martes, 16 abril 2024 - 14:14

Movimiento estudiantil. Recuperar los Centros de Estudiantes para una perspectiva de lucha

A un año de la pandemia, muchos conflictos han encontrado a los estudiantes con conducciones que los abandonaron a la voluntad del rectorado, los decanatos y el claustro de Profesores. El co-gobierno de la autonomía universitaria, se diluyó profundizando las relaciones de poder-saber. Las conducciones de Nuevo Espacio y La Cámpora/ Nuevo Encuentro/ Patria Grande, inmovilizaron a les estudiantes y son cómplices de la enorme deserción y la exclusión que atraviesa la Universidad.

La pandemia y la virtualidad

Desde que comenzó el aislamiento, se vive un sálvese quien pueda que siempre termina perjudicando a les estudiantes. Desde Cátedras que se negaban a virtualizar las clases, otras implacables en la exigencia a la conexión, con docentes bancando la canasta digital con salarios de miserias y sin formación, herramientas o capacitaciones para afrontar esta nueva situación. En el medio, miles de estudiantes intentando adaptarse a la nueva “normalidad”, con salarios de hambre, precarizades o desocupades, con limitaciones y hasta imposibilidad de accedes a la virtualidad, mucho menos a la conexión en streaming que muches docentes exigen. Considerando que las becas no cubren ni el costo de internet, como la beca progresar que en 2021 se planifica en $2100 o la beca sarmiento que impide su combinación con otras por míseros $4650.

La exclusión de clase que vivió la universidad, atacó la formación de los sectores populares. Sin embargo, al terminar 2020 y el comienzo del 2021 se extendió a todes les estudiantes. Los finales, los certificados, los títulos, las prácticas y los cupos, mostraron el despotismo que están dispuestas a aplicar las autoridades. Les ingresantes por la inestabilidad del internet o la superposición horaria de finales no pudieron pasar el filtro de la CBC, en lugar de sostener el ingreso condicional que se había aplicado durante el 2020, las autoridades invitaron a “seguir participando” a cientos de estudiantes que quedaron por fuera de las inscripciones.

La virtualidad terminó de demostrar la saturación que viven los graduados/ayudantes con prácticos de 100 estudiantes, pero la salida fue simple. Excluyen estudiantes, limitando el acceso con cupos, sin crear nuevas comisiones (pero quieren crear carreras como la de Pedagogía en Filosofía y Letras sin presupuesto, y negándose a abrir los libros contables del arancelado laboratorios de idiomas) Para quienes somos docentes con el porcentaje certificado de la facultad, fue imposible tomar horas, sí TRABAJAR, porque las autoridades nunca emitieron los certificados. Les estudiantes de Medicina del ciclo clínico no pueden ingresar al Internado Anual Rotario (IAR) porque deben 5 materias y todas les impiden rendirla por no ser la última, mientras que quienes ingresaron al IAR lo hicieron al plan Detectar precarizados y sin vacunas. Imposibilitados de trabajar también se encuentran les estudiantes que se graduaron desde el 2017 hasta hoy. Los títulos tardan hasta dos años pero en tiempos de pandemia los avances son cada vez menores. Hablamos de profesionales de la salud jóvenes de que no pueden ejercer, mientras obligan a sectores de riesgo a trabajar.

Todas las decisiones las terminan tomando el rector y los decanos, o en consejos directivos cerrados que no se transmiten ni por zoom. Los estudiantes no contamos con espacios o canales donde podamos exigirle respuestas a las autoridades, ya que el silencio de radio es sotenido por los representantes estudiantiles de Nuevo Espacio y La Cámpora/ Nuevo Encuentro/ Patria Grande aliados con las gestiones. Este enorme ajuste presupuestario que atraviesa nuestra educación, tiene la fuerza de una juventud rebelde que enfrenta la precarización en todos los terrenos, hace falta una herramienta que nos permita volver a ser protagonistas de nuestro propio destino en la Universidad.

Recuperar los centros de estudiantes y las asambleas

Frente el ajuste a nuestras condiciones de cursada, la exclusión en el ingreso, la permanencia y el egreso junto a la falta de espacios de participación, nos obliga a cuestionarnos desde la izquierda cómo nos organizamos les estudiantes para frenarle la mano al Gobierno y las autoridades poniendo en pie herramientas realmente útiles para los desafíos que tenemos por delante. En esta situación, sólo en unidad construyendo pisos de acuerdo con cada compañere independiente y todas las organizaciones dispuestas a luchar podremos tener la fuerza y las herramientas para frenar a las gestiones y el claustro de Profesores.

Sin embargo, las posiciones de la izquierda se empeñan en dividir fuerzas, sin armar un plan integral. Por su lado, el Partido Obrero se percibe como Los representantes del movimiento desocupado y se animan a reemplazar al movimiento estudiantil por el Polo Obrero. Luego de tomar el ministerio de Educación unilateralmente, tomó la decisión de salir a atacar con mentiras a las organizaciones revolucionarias que hacemos vida en el movimiento estudiantil. Nuestres compañeres del MST-Teresa Vive son parte de la “Unidad Piquetera” donde hacen vida gran parte de las organizaciones que integran el movimiento de desocupados, entre ellas el Polo, en el que no organizaron instancias para garantizar una iniciativa común. Sin coordinar con otras corrientes, sin convocar a una sola asamblea de los centros de estudiantes o comisión de base, la denuncia parece sólo querer venir a debilitar a quienes luchamos contra el gobierno y no a aunar fuerzas para derrotarlo.

Hace falta volver a la tradición de nuestro movimiento, la unidad en asambleas para que el choque de ideas genere y vote las mejores instancias de organización y de lucha que podamos construir. En el camino de recuperar nuestros centros de estudiante, al desenmascarar a las direcciones burocráticas que pretenden paralizarnos.

Desde la Juventud Socialista del MST en el FIT-Unidad somos claros. La unidad no puede ser sólo electoral. Coordinar, analizar y trazar un plan de lucha para nuestras facultades, que nos permita ganar, sólo puede ser construido por el conjunto el movimiento estudiantil, no por acciones unilaterales de organizaciones. En este sentido invitamos a todes les estudiantes de la UBA a presionar junto con nuestras agrupaciones en cada facultad para que en Mayo haya asambleas para organizar la exigencia por presupuesto para conectividad, becas y salarios. En defensa de nuestro derecho como sujeto de la educación superior a ser escuchados y gobernar nuestra universidad.

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