por el ejército. En esta última tanda de compañeros asesinados, la minoría era de fábrica, la mayoría eran militantes políticos, sociales, gente que había colaborado con la huelga, seguramente denunciada o marcada por la policía. Villa era un pueblo chiquito, tenía 24 mil habitantes.

PDI: ¿Cómo se desarrolló ese enorme operativo represivo durante la huelga y cómo reaccionó la población de Villa?

PJ: Por supuesto con miedo, pero con una enorme solidaridad. Recibíamos solidaridad todo el tiempo, de los barrios, de las maestras, de todos. Obviamente que no era suficiente para mantenernos económicamente, nosotros éramos 7.300 compañeros. En el operativo represivo el primer día eran 4.000 y luego se quedaron muchos durante la huelga.

El comité de lucha convocaba a paros regionales con movilización. Se paraban Arroyo Seco, Figueras, Pavón, Empalme Villa Constitución. Todo ese cordón estaba movilizado y cuando la gente se movilizaba para Villa, para hacer una gran concentración en la plaza de Villa Constitución, apareció el ejército.

Estaban todas las fuerzas represivas, por ejemplo, Gendarmería, que estuvo desde el primer día, se asentó en mi fábrica. A nosotros nos desalojó la Gendarmería. También todo el aparato parapolicial que ya estaba. El 22 de abril ya había tres compañeros asesinados. Dos que mataron en una peña. Se hacía una peña para recolectar fondos para los huelguistas en un club que se llamaba Sacachispas y la Triple A ametralla desde afuera y entran balas por las ventanas y caen asesinados un diariero y un portuario. El diariero se llamaba Ponce de León y el portuario Viribay.

PDI: ¿Qué recuerdas de las disputas con Segovia durante la huelga?

PJ: Segovia, que era el único de la Comisión Directiva del sindicato que había podido zafar de los apresamientos y respondía a la línea del PRT, convocó a una movilización una semana antes del 22 de abril. Nosotros veníamos empujando desde el comité de lucha un paro general y regional, con gran movilización el 22 de abril. Ellos se anticipan y antes de esa fecha convocan a una marcha y llevan gente. Mueven unas 800 personas -ellos dicen que fueron 2000- en la plaza de Villa Constitución. Era muy malo porque podían reprimirlos y ponían en riesgo la línea del comité de lucha, que era confluir el 22 de abril. Lo hicieron igual. El PRT siempre se cortó solo con respecto a las resoluciones del comité de lucha. La acción del 22 fue veinte veces superior.

PDI: ¿Cómo fue la campaña de solidaridad?

PJ: Se juntaron fondos en todo el país y también mercadería. Esta última era imposible de entrar a Villa Constitución, te sacaban la mercadería y podían meterte preso.

PDI: ¿Porque Isabel se ensaña de esa manera con la conducción y el activismo obrero de Villa Constitución?

PJ: Mirando desde el presente tenemos que tener en cuenta que se estaba armando lo que luego se conocerá como Plan Cóndor para todo el Cono Sur. Los tipos venían manipulando e implementando una política para ir derechizando al gobierno y a toda la burguesía, que fue lo que terminó sucediendo y terminó en el golpe militar. Ellos veían en el activismo del movimiento obrero un peligro, que no era solamente de oposición a la burocracia sindical, con muchas posibilidades de seguir recuperando comisiones internas y hasta algunos sindicatos. Era ese movimiento obrero clasista, pese a que en esa época el movimiento obrero cordobés ya venía de derrotas, pero quedaba Villa Constitución. Ellos no se equivocaron cuando dijeron que había “una serpiente y la cabeza está en Villa”.

La Triple A venía asesinando compañeros, en la persecución del activismo de la zona norte del Buenos Aires fue la que instrumentó el ataque a nuestro local y el asesinato de nuestros compañeros en la llamada “Masacre de Pacheco”. Quedaba el activismo de Villa. Desde allí se convocaron varios plenarios antiburocráticos. Además, cuando se convocaba en otros lugares, como por ejemplo en Buenos Aires el plenario convocado en Lugano por Indiel, llamaban a la gente de Villa Constitución. A mí me tocó ir a ese plenario en representación de la Marrón de Villa. La Comisión Directiva me envió dado que estaban desbordados y no podían concurrir. Éramos delegados que teníamos representación de la Marrón, aunque no éramos de la Comisión Directiva.

PDI: ¿Qué rol jugaron vos y el otro compañero del PST, Pepe Kalauz en la conducción de la huelga?

PJ: Los dos éramos de Metcon. Yo había salido delegado, Pepe no, ya que entró después que yo. En los cuatro días que se ocupó la fábrica en los días posteriores al 20 de marzo, en las asambleas permanentes nosotros nos comunicábamos con gente de Acindar y de Maratón, y ya estaba decidido que si salíamos a una huelga larga teníamos que armar el comité de lucha, el fondo de huelga, un boletín de huelga y sacar delegados. La gente en las asambleas tenía que elegir dos compañeros por fábrica para el comité de lucha. Entonces aparecen los dos de Acindar, los dos de Metcon que éramos Pepe y yo, los dos de Maratón, uno de Vilver -porque esa era una fábrica más chica, de unos 600 compañeros- y el negro Segovia que había quedado en libertad, había zafado de la prisión y estaba en el comité de lucha. Estaba en un comité cuyas resoluciones no respetaba, se cortaba solo.

PDI: ¿Con la derrota de Villa y los anteriores golpes al clasismo se logró frenar al activismo en el país?

PJ: No. El gobierno de Isabel no pudo terminar de reventar al movimiento obrero, como se reflejó en el proceso que se abrió en el Rodrigazo y por eso tienen que dar el golpe: usaron al gobierno de Isabelita para eso y lo desecharon como un limón exprimido. Le habían sacado todo el jugo y no pudieron reventar al movimiento obrero. La Dictadura completó el proceso represivo. Acindar se fue para arriba, lo puso a Martínez de Hoz como ministro de Economía del gobierno de la Dictadura. Martínez de Hoz pedía plata para Acindar, que nunca devolvió un peso. Martínez de Hoz le hizo armar una acería prácticamente gratis, una fábrica que consumía como la mitad de la electricidad que consumía la ciudad de Rosario. Después vino Cavallo y dijo que eso no se pagaba más, cuando fue la estatización de la deuda externa privada.

PDI: Finalmente, ¿cómo actuó el conjunto de la militancia del PST en relación aquella huelga?

PJ: El partido reflejó en su periódico Avanzada Socialista la huelga de Villa en la tapa en los números que publicó durante la huelga. Se volcó a nivel nacional, se hicieron colectas en todo el país con bonos del fondo de huelga en el movimiento obrero, en el movimiento estudiantil, en todos lados. Yo creo que el PST fue el partido que más y mejor se volcó. Porque fue el partido con línea sindical: nacionalizar el conflicto, terminar con la ocupación, desocupar las fábricas y preparar la huelga larga, todo eso fue política del partido.

Por supuesto ahora, pasó el tiempo y las otras corrientes dicen “pero nosotros también”. Pero yo recuerdo que en las asambleas los que hablamos de eso éramos nosotros. Todo eso porque el partido me mandaba línea. Chiquito me mandaba cartas. En realidad, me mandó una, pero bastante buena. El título de la carta era “Vamos a la huelga larga hasta que les salgan telarañas a las máquinas”.

O sea, me estaba diciendo hay que desalojar porque ahí nos cocinan, en contra del ERP que quería quedarse ahí y podía ser una masacre. Había que desalojar y había que organizar una huelga larga. El partido traía la experiencia de la huelga larga portuaria del año 66. Se elegían delegados en los barrios y todo tipo de actividades. Por eso nos metieron una bomba en el local de Rosario que no quedó nada.

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