El pasado 18 de abril por la tarde se dio una renuncia poco esperada. Antonio Aracre, ex CEO de Syngenta, quien había asumido como jefe de Asesores del presidente, dejó su cargo. Tras llegar y levantar las banderas de la reforma laboral que flexibilice y precarice aún más el trabajo de los asalariados mayormente pobres que existen en el país, abandonó su lugar.
En su cuenta de Twitter, el ex asesor, publicó: “A raíz de los rumores que circularon desde anoche y a los efectos de desactivar cualquier operación tendiente a intranquilizar los mercados le he presentado al presidente Alberto Fernández mi renuncia indeclinable como jefe de Asesores de manera inmediata”. Una manifestación en referencia a la hipótesis que circularon en varios medios, en la que en una eventual renuncia de Sergio Massa, dada por la crisis que no puede frenar, asumiría Aracre como ministro de Economía. Según Carlos Pagni de la LN+, quien había sido uno de los principales fogoneros de la hipótesis, esto se estaba discutiendo debido a que el actual jefe de Hacienda no quiere saber nada con tener que poner su cara para practicar una devaluación de shock.
Por otro andarivel aparece otra presunta razón de la idea. Y es una especulación de que el “espacio” político de Alberto Fernández lanzó esta operación, para disputarle a Sergio Massa su lugar en Economía. Gabriela Cerruti, cuando fue consultada por la renuncia, dijo: “Desconozco cuáles serían las altísimas fuentes porque no es ninguno de los altísimos funcionarios a los que consulté. Pero en la Casa Rosada ni filtramos ni desmentimos inventos periodísticos. Más allá de la novela que algunos medios crean”.
El promotor de los agrotóxicos, por el momento, hizo una retirada sin pena ni gloria del gobierno. Sí, como dijimos, ayudó a derechizar el debate político levantando la bandera de la flexibilización laboral y la profundización del modelo extractivista.
Más allá de las especulaciones, rumores y peleas intestinas del Frente de Todos que gobierna, es una muestra más de la crisis de las principales coaliciones del régimen político local. La crisis económica trastoca todo, también a funcionarios. Toda la indecisión que existe sobre el resultado electoral y las consecuencias que puede traer seguir aplicando el plan del FMI, aceleración del ajuste mediante, sacude las coaliciones patronales.