domingo, 5 mayo 2024 - 09:44

Tarjeta Alimentar. ¿Debate de fondo o disputa por la Caja?

En los últimos días, a partir de la presentación de la Tarjeta Alimentar el viernes pasado, se abrió un debate entre los dirigentes de agrupaciones oficialistas, entre ellos Emilio Pérsico, dirigente del Evita que es Secretario de Economía Social, sobre cómo utilizar los fondos del Ministerio de Desarrollo Social. Detrás de la supuesta defensa de un plan para crear puestos de trabajo, se esconden disputas por el manejo de un presupuesto totalmente insuficiente para enfrentar la emergencia social. Nuestras propuestas para crear trabajo y revertir el cuadro de miseria creciente que atraviesa el país.

El anuncio del relanzamiento de la Tarjeta Alimentar, que ahora abarcará a las familias que posean hijos de hasta 14 años (el límite anterior era de 6 años) y una ampliación parcial de sus montos, $ 6.000 con un hijo, $ 9.000 con dos y $ 12.000 a partir de tres, repitiendo este último monto para todos los que tengan más de tres hijos, fue duramente criticada. Desde el MST en el FITU señalamos que era una medida totalmente insuficiente para combatir el hambre y la desnutrición de 6 de cada 10 pibes por debajo de la línea de pobreza. Lo nuevo, en esta oportunidad, fue el reclamo de los principales dirigentes de las organizaciones sociales oficialistas.

Pérsico, en un vídeo que circulo ampliamente, señala que la Tarjeta Alimentar es “pan para hoy y hambre para mañana” ya que se la devora la inflación y que el dinero destinado para ella – $ 250.000 millones anualmente-, si fuera destinado a las cooperativas de trabajo que manejan las organizaciones podría servir para construir 260.000 viviendas por año y crear un millón de puestos de trabajo nuevos. También se pronunciaron en contra de la tarjeta, el dirigente social Juan Grabois, el “Gringo” Castro Secr. Gral de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) y D‘elía, entre otros.

Las organizaciones que, como nuestro MST Teresa Vive, integran la Unidad Piquetera, vienen denunciando la total falta de entregas de alimentos a la enorme red de comedores populares que tienen nuestras organizaciones y lanzaron un duro plan de lucha para que sea restituido y obtener reclamos urgentes sobre los que no hay respuesta.

En el momento de mayor crisis alimentaria y aumento de la pobreza e indigencia, el gobierno “popular” decide un recorte brutal en la asistencia para canalizar por los intendentes o ahora se habla de hacerlo por el ANSES que dirige la Campora, una tarjeta que rápidamente perderá su valor, y que será objeto del clientelismo electoral de sectores del aparato del Estado. El recorte presupuestario y canalización de fondos por circuitos electorales clientelares, afecta también al programa “Potenciar Trabajo” donde se ha retrocedido de la decisión de incorporar 50.000 nuevas altas, que ya era un número exiguo si se tiene en cuenta la situación de la crisis social que atravesamos.

Es en este marco, que las organizaciones sociales oficialistas hablan “de un brutal ajuste” y reclaman sobre el destino de estos fondos. Pérsico en su vídeo, pone como ejemplo el plan Argentina Trabaja, donde el 50% de la inversión iba para materiales e insumos, mientras que en el Potenciar Trabajo esta partida es de apenas un 5% ¿son correctas las propuestas de estas organizaciones o son sólo presiones para disputar el manejo de los fondos?

En primer lugar, llama la atención que en su disputa contra la Tarjeta Alimentaria no planteen la restitución y aumento de la comida de los comedores populares, que son los que garantizan gran parte de la asistencia directa a las familias de los barrios populares. Hablando correctamente de que solo el trabajo garantiza la inclusión, disputan el destino de los fondos a la Tarjeta Alimentar, sin plantear ningún plan alternativo para combatir la emergencia actual del hambre.

Coincidimos en la necesidad de un plan masivo de construcción de viviendas populares, y agregamos nosotros, de obras de infraestructura que el país necesita. ¿Puede esto realizarlo las cooperativas de las organizaciones sociales, muchas de ellas que son parte de las agrupaciones oficialistas?

La experiencia del plan Argentina Trabaja, en el cual tanto el Evita, como otras organizaciones que integraban el anterior gobierno de Cristina jugaron un rol protagónico, es que se construyó muy poco. Al contrario, se obligó a muchos beneficiarios de ese plan social a trabajar como mano de obra barata y precarizada en las escuelas o bajo la tutela de distintos intendentes. En este programa las organizaciones sociales opositoras recibían poco o nada para materiales e insumos, mientras las oficialistas y las intendencias manejaban una caja considerable.

Un verdadero plan de obras públicas y viviendas populares, sin despreciar a la “pequeña obra pública” que sostienen las cooperativas y articulando con ellas, debe ser un plan que absorbiendo todos los recursos técnicos con que cuenta el Estado y contratando los que sean necesarios, debe crear un millón, varios millones, de puestos de trabajo formal, no precarizado. Y debe realizarse con control social y de sus trabajadores.

Lo otro que refleja que nos encontramos, pese a los títulos, en una pelea por la Caja, es que los fondos que pide Pérsico y compañía provendrían de sacárselo a un plan desinado a la alimentación sin proponer alternativas. No hay pedido de aumento del presupuesto en ningún lado. Por eso denuncian el “brutal ajuste” pero no denuncian que el centro de este ajuste es cumplir con las condiciones que exige el FMI para pagar la deuda y por lo tanto no exigen, como nosotros, la ruptura con el FMI. Sin esto, cualquier plan del Ministerio de Desarrollo es una miseria en relación a las necesidades. El resultado, fondos cada vez más recortados para las organizaciones sociales que no comulgan con el gobierno y disputas e internas dentro del mismo por el manejo de la caja.

Las declaraciones de Castro, invitado a exponer en el panel que, presidido por Fernández y Arroyo, lanzó la Tarjeta Alimentaria, luego de reconocer los “esfuerzos” del gobierno, de señalar la oposición de las organizaciones que representa al acuerdo de Macri con el FMI “el cual va a ser muy difícil de pagar”, señaló que cuando termine la pandemia sus organizaciones van a salir a pelear contra la concentración monopólica que domina al país. Cuando decenas de miles están saliendo a la calle, porque como dijo una compañera hay millones que tienen que elegir “entre morir de Covid o morir de hambre”, su promesa de movilizar en un futuro …se parece mucho a las excusas de los viejos burócratas sindicales.

Como reactivar la economía y crear fuentes de trabajo

En primer lugar, son necesarias medidas de emergencia para enfrentar la pandemia y la miseria ahora: aumentar los salarios, jubilaciones y planes sociales para que cubran la canasta familiar y congelar los precios de los productos de consumo masivo. Otorgar un IFE de $ 40.000 para que los trabajadores no esenciales se queden en sus casas hasta que se avance en el plan de vacunación y aflojen cualitativa te los contagios.

A partir de allí, un plan para construir los cuatro millones de viviendas, que es el déficit habitacional, y además un programa de obras de infraestructura necesita una fuerte inversión y planificación estatal para desarrollarlo. Como dijo en una reciente entrevista el ministro Guzmán, cuando el periodista Marcelo Bonelli le preguntó sobre la deuda que contrajo Macri: «se podría haber reconstruido toda la infraestructura del país». Justamente destinar gran parte de esos recursos a reactivar la construcción, como madre de industrias, y toda la economía del país es nuestra propuesta.

Pero esto va contra lo que quiere Fernández y Guzmán y también Cristina, que más allá de “combativas” declaraciones, no propone dejar de pagar, sino postergar los pagos para después de las elecciones y conseguir mejores condiciones… nada más. Si las organizaciones sociales oficialistas quisieran un plan para desarrollar el trabajo, deberían no solo denunciar esto, sino salir a pelear contra los planes que aplica su gobierno que favorecen justamente, a la concentración de la riqueza y al FMI.

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