viernes, 22 noviembre 2024 - 03:37

Nicaragua. Hay vida (mucha y mejor) después de Ortega-Murillo 

La campaña por la vida y la libertad de las/os presos políticos en Nicaragua nos está dando un privilegio como luchadores por las causas justas: conocer a decenas y centenares de liderazgos juveniles, familiares de personas detenidas y torturadas, referentes sociales, campesinos, militantes anti-somocistas de la primera hora que siguen de pie, movilizados por conciencia y dignidad. Como la mayoría de ellos y ellas, nos han otorgado un puesto de pelea en este verdadero Movimiento por la vida y la libertad en Nicaragua, esa que amamos, por su pueblo y su historia de revoluciones, entonces, nos queríamos permitir transmitirles y hacer públicas una serie de reflexiones para este caminar colectivo hacia la Centroamérica con la que soñamos bien despiertos. 

Las historias de los excarcelados y de los seres queridos de los presos actuales son desgarradoras. La dictadura usa métodos para quebrar la voluntad. En Argentina, el método de los genocidas tenía el propósito de torturar para sacar información y secuestrar más, y al final, asesinaban, desaparecían. En los calabozos de Nicaragua el dispositivo de represión apunta a aleccionar, a desmoralizar, a resignar, a sacar las ganas de vivir. Ese objetivo conecta con la conclusión profunda que la pareja dictatorial sacó en abril de 2018: la confluencia de los sectores críticos del viejo FSLN referentes sociales, pero, sobre todo, el protagonismo de una nueva generación rebelde, instintiva y biológicamente revolucionaria podía transformarse en la forma embrionaria de una fuerza alternativa capaz de derribar el régimen de privilegios de clase y encubrimientos de la casta corrupta que representan Ortega-Murillo y su extendido clan familiar. Retener este dato, no es secundario: la dictadura supo con ese olfato típico de los totalitarismos entrenados, que se estaba gestando una potencial fuerza capaz de barrerla. Por eso, tiene el propósito de no dejar huella de ese desafío generacional. Es una dictadura «Atila», como ese histórico caudillo huno, que arrasaba a sus enemigos y por dónde pasaba «no crecía más el pasto». El putrefacto FSLN actual quiere impedir que vuelva a crecer el pasto de la rebelión. Tenemos la responsabilidad histórica, de hacer lo opuesto. Claro que, ahora mismo, la principal tarea verdaderamente revolucionaria consiste en fortalecer este movimiento por la vida y la libertad de las y los presos políticos, que se materializa en la Comisión Internacional, su viaje, su impacto regional y la Histórica Caravana hasta Nicaragua el próximo 8 de julio. Así de categóricos somos. 

De etapas, transiciones y cómo unir todo: memoria indispensable 

¿Por qué tiene todo el sentido del mundo pensar y trazar ahora coordenadas de futuro pos-dictadura en Nicaragua? Esta pregunta, incómoda posiblemente, la consideramos honestamente obligatoria. Nuestra solidaridad internacionalista tiene una finalidad humanitaria con el presente de sufrimiento y transformadora hacia el futuro que nos proponemos contribuir a crear, para ese «Nunca Más» tan arraigado en la resistencia al régimen. 

Porque en todo proceso de movilización espontánea interviene un factor, al final decisivo: el secuestro de los que se montan y cabalgan sobre la energía de los pueblos para sus propios fines e intereses de clase minoritaria. En este caso, los que cohabitaron con el régimen e hicieron negocios durante años, los que no tienen más principio que el acaparamiento, la rentabilidad y su propio beneficio. 

Los que en su momento lo hicieron con Somoza, con el primer FSLN, con los gobiernos de los 90 y otra vez, con el sandinismo hasta abril de 2018. 

Esos mismos que por el pánico a la movilización, ya que saben que hoy puede ser contra Ortega, pero mañana puede ser contra ellos, esos mismos son los predicadores de falsos diálogos, los que ponen paños fríos a la sana y potente rabia popular, que es la verdadera madre de los cambios sociales. Dialogan cuando hay que luchar. Pero los muertos, los torturados, los exiliados, los presos, no los pone ese 1%: los pone la gente de a pie, el pueblo pobre, la juventud indignada. Esta memoria indispensable, no distrae de la prioridad de cuidar la vida y liberar a las y los presos hoy, ahora. Al revés: le da conciencia y perspectiva a esa lucha urgente, para que nadie, nadie, nadie secuestre ese esfuerzo del cuerpo y el alma, y que todo lo que hacemos en este presente, sea el combustible consciente de las transformaciones de fondo para una Nicaragua libre de dictadores, de represores, de corruptos, de la gran empresa privada amiga de todos los gobiernos y de gringos invasores. Una Nicaragua de los que trabajan sin explotar, ni oprimir. Una Nicaragua plurinacional. Una Nicaragua sin impunidades. Una Nicaragua que derribe muros y fronteras y construya puentes hacia todos los pueblos de esa gran patria centroamericana sin capitalistas, sin imperialismos, de democracia real de las mayorías populares y gobernada por los que nunca la gobernaron: los de abajo, el pueblo trabajador y sus mejores exponentes. Memoria indispensable. Combustible de revoluciones. Con la transición hacia ese futuro con el que soñamos bien, bien despiertos. Esta tarea, es también presente y hace parte de la misma hoja de ruta que arranca por la vida y la libertad de los 190 que son nuestros, de todos los luchadores y luchadoras de las causas justas en Latinoamérica y el mundo. 

Claro que sí: hay vida después de los dictadores 

Semana a semana la unidad amplia en respaldo de la iniciativa de la Comisión Internacional fue creciendo, se fue robusteciendo. En una de las últimas reuniones preparatorias de las que nos tocó participar, un familiar de un preso, de uno de los más jóvenes, antiguos y torturados dijo: «volvemos a estar prácticamente todos juntos». Claro: el viaje de parlamentarios de izquierda y referentes sociales y sindicales, motiva, estimula, inyecta voluntad. Esta dinámica explica que la Comisión se esté transformando en un articulador de lo mejor y más independiente de toda la resistencia a la dictadura: en el exilio y en la clandestinidad de Nicaragua. Este primer objetivo, de contribuir a la unidad en la movilización de la resistencia, humildemente, nuestra LIS está ayudando a concretarlo. Desde ese lugar, desde ese puesto de lucha anticipamos, dos propuestas desde ahora: la primera, que por supuesto, queremos continuar desplegando nuevas acciones concretas de solidaridad con el pueblo nica que resiste, que no baja los brazos. Este planteo se traduce en la creación de un verdadero Movimiento Internacional por la Vida y la Libertad de presos y presas políticos. Pero además, desde ese lugar, compañero y militante, de codo a codo en la misma trinchera, les queremos decir abiertamente a los mejores luchadores de la juventud perseguida por Ortega-Murillo y de la que tenemos orgullo; a las y los familiares de los presos; a los dirigentes sociales, a los comunicadores valientes que no se rindieron, a esos sandinistas que se alejaron del curso siniestro del FSLN y que son sandinistas de Augusto César, a todos y todas, les proponemos imaginar y empezar a trazar el tramo de la hoja de ruta de la Nicaragua sin dictadura, sin gran capital, sin FMI, sin nada de todo eso que el pueblo no se merece. En ese tránsito también, les vamos a pedir un lugar de lucha para caminar juntos. El futuro es todo nuestro. 

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