En medio de un país convulsionado por movilizaciones que reclamaban contra la precarización laboral, el reconocimiento de la primera línea y contra el hambre, Alberto Fernández encabezó la Cumbre de Jefes de Estado del Mercosur.
La reunión, encabezada por el presidente argentino -quien traspasó la presidencia por témpore del organismo a Brasil- , se desarrolló por conferencia virtual. Participaron los presidentes de Brasil, Jair Bolsonaro; de Paraguay, Miguel Abdo Benítez y de la República Oriental del Uruguay, Luis Lacalle Pou. También estuvo el canciller de Argentina, Felipe Solá.
El presidente entre otros temas, se refirió a la agenda ambiental, algo que en la práctica no se desarrolla en el país sino más bien todo lo contrario. A pesar de alguna medida o anuncio cosmético, el avance del extractivismo y la entrega en el país y la región no para. Por ejemplo, la realización de una audiencia pública no vinculante luego de que la Subsecretaría de Hidrocarburos de la Nación abriera concurso para exploración de nuevas áreas marinas en busca de petróleo y sus derivados. Una entrega total del mar argentino en zona cercana a las costas de Mar del Plata, a países imperialistas como a la empresa Equinor de Noruega.
«El compromiso de la erradicación del hambre, de la pobreza en nuestras sociedades y mejora de la calidad de vida de nuestros pueblos» continuó «el Mercosur debe ser productor de alimentos sanos y saludables». Nuevamente declaraciones que expresan puro cinismo, sin prácticas que vayan en ese sentido. En el mismo momento que Alberto realizó estas declaraciones se desarrolla la masiva Jornada Nacional de Lucha de la Unidad Piquetera para que el salario mínimo esté acorde a la canasta básica y contra la precarización.
El encuentro también tuvo declaraciones referidas al anuncio de Uruguay de realizar acuerdos comerciales por fuera del organismo regional. Al respecto, Alberto Fernandéz dijo: «Creemos que el camino es cumplir con el Tratado de Asunción, negociar juntos con terceros países o bloques y respetar la figura del consenso» luego de hablar de la responsabilidad de fortalecer al Mercosur frente a la pandemia.
Más allá de este encuentro, la región está recorrida por estallidos sociales, crisis política y económica, y en principio de giro a la izquierda. La respuesta a esto, es una unidad real de los pueblos que se propongan la emancipación y colaboración de los países. Camino contrario a la unidad actual de las élite, que sólo prioriza el mercado por sobre las necesidades reales de las mayorías.