El 8 de abril Sofía Fernández, una mujer trans, fue detenida en la Comisaría 5a de Derqui, en el municipio bonaerense de Pilar. No está claro por qué la detuvieron ni menos aún en una comisaría que se supone tiene prohibidas las detenciones y está intervenida por antecedentes de violaciones. Primero dijeron que Sofía “estaba perdida” y luego que fue “por un supuesto robo”…
Sofía no tenía ningún antecedente penal. Quedó incomunicada y la Policía Bonaerense le negó su derecho básico a hacer una llamada telefónica. El 10 de abril fue encontrada sin vida adentro del calabozo. Recién el 11 a la madrugada se notificó a su familia. Cuando fueron a pedir información se la negaron, aduciendo que no podían decir nada porque se estaba investigando y había secreto de sumario, caratulado como “muerte dudosa”.
A la familia se acercaron dos funcionarias del municipio de Pilar, Yamila Ramírez, ex directora de la Subsecretaría de Género y Diversidad, y Naida Kriznik, directora del área de Emergencia Psicosocial. Dijeron a los familiares que su intención era “acompañar” y que “podían contar con ellas”.
La familia no pudo reconocer el cuerpo porque se lo negaron, argumentando que estaba “morado e irreconocible”. Incluso les preguntaron el color de piel de Sofía. Les entregaron el cuerpo a cajón cerrado. En los días siguientes la familia se acercó a la fiscalía UFI Nº 4 de Pilar para recabar información, pero decían no saber nada y ni siquiera tener registro de la autopsia. “Vuelvan a su casa, que nosotros los llamamos”…
En realidad no querían informar nada. A su vez, desde la comisaría daban versiones de que fue “muerte súbita” o “asfixia por ingesta de pastillas”. Pero nosotros conocemos de sobra a la policía. Sabemos que siempre te requisan y te sacan todas tus pertenencias antes de que entres a una celda.
La familia empezó a buscar ayuda, se contactó con activistas de derechos humanos, la comunidad LGBT de la zona y organizaciones sociales y políticas, entre ellas nuestra Libre Diversidad-MST. De inmediato nos solidarizamos y pusimos a disposición para levantar en común el reclamo de esclarecimiento y justicia por Sofía.
Así se gestó una concentración ante la UFI 4, en donde la causa está a cargo del fiscal Gonzalo Aguero… ¡casualmente el mismo fiscal que actuó en la detención de Sofía! Es un absurdo: el caso de las irregularidades en su muerte lo debería investigar otra fiscalía. Ayer, viernes 28 de abril, por la presión de la movilización, la familia fue recibida en la fiscalía y les comunicaron que “la abogada entregó mal los papeles”. Encima, el resultado de la autopsia indica “muerte por obstrucción de las vías respiratorias” porque presuntamente Sofía se tragó una bombacha y un pedazo de colchón. Una barbaridad que nadie cree.
Nadie se suicida en una comisaría
Sofía Fernández tenía 38 años. Estaba iniciando la carrera de Enfermería, por lo cual se sentía muy contenta. Quería cumplir sus sueños y tener una vida digna y feliz. Pero se la arrebataron. Y se fue sin tampoco poder acceder a un derecho básico, como lo es su derecho a la identidad de género.
Cuando tiempo atrás compañeras trabajadoras sexuales fueron detenidas por la comisaría de Villa Rosa, alertamos que la policía no iba a parar hasta no entregarnos una compañera muerta. Hoy desgraciadamente la realidad nos pone ante lo que dijimos: se llevaron la vida de Sofía, una persona inocente y con proyectos. El Estado una vez más es responsable. En la causa hay ocho policías imputados, pero siguen “prestando servicios” en la comisaría de Derqui como si nada hubiera pasado.
No vamos a dejar pasar esta impunidad. Fue un travesticidio, uno más, a manos de la cana corrupta y asesina. ¡Vamos a continuar la lucha hasta lograr justicia por Sofía!