Históricamente fuimos el sector del equipo de salud, postergado. El modelo dominante, con los médicos como vértice que dirigen y el resto auxiliamos, está cuestionado. En los últimos 20 años, el salto en la profesionalización de la enfermería planteó una nueva realidad: la equivalencia de formación académica y preparación de nuestro colectivo. La pandemia probó la importancia estratégica de nuestro rol a escala social. En CABA, con el sindicato ALE, batallamos por la agenda de la Enfermería empoderada. Quiero transmitir, algunas reflexiones sobre la coyuntura y los desafíos estructurales que tenemos.
En noviembre de 2018 la Legislatura de CABA aprobó la Ley N° 6035 que regula las condiciones salariales, laborales y profesionales del equipo de salud. Sin embargo, fueron abarcadas por esa normativa 24 profesiones en total: desde médicos, hasta fisioterapeutas, desde bioquímicos hasta licenciados en prótesis. Todos/as con razón y derechos. Pero al colectivo más numeroso del sistema de salud, nos dejaron afuera: la enfermería siguió encuadrado en el escalafón municipal con rango de empleadas/os administrativos. ¡Pero interactuamos con vidas y salud, todos los días! No con hojas de cálculo o expedientes. ¿Alguien considera que la enfermería no es parte del equipo salud? Bueno, en CABA, Larreta, las conducciones burocrática y elitista de SUTECBA y Médicos Municipales, bloquearon ese acto elemental y básico de justicia. Miles de enfermeras, licenciadas, con posgrados y formación equivalente a todas las profesiones incluidas en la Ley N° 6035, quedábamos a partir de entonces, discriminadas. La reacción no se hizo esperar y enormes movilizaciones semi-espontáneas, como una especie de “2001 de la enfermería”, se transformaron en una gigantesca marea blanca en las calles de Buenos Aires. Sin embargo, la ausencia de una potente herramienta sindical que orientara el movimiento con una perspectiva coherente, combativa, unitaria, pero independiente de todos los gobiernos, fue un límite a las protestas. Esta conclusión, fue decisiva para quienes nos abocamos a construir la ALE desde entonces: necesitamos un poderoso sindicato de la enfermería empoderada. El 2018 mostró que hay fuerza en las bases, falta organización permanente en un sindicato nuestro, que no se entregue y que exprese un modelo anti-burocrático y de lucha, como única confianza.
Divide, confunde y reinarás: la estrategia de Larreta y el sindicalismo cómplice
Los factores de poder político (Larreta), gremial (SUTECBA) y corporativos (Médicos Municipales) que se oponen al Reconocimiento de la enfermería, registraron como nosotros, la fuerza que tenemos en las calles. Y también, registraron que hay que impedir que nuestro colectivo se emancipe, se empodere y se libere de todas las trabas que nos tienen de rehenes. Por eso, apelan a la táctica de las “carreras paralelas” para la enfermería, como ficción de reconocimiento. Lo hicieron en 2019, con la llamada “Carrera de enfermería y especialidades técnico-profesional de salud” que, sin embargo, implicó:
- Seguir ganando la mitad en promedio que un profesional encuadrado en la 6035.
- Tener un régimen de 35 en lugar de 30 hs semanales de trabajo.
- No contar con el mismo régimen de licencias: ni para capacitación en servicio, ni por stress u otras afecciones.
- Las evaluaciones de desempeño son eliminatorias y pueden terminar con la disponibilidad del personal de enfermería.
En resumen: la “carrera trucha”, versión 1, para enfermería fue una caricatura de reconocimiento y pasó así, a la historia del movimiento de la enfermería “luchona”. Sin embargo, no dejamos de pelear.
La CAPE: nueva “carrera”, otra burla a nuestro colectivo
Durante la pandemia nos movilizamos reclamando terminar con la discriminación e hicimos de todo: paros, acampes, ruidazos, caravanas, festivales. En fin: una batería de medidas de protesta que colocaron la discriminación de la enfermería en agenda. Y la ALE con enormes movilizaciones del sector, fue forzando una respuesta por parte del GCBA y el visto bueno de SUTECBA y cía. ¿De qué hablamos? De una nueva carrera, que prometía “equiparación salarial y jerarquización profesional”, y terminó siendo un aumento salarial adicional del 46 % pero a cobrar en cuotas hasta el 2025 ¡La equiparación es al 100 % y en un solo pago, porque nosotras no trabajamos en cuotas! Es evidente que somos un fastidio para SUTECBA, Larreta y AMM. Si somos incluidas/os en la 6035 pierde la burocracia de SUTECBA –en miles de afiliados y cotizantes para la obra social- porque dejaríamos de ser “municipales”. Eso debilita la caja. Por eso, se opone a la ALE y enfermería, el “eterno” Genta, al frente del sindicato. Y AMM (médicos), resiste (o resistía, veremos con la nueva gestión) el pase a la Carrera porque no quiere perder el monopolio de concursos en los hospitales a cargos de gestión. Por lo tanto, rechazamos también esta “nueva carrera”. Equiparar, es igualar y eso es al 100 % en materia salarial. Y no renunciamos a la bandera de la Inclusión en la 6035. Segundo intento de “carrera” a la “carta” para enfermería y nuevo fracaso. No hay caso: nos quieren conformar con un proyecto limitado y cada vez se activan más sectores de la enfermería. Lo rechazamos y seguimos en pie de guerra con todo el equipo de salud.
Fortalecer la ALE: aprender de 2018
Efectivamente en 2018 se dio el “2001 de la enfermería”. Pero no contamos entonces, con un poderoso sindicato combativo. Por lo tanto, nuestra obsesión es reforzar la ALE, para que sea el instrumento que empodere a las mejores compañeras de nuestro sector. Organizarnos bien desde abajo, bien desde las bases. Nuestros objetivos pasan por sumar más activistas a la construcción de ALE, ampliar la masa de afiliados y diseñar una hoja de ruta a conocer el país. Las últimas asambleas, dejaron estas resoluciones:
- Rechazamos la “nueva carrera” por considerarla insuficientes, limitada.
- Ratificamos la exigencia de equiparación al 100 % en una sola cuota.
- Ratificamos la lucha por la Inclusión en la 6035.
- Plan de construcción de equipos de ALE por hospital y campaña masiva de afiliación.
Este artículo, con este periódico, va a llegar a muchos lugares de trabajo, de estudio y a todo el país. Les va a llegar a enfermeros y enfermeras, mis compañeros. A todos ellos, dejarles una última reflexión: para hacer buen sindicalismo independiente y de lucha, hace falta una perspectiva política desde los trabajadores, el anticapitalismo y la izquierda. Llegó la hora de la enfermería. Llegó la hora del equipo de salud.