Semanas atrás se hicieron públicas imágenes del estado alarmante en el que se encuentra el edificio del Instituto Superior de Profesorados N° 8 «Almirante Guillermo Brown», uno de los institutos más grandes de formación docente de la provincia de Santa Fe, el cual funciona en un edificio histórico de La Capital de más de 100 años, donde concurren más de 3500 estudiantes de 11 carreras. A su vez, el mismo edificio alberga un jardín, la escuela primaria, secundaria y la Escuela Preparatoria de Idioma Extranjero (EPIE).
Un poco de historia
El Instituto Superior de Formación Docente N°8 surge el 22 de marzo de 1971 y desde 1980 se identifica como Instituto Superior de Profesorados N°8 “Alte. G. Brown”. En cuyas aulas se han formado generaciones y generaciones de docentes de diferentes niveles.
Pese a sus años de historia, su estado edilicio es cada vez más alarmante y los gobiernos que han pasado, son los responsables de su estado de abandono y desidia.
Desde hace 15 años el reclamo por el edificio propio ha sido uno de los ejes centrales de la lucha estudiantil y docente del Brown. Con el aumento de matrícula de los últimos años se hace insostenible el cursado de los cuatro niveles educativos que funcionan en un mismo establecimiento. Esto limita el horario del cursado, (desde las 18hs hasta las 23 hs), siendo así una institución nocturna, cuando se podrían ampliar las actividades durante todo el día, permitiendo que quienes trabajan en el turno de la tarde puedan acceder a la formación docente.
A partir de que los profesorados de educación primaria e inicial pasaron a tener 4 años de duración, el Ministerio de Educación tuvo que alquilar un inmueble en San Jerónimo y Catamarca. Desde entonces funciona de forma dividida en dos edificios.
En el año 2014 representantes de la gestión del gobierno del PS de la provincia, en pleno año electoral recorrieron el edificio y las aulas realizando una encuesta para que los estudiantes voten entre variantes de terrenos, prometiendo un edificio propio que, lamentablemente, nunca fue.
El 20 de diciembre de 2018 la Directora de Formación Superior Irene López, dio a conocer el proyecto de edificio propio, que se ubicaría en «La Esquina Encendida» de San Lorenzo y Estanislao Zeballos, en el barrio Don Bosco. Nuevamente toda una puesta en escena por presión de la movilización docente estudiantil, que culminó en una nueva promesa incumplida.
Esta nueva desilusión generó en 2019 un proceso de movilización docente estudiantil, con corte de calle en avenidas cercanas al instituto para seguir reclamando el edificio propio.
La situación actual
Con la pandemia todos los problemas estructurales se visibilizaron, como es la falta de inversión en la educación pública.
Semanas atrás se conoció el estado actual del edificio, con imágenes escalofriantes y dignas de un lugar abandonado totalmente por el Estado. El estado edilicio es precario, con paredes y techos que se caen a pedazos, deficiencia en las instalaciones sanitarias y eléctricas, espacios inhabilitados por peligro de derrumbe y la lista sigue. La galería de imágenes recorrió los medios y redes sociales, generando indignación y un marco de solidaridad enorme de estudiantes, docentes de la casa, graduados del terciario y toda la comunidad educativa.
Como si fuera poco, el centro de estudiantes difundió una nota del equipo directivo del instituto donde daba a conocer que se rescindió el contrato de la extensión áulica, ubicada en calle San Jerónimo, que albergaba 4 carreras y no se renovaría su alquiler. Esto significa que el único lugar donde se darían clases sería el edificio central, la sede en calle 25 de Mayo, que al igual que la mayoría de los establecimientos educativos públicos se encuentra en pésimas condiciones para el cursado. Pero al ministerio de Educación se le ocurrió, en vez de resolver el problema del edificio propio, dividir la comunidad educativa del en otras dos instituciones prestadas más, además de la sede central. Estas serían la Escuela Drago, donde también hay una escuela primaria y secundaria, y el Instituto N°13.
Ambos edificios están totalmente alejados y además con la complicación de que, al compartir espacio con otros niveles educativos, el horario de salida sería a las 23.30 hs, lo cual es peligroso y muchos estudiantes cuentan con transporte público en ese horario. Al mismo tiempo, con el edificio en este estado de deterioro y abandono, es imposible pensar en la presencialidad ya que no se cubren las condiciones sanitarias básicas para el cursado seguro.
En definitiva, es un ataque directo a la educación pública y expresa el ajuste que está llevando adelante el gobierno provincial de Perotti (Frente de Todos) en la provincia y su ministerio de educación.
La respuesta por parte del gobierno y las autoridades de la provincia fue, mediante una reunión en el ministerio de educación con representantes de la conducción del CETAB, más promesas y falsas soluciones. El secretario de Educación de la provincia, Victor Debloc expresó en los medios: «Seguramente tendremos noticias favorables durante el año para ese instituto». Y siguió: “Creo que falta un poquito de implementación y seguramente las cuestiones se van a resolver. No obstante el nivel superior empieza las clases el 12 de abril, ósea que tienen tiempo de hacer las inversiones».
Por empezar, de promesas seguras la comunidad educativa ya está harta y por otro lado, la vuelta a clases en Nivel Inicial, Primario y Secundario es a partir del 15 de marzo es decir, en 5 días. Por eso hablar de priorizar la educación y la presencialidad debería ser en realidad, garantizar las condiciones requeridas, resolver los problemas de infraestructura, también de cargos, la situación de reemplazantes y salarios de la docencia. ¿A caso van a acondicionar el edificio en tan poco tiempo?, ¿Qué va a pasar con los estudiantes del anexo?
Estudiantes y docentes exigimos respuestas concretas, de escuchar relatos ya hay 15 años de experiencia. Y para quienes argumentan que no se puede pedir mucho este año por la pandemia, lo explicamos sencillo: un nuevo edificio para el Brown demanda apenas el 0,019% del presupuesto total aprobado para el año 2021. Y si el Estado eliminara los millones que destina a la educación privada, se contaría con más presupuesto para resolver no solo el edificio propio del Brown, sino también la de todos los Institutos terciarios de la provincia que estén en la misma situación.
De fondo, de lo que se trata es de las prioridades de este gobierno y una exigencia de un mayor presupuesto para una educación pública, gratuita, laica y de calidad.
Sin democracia estudiantil no se gana
Desde la difusión de las imágenes por parte de la actual conducción “La Walsh” y el comunicado del Equipo Directivo, no ha habido ni una asamblea convocada por la conducción del centro de estudiantes. Se reunieron con representantes del gobierno, sin apelar a lo más clave de la organización gremial: la participación y la democracia estudiantil en la toma de decisiones. Ni siquiera consultaron al resto de las secretarías integrantes del CETAB qué posición tomar ante cada respuesta del Ministerio de Educación para fortalecer la pelea.
La lucha histórica por edificio propio no es un trámite a resolver por arriba entre cuatro paredes en el ministerio, sino que interpela a toda la comunidad educativa, a estudiantes, docentes, graduados, personal y directivos.
Desde la secretaría de Derechos Humanos de nuestra agrupación Rebelión Terciarios, invitamos a reflexionar sobre estos métodos antidemocráticos y llamamos a que seamos protagonistas para dar vuelta todo de una vez y conquistar nuestros derechos.
Organicemos la rebelión en brown
Desde la agrupación Rebelión Terciarios, sostenemos que es sumamente importante que toda la comunidad educativa se exprese en esta lucha. Por eso, junto a estudiantes, docentes y otras organizaciones estudiantiles realizamos una asamblea virtual el día Jueves 4 de marzo donde propusimos una acción que se aprobó de manera unánime:
- Realizar un abrazo simbólico al Brown con corte de calle, el lunes 15 de abril a las 17 hs. Donde se convoque a toda la comunidad a defender la educación pública y se realice una asamblea abierta ahí mismo para intercambiar cómo continuar la pelea.
En lo inmediato debemos exigir la implementación urgente de las refacciones necesarias en el edificio. Pero ningún arreglo tapará la necesidad histórica y urgente del edificio propio. Estamos convencides que no podemos confiar más en los gobiernos, que son los responsables de llegar a este estado de abandono. Y toda promesa de reparación edilicia y de construcción de edificio propio tiene que ir de la mano de la conformación de un Comité de Emergencia de toda la comunidad educativa, incluidos egresados, que también forman parte de esta lucha histórica, para hacer un seguimiento y control sobre qué es lo que concretamente el gobierno y el ministerio de educación van a realizar. Si no hay control social y democrático, todas son promesas vacías.
Es el camino para lograr un edificio único y propio, la defensa de los terciarios y de la educación pública estatal.
Debi Mendoza y Jime Sanchez