El supermartes que se está viviendo en la cámara de diputados nacionales, ya tuvo su primer hecho resonante. Pasada las 12hs el gobierno logró convalidar el Presupuesto 2021 que ya había sido ratificado en el senado. La ley de leyes que había ideado el FMI fue aprobada. Un nuevo ciclo de ajuste será la realidad para los trabajadores y mayorías populares en el año venidero.
El presupuesto que se pensó imaginando una pandemia ya resuelta, cuando en realidad las segundas y terceras olas está asotando a los países europeos y Estados Unidos, el presupuesto no contempla más el Ingreso Familiar de Emergencia(IFE). Sin estrategia alguna para los 9 millones que cobraron el IFE por haber perdido su trabajo o no haber tenido algún ingreso previo a la pandemia, quedaran sin ningún tipo de sustento. Ni siquiera un subsidio de menos de $5.000 por mes en lo que va de la emergencia vivida en el país, es capaz de asegurar el gobierno de Fernández.
Entre otros ítems, el presupuesto 2021 también elimina las partidas de emergencia en salud. El ajuste calculado en comparación del gasto primario en 2020 es de un poco más del 9%.
Un elemento más que denota las prioridades del presupuesto ideado por Martín Guzmán, supervisado por el Fondo, es lo destinado para la construcción. Sólo se calcula un gasto de U$S 145 millones para la edificación de 12.150 familias, cuando son casi 4 millones los que padecen de la crisis habitacional.
En tanto como obligaciones de deuda el gobierno destinará sólo para el FMI más de U$S1.000 millones.
Además se realian más recortes en las asignaciones familiares y por hijo se reduceny la tarjeta alimentar. Todo en función de reducir el “déficit fiscal”, tarea que Fernández quería cumplir con el FMI para responder a los mandatos solicitados para poder solicitar un nuevo préstamo.
Se espera que la jornada siga con más enventos, teniendo en cuenta que hoy también se debate el Aporte Extraordinario que el gobierno quiere ofrecer como un árbol ante el bosque talado que implica el ajuste del presupuesto sancionado.