lunes, 18 noviembre 2024 - 22:35

“No quiero a otro mediocre, tibio y cobarde”. ¿Qué significa la candidatura de Juan Grabois?

Juan Grabois, dirigente del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), en compañía del gobernador Axel Kicillof, presentó el pasado 23 de febrero su nuevo libro Los Peores. Vagos, ocupas, chorros y violentos. En ese evento que se realizó en el club Platense de La Plata, Grabois también confirmó: “Soy candidato y espero que se anoten otros”, un lanzamiento de su carrera como pre candidato presidencial dentro del Frente de Todos.

A lo largo de la charla ambos dirigentes fueron esbozando diferentes definiciones. En primer lugar, el dirigente social dijo: “El año que viene no quiero tener a otro mediocre, otro tibio, a otro cobarde que no haga los cambios que tiene que hacer. No lo acepto”. Lo contradictorio de quien lanzó su candidatura con la consigna “Juan XXIII”, con aroma papal, es que no acepta otro tibio para la candidatura, pero sí para el gobierno actual. Dato no menor, ya que Alberto Fernández, que es a quien se refiere, es quien apadrina la política de ajuste en el Ministerio de Desarrollo Social que hoy lleva a cabo Victoria Tolosa Paz. Haciendo una inversión de cargas, ¿no es un tibio y cobarde quien no rompe con un gobierno que ajuste a los militantes que uno dice representar y defender? ¿No es de tibio y cobarde permanecer dentro de una coalición dirigida por las principales terminales que aprobaron un nuevo acuerdo con el FMI, revalidando la estafa macrista? Podríamos seguir planteando más interrogantes, pero creemos que estos alcanzan para mostrar una de las limitaciones que muestra Grabois en su reclamo.

El dirigente del MTE también dedicó algunas palabras a su invitado: “Nuestra trinchera principal por la realpolitik es la provincia de Buenos Aires y Axel tiene que bancar esa parada. Entiendo que es así”. Y agregó: “Es el gobernador de la provincia. Eso no es poca cosa. Capaz le falta un cachito pero va bien. Va bien. Es un funcionario que más o menos funciona. Realpolitik, pragmatismo o hacer políticas con las “circunstancias dadas”, son algunos de los artilugios que Grabois utiliza para poner un barniz de “izquierda”, en este caso, al gobierno de Axel Kicillof. Pero quien “defiende” el programa de “Pan, tierra, techo y trabajo” olvida que el gobernador bonaerense fue el responsable político del desalojo violento de todas las familias que se encontraban en Guernica y nada tienen.

Durante la charla el propio Kicillof, como alguna vez también lo hizo Alberto Fernández, remarcó: “Se necesita a las organizaciones libres del pueblo, que participen del Estado y que marquen cuando los dirigentes se desvían”. Pero resulta que cuando eso ocurrió, fueron las topadoras quienes se interpusieron a los reclamos, como indicamos en el caso de Guernica. Pero hay más. Fueron miles de activistas político-ambientales, en la costa y en todo el país quienes salieron a reclamar contra la exploración off-shore. Sin embargo, el “desviado” no corrigió su rumbo. Más bien radicalizó su postura a favor de las petroleras a tal punto de indicar que la exploración off shore de gas y petróleo “va a ser un boom”.

El gobernador también tocó un punto importante en la charla. Se refirió a las diferencias que tiene con Grabois con respecto a la situación del capitalismo. Kicillof indicó que esta etapa del capitalismo es “inhumana, pero la pregunta es si es eterna”. Agregó además que a su entender “la exclusión masiva de trabajadores no es una tendencia inevitable del capitalismo en su actual etapa, pero igual necesita políticas y soluciones”. Encontrar lo humano o la posibilidad de humanizar a un sistema que provoca crisis ecológicas como la del calentamiento global; epidemias; posibilidades de guerras (similares a la Primera y Segunda Guerra mundial), con la chance de que se transformen en una catástrofe nuclear; y la espeluznante pobreza e indigencia masiva, solo se entiende por un motivo. Hace tiempo alguien indicó que “no es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia”. Y no es menor. Quien trabaja con privilegios materiales en una herramienta política de conciliación de clases, buscando principalmente custodiar las ganancias de las empresas privadas, como mostramos en el caso de las petroleras, solo puede augurar otro camino de este sistema social en decadencia. Explicar lo contrario al continente de indigentes de nuestro país o al más de 43% de pobres, es una provocación. Como también sostener que hay gobiernos capitalistas que aplican políticas de carácter social para revertir tal situación.

En este marco, la postulación de Grabois solo se entiende como un refuerzo a una opción política que en los últimos cuatro años ha recrudecido los males de la derecha de Juntos por el Cambio. El problema no son las personas cobardes, tibias o mediocres, tal vez son una parte, pero el eje central es el programa con el que se gobierna. Este año, el que viene y en el porvenir, el debate va más allá del planteado por Kicillof: “Lo que se viene este año -más allá de cómo terminemos de resolver la discusión en el campo popular- es si queremos la derecha o que se reconozcan los derechos. Nosotros vamos a militar para que se reconozcan los derechos desde la provincia de Buenos Aires”.

Esos derechos que menciona, como se ha corroborado por la vía de la experiencia, no tienen lugar dentro del capitalismo. Las necesidades sociales como trabajo genuino, con derechos y salarios que no sea de pobreza, la posibilidad de vivienda propia y no trabajar para intentar llegar a pagar el alquiler, el cuidado de nuestros bienes comunes, solo pueden ser resueltas terminando con el capitalismo.

Por eso, desde el MST en el FIT-Unidad entendemos que conquistar “Pan, tierra, techo y trabajo” es una tarea que no se puede hacer fortaleciendo a fuerzas que son dirigidas por un programa pergeñado por el FMI. Como dice Cele Fierro: Los sectores populares y la juventud están viviendo cada vez peor a causa del ajuste del gobierno nacional acordado con el Fondo. Por eso las declaraciones de Grabois conducen a nuevos fracasos. Si no quiere tibios y cobardes, ¿Qué hace en un frente que gobierna bajo las órdenes del FMI? De ahí sólo saldrán más candidatos para hacer más de lo mismo”. Si de verdad existe voluntad política para concretarlo, fortalecer la izquierda es lo necesario. Es una cuestión pragmática, ya que los derechos sociales no se consiguen militando a los garantes de las ganancias patronales.

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