Pasó una semana desde que la bronca acumulada por décadas de atropello y no reconocimiento de la profesión de enfermería estalló en una asamblea masiva, donde más de 300 estudiantes votaron la toma de la escuela por tiempo indefinido y el desconocimiento de las autoridades impuestas de forma antidemocrática por el decano Mateo Martínez. Todo esto como parte de un plan de lucha que ha empezado a principios de marzo de este año, con movilizaciones y acciones al rectorado para lograr hacer realidad un reclamo histórico: transformar la escuela en facultad, autonomía universitaria, democratización plena y aumento del presupuesto educativo.
Se trata de una escuela que solo tiene 3 aulas y 1 baño para 7.000 estudiantes y 134 docentes. Los estudiantes reclaman que existe un predio que pertenece a la Escuela de Enfermería abandonado en la quinta agronómica (predio universitario). Ese abandono es representativo de los atropellos autoritarios permanentes que sufre toda la comunidad educativa de enfermería por parte de los gobiernos y las autoridades de la Universidad Nacional de Tucumán.
Se cumple una semana donde estudiantes, graduados y docentes día a día, desde el amor a su profesión ponen en pie una lucha que va ligada a los reclamos de los y las enfermeras que en todo el país hoy se empoderan y reclaman reconocimiento profesional y salarial. Una semana desde que enfermería decidió decir basta a la sumisión impuesta por el modelo medico hegemónico y luchar por todas sus demandas.
El conflicto se encuentra fortalecido, cientos de estudiantes rotan y participan por turnos de la toma, con grupos de estudio, talleres y mucho compañerismo. En estos últimos días la lucha comenzó a extenderse a la comunidad con clases públicas, volanteadas en hospitales, facultades y otros puntos de la provincia. Los vecinos se acercan a dar su solidaridad con alimentos y artículos de limpieza. Los docentes acompañan en su mayoría a la toma, un grupo muy valorado participa activamente del conflicto.
Desde el MST fuimos invitados a la asamblea general donde se votó la medida de lucha, nos pusimos a disposición del conflicto desde el primer momento, poniendo todos nuestros recursos al servicio de los estudiantes: equipo de sonido, megáfono, ollas, anafe, alimentos, difusión en los medios, campaña nacional de solidaridad, imprescindibles para sostener la toma. Todo esto porque entendemos que la lucha trasciende la Escuela de Enfermería y son los mismos reclamos que tenemos todos los estudiantes de la UNT.
‘’Nuestro triunfo será el triunfo para todos los estudiantes, docentes y también para todos los trabajadores de la salud’’ se lee en un volante para la comunidad. Esta lucha es histórica, la rebelión de los estudiantes de enfermería expresa un cambio de paradigma, decir basta a la sumisión del modelo medico hegemónico y de la explotación laboral.
Para triunfar es necesario en lo interno desarrollar el método asambleario permanente como espacio de debate y decisión colectiva, que las bases decidan. Los miles de estudiantes que sostienen la toma deben ser protagonistas. Avanzar en la extensión del conflicto hacía toda la universidad y comunidad en general.
Una tarea pendiente es debatir el modelo universitario elitista y antidemocrático. Hace pocos días asumió el radical Sergio Pagani como rector, que contó con el voto de las agrupaciones peronistas y radicales, como La Favaloro MPE, uno de los tantos espacios que siendo conducción de nuestros centros de estudiantes sostiene este modelo antidemocrático de elección indirecta de rector y decanos, donde unos pocos deciden por 70.000 estudiantes y no escuchan nuestros reclamos históricos. Cabe destacar la posición de La Favaloro MPE, que ganó la conducción del Centro de Estudiantes de Medicina y está en contra de la toma, aduciendo defender la institucionalidad.
Desde la Juventud Socialista y el MST ponemos nuestra militancia al servicio de que esta lucha triunfe.
Ángel Ruiz, Juventud Socialista del MST.