viernes, 19 abril 2024 - 12:29

Otro dato de la crisis. La deuda pública aumentó U$S 4000 millones en junio

Mientras atravesamos una dura crisis para los bolsillos populares con remarcaciones de precios todos los días, el dólar que vuela y ya tocó los $ 300, la deuda pública del país no deja de crecer, en junio pasado creció U$S 4.003 millones, totalizando U$S 378.518 millones de deuda total. Gran parte del incremento se debe a la asistencia del Banco Central al Tesoro, acompañando la llamada crisis de la deuda en pesos. El costo de este endeudamiento lo pagamos, como siempre, los trabajadores y sectores populares. Hay que romper con esta rueda infernal empezando por romper el acuerdo con el FMI.

Desde diciembre de 2021 hasta fines de junio “la deuda con el FMI pasó de U$S 40.952 millones a U$S 45.421 millones”. La deuda en pesos ajustados por CER “subió el equivalente a U$S 47.437 millones a U$S 54.891 millones”. Desde el inicio de este gobierno de Fernández-Fernández la deuda pública total se incrementó en U$S 65.219 millones, sin contar la deuda de las provincias y la del Banco Central[1].

La deuda pública del país viene creciendo fuertemente. Entre las mayores causas de su avance  se encuentran el fraudulento crédito Stand By concertado por Macri con el FMI –y que este gobierno pese a su aceptación de que es una estafa, terminó convalidando en el reciente acuerdo con el organismo- y un importante incremento de la deuda en pesos. 

La crisis de la deuda en pesos

Existe un grave panorama en el que los salarios, las jubilaciones y los planes sociales ven caer en picada su poder de compra, con una inflación que, acicateada por la tremenda suba de los alimentos, va a superar el 7% en julio, mientras el gobierno se niega a subirle retenciones a los pulpos agro exportadores, responsables de que paguemos los comestibles que produce el país a precios internacionales y además, de la falta de divisas al no vender su cosecha, ya que están acaparando un volumen muy importante de la cosecha especulando con una devaluación o baja de las retenciones. En medio de la crisis, los pulpos financieros están haciendo su agosto, frente a un gobierno que denuncia la especulación pero no toma ninguna medida de fondo para impedirla. Apenas algunos pequeños ajustes para ir capeando el temporal.

El gobierno producto de las metas acordadas con el FMI, tiene restricciones para financiarse sólo emitiendo moneda, ya que en teoría debería cumplir la meta de no excederse de una emisión del 1% del PBI (750 a 850.000 millones de pesos) en el 2022. Ante la imposibilidad de obtener financiamiento vía endeudamiento externo debido a las altas tasas que debería pagar con un riesgo país record que ya supera los 2.700 puntos, ha avanzado en una emisión sin precedentes de letras del Banco Central, las Leliqs, que junto a los pases pasivos constituyen las fuentes principales de endeudamiento para asistir al Tesoro.

El economista Javier Blanco escribió sobre esta deuda: tras haber traspasado los $6 billones el 15 de junio pasado, superó la barrera de los $7 billones el último viernes, por lo que se acerca a representar nuevamente 10 puntos del Producto Bruto Interno (PBI) y quedar en la zona del ratio máximo alcanzado en la previa a la corrida en la gestión de Mauricio Macri, tras explotar la bola de Lebac”[2].

La última corrida que logró sofocar Guzmán, cuando Enarsa vendió una cartera de estas letras por $ 9.000 millones de pesos para comprar energía y se bajaron abruptamente el precio de los mismos, le requirió al ex ministro de economía “imprimir y lanzar al mercado $1,2 billones (1,6% del PBI) desde mediados de junio[3]”.

El déficit cuasi fiscal –como se llama a la deuda remunerada que acumula el Banco Central- tiene a convertirse en una bola de nieve por la velocidad y el crecimiento de los intereses a pagar por este. En la actualidad su deuda representa más de un 67% de la base monetaria –la cantidad de dinero físico circulante en el público o retenido por los bancos-. Esta base está estimada en 4,2 billones de pesos y con el crecimiento de los intereses va a llegar en poco tiempo a constituir el volumen de una tercera base monetaria.

Mientras que los funcionarios del Banco Central tienden a minimizar los riesgos de semejante endeudamiento, para el economista Ramiro Castiñeira, de Econométrica, “estamos ingresando en un terreno peligroso”, ya que “Estamos hablando de un rojo consolidado total de casi 8 puntos, con un agravante: que BCRA tenga más déficit que el Tesoro. En el acuerdo con el FMI el déficit cuasifiscal, se estima, sería 3,5%, es decir que es un punto más grande que el 2,5% (1,7% intereses) primario del Tesoro. No se veía desde la previa a la última hiperinflación, a la que se llegó luego de otro abuso en los pasivos remunerados del Central[4].

Para intentar desmontar esta “bola de nieve”, según el analista económico Héctor Giuliano, el Banco Central está intentando reproducir algo parecido “a un plan BONEX[5], pero de carácter voluntario, para eso está dando incentivos a los bancos y a los fondos de inversión que trabajan a través de los bancos, por los cuales el Banco Central vaya bajando las tasas de interés que paga por sus pasivos remunerados, para que estos vayan a bonos del Tesoro, que tendrían una garantía del Banco Central de recompra, por la que deberían pagar una pequeña prima por esta suerte de seguro. Si el banco inversor quiere retirar sus posiciones en estas letras del Tesoro, estas serán entonces recompradas por el Banco Central. Las Leliqs son colocaciones a 28 días y lo que se pretende es que las colocaciones en bonos del Tesoro sean a plazos más largos, como mínimo de dos a tres meses.”

Este movimiento podría explicar el retraso en actualizar las tasas de interés a nivel positivo como exige el Fondo y ya la ministra anunció.  De hecho los intereses de estos bonos del Tesoro (Ledes) ya pasaron del 72% al 79% anual[6], el nivel de la inflación actual. En épocas de Guzmán –hace muy poco- estaban en el 60%. Estos movimientos financieros en medio de la crisis actual, tienen “carácter expansivo” por lo que aceleran el ritmo inflacionario, encarecen el crédito por lo que ponen un frenazo a la economía que según varios analistas no crece hace dos meses y por último, o  primero, favorecen enormemente a los fondos especulativos que apelan al llamado carry trade: ingresan en dólares y luego de capitalizarse en pesos, salen con más dólares, porque el aumento de su precio es menor que los enormes beneficios que dan estas tasas de interés. La corrida cambiaria que debió afrontar Guzmán tuvo como acelerador de esta corrida a estos buitres, en particular al fondo Pimco, que junto a Templeton, tuvieron posiciones por U$S 4.000 millones en el mercado local.

Los vencimientos de letras y otros bonos en lo que resta del año alcanza picos muy elevados. El gobierno ya está tratando de achicar el vencimiento próximo del 29 de julio por 561.000 millones de pesos, para lo cual está emitiendo, recurriendo a una nueva licitación de bonos en los que Batakis recaudó $ 122.000 millones esta semana y acudiendo al Fondo de Sustentabilidad del ANSES, o sea al dinero de los jubilados.

Y el dólar sigue subiendo…

Una de las expresiones de que la reciente crisis desatada por la inesperada renuncia de Guzmán todavía no amainó es la contante subida del dólar blue y los dólares financieros. Cerraron al finalizar este viernes alrededor de los $ 300 con tendencia alcista. Las reservas del Banco Central tendrían saldo negativo, si se descuentan los encajes en dólares de los bancos. Los grandes productores del campo estarían reteniendo la cosecha con lo que se demora la entrada de divisas y otras medidas restrictivas como aumentar el cepo con el aumento del dólar tarjeta para turistas, habrían según distintos economistas, provocado esta tendencia hacia arriba en su cotización.

La brecha entre el dólar oficial a $ 130 y los $300 del blue y los financieros, no podría sostenerse mucho tiempo. Son cada vez más los analistas, que aún considerando cierta baja de los niveles actuales y un aumento del ritmo de las mini devaluaciones que realiza el Banco Central, los que sostienen que estaría planteada una pronta devaluación.  Según argumentan,  los precios tienden, ante la imposibilidad de muchas empresas de obtener dólares oficiales para importar, a actualizar precios a los niveles más altos de la cotización.

Otro elemento que estaría presionando sobre la cotización del dólar Contado con Liquidación (que es el que utilizan las empresas para remitir utilidades al exterior) es la alta demanda de este, por una creciente salida de capitales producto de la crisis actual. Además aunque no existen cifras certeras, el próximo aumento de las tasas del Tesoro norteamericano (en un país cuya inflación interanual superó el 9%), estaría presionando a la salida de capitales de todos los países emergentes, entre los cuales se encuentra la Argentina.

Le seguimos pagando al FMI y a los buitres

En medio de esta tremenda crisis, le seguimos pagando intereses al FMI, que recientemente felicitó el discurso de medidas “ortodoxas” de Batakis, y a los acreedores privados cuya deuda refinanció Guzmán el año pasado. Según nos comenta Giuliano “el viernes 8, la Argentina pagó al Fondo Monetario U$S 1.025 millones en carácter de intereses del Stand By contraído por Macri –el acuerdo con el Fondo por treinta meses contempla sólo los pagos de capital, antes de entrar en el acuerdo de Facilidades Extendidas por 10 años por los que deberíamos reembolsar al Fondo las entregas de estos años- . También se pagaron otros U$S 700 millones de intereses a los fondos buitres con los cuales acordó el gobierno actual en agosto de 2020. De ellos U$S 425 millones se pagaron a los buitres internacionales y U$S 243 millones fueron a los fondos buitres locales”.

El gobierno del Frente de Todos ha endeudado al país, siguiendo el ejemplo de Macri, ante los buitres financieros. Para Giuliano los anuncios de Batakis “es la tercera rendición formal de la Argentina, primero fue con los fondos buitres, después el acuerdo con el Fondo y ahora este anuncio que lo ratifica. Va a bajar los salarios reales de la administración pública, las jubilaciones y los planes sociales, incluso la obra pública.” Si bien se pueden bajar las remesas de ATN a las provincias, este economista nos dice “que eso va a estar compensado por que el revaluó inmobiliarios les permitirá mayor recaudación”. Además, “el mecanismo de la cuenta única significa que todo lo que produce el Estado –entre ellos los 200.000 millones de ganancia de las empresas públicas- servirá para pagar los compromisos de la deuda pública”.

Según Giuliano antes de la primera comunicación entre Batakis con la mandamás del FMI, Kristalina Georgieva, hubo una comunicación entre la nueva ministra y el jefe del Departamento del Hemisferio Occidental, Ilan Goldfajn, el funcionario encargado de monitorear los compromisos de deuda argentina. En esta comunicación previa Goldfajn habría apretado a Batakis para que se cumplan las metas acordadas.

Hay que acabar con la especulación financiera y usura de la deuda

El endeudamiento cada vez más grande que tiene el país ante el FMI, los bancos y fondos buitres, es descargado con grandes planes de ajuste sobre los trabajadores y la mayoría de la población. No hay forma de salir de la presente crisis sin romper con este circuito de especulación y espoliación del país.

Es necesario un programa opuesto por el vértice al que se está implementando, basado en cumplir las metas del Fondo Monetario, avaladas por toda la oposición política de derecha. Un plan alternativo que empiece por romper la estafa del acuerdo con el FMI y los fondos buitres privados, nacionalizar la banca para enfrentar todo este globo especulativo al servicio de los buitres inversionistas y banqueros y colocar el crédito al servicio del desarrollo de las necesidades de la población. Además nacionalizar el Comercio Exterior y lanzar fuertes retenciones a los pulpos del agro negocio, como primer paso a una reforma estructural de la propiedad de la tierra y la producción agropecuaria. Todas estas tareas deben ser parte de un programa integral, que muy lejos del “capitalismo eficiente” del que habla Cristina, ponga los enormes recursos naturales y humanos de nuestro país al servicio de nuestra población trabajadora.

Ver: https://periodismodeizquierda.com/el-fmi-nos-lleva-al-abismo-nuestras-medidas-para-salir-de-la-crisis/


[1] Citas y datos publicados por Ismael Bermúdez en Clarín del 16/07/2022.

[2] Artículo La deuda del Banco Central superó los $7 billones y ya hay que emitir otra Base Monetaria cada 11 meses para pagarla”, escrito por Javier Blanco para La Nación del 13/07/2022.

[3] Ídem

[4] Ídem

[5] Plan Bonex: hace referencia al plan económico aplicado por el ministro Erman González durante los primeros meses de la presidencia de Carlos Menem, en un marco hiper inflacionario. Consistió en el canje compulsivo de los depósitos a plazo fijo por títulos públicos con vencimiento a diez años. A los títulos se los llamo Bonex 89.

[6] Datos del economista Ezequiel Brugo en Clarín del 15/07/2022.

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