Como se había anunciado una semana atrás, Sergio Massa partió a Estados Unidos con la idea de explotar todos sus contactos con el establishment y poder abrir una nueva ventana de toma de deuda. De momento no ha pasado otra cosa, el superministro de Economía no para de tomar más deuda externa con diferentes organismos de crédito. Primero fue con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el cual entregó por orden de su director, el trumpista Mauricio Claver-Carone, US$ 1.200 millones. Ahora es el Banco Mundial (BM) quien se dispone a desembolsar US$ 900 millones.
Con la excusa de fortalecer las arcas del BCRA, el tigrense está realizando un nuevo rally de toma de deuda en Estados Unidos. Otra vez, como lo subrayó anteriormente el funcionario del BID, los jerarcas del BM, específicamente David Malpass -presidente del organismo- destacó que “el ministro Massa presentó el programa que está tomando el gobierno para construir reservas internacionales y estabilizar las condiciones macroeconómicas en Argentina. Van Trotsenburg reconoció la importancia de tales esfuerzos durante estos tiempos difíciles”. El ajuste se festeja en el norte, todos tienen halagos para los recortes que el superministro efectuó antes de partir. Hay que resaltar que la estabilización que menciona Malpass no es más que la afección a los presupuestos de Salud, Educación y Vivienda. Áreas que para el BM no son más que un nicho de negocios. La historia describe a este organismo como un maniático de la privatización de los mencionados sectores del Estado.
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En lo que va del año el BM, como ellos mismos lo han reflejado, ya han “aprobado USD 1.100 millones en nuevos proyectos y tenemos planeados otros $ 900 millones para los próximos seis meses”. Los conglomerados de medios amigos de Massa están propagandizando un viaje exitoso, donde todo se normaliza y el mundo se abre nuevamente con Argentina. El capital político del responsable de Hacienda “nos devuelve” al mercado. Esas y muchas frases más pueden ser leídas en el papel o portales de muchas prensas que ocultan la esencia de lo que está ocurriendo. La nueva toma de deuda es una maniobra contable para cumplir con cierto monto en las reservas para que el FMI dé el visto bueno en la revisión de este mes y la de diciembre. Sin embargo, la mayoría, por no decir de la totalidad de los dólares que van a ser entregados, serán utilizados para pagar la fraudulenta e ilegítima deuda externa que todos los gobiernos avalan, ya sea con organismos como el FMI, el Club de París o los tenedores particulares.
Leandro Renou, periodista económico que está cubriendo la gira para Página 12, resalta que “en el marco de la gira en los próximos días se tendrán fuertes anuncios de inversiones petroleras, en su paso por Houston”. En reuniones pasadas se conoció que Massa tentó a los empresarios de la economía del conocimiento y automotrices para que desembarquen al país, previamente dejó lo cimientos para esas inversiones: exenciones impositivas de todo tipo: reducción a 0 de los derechos de exportación y baja en el pago de impuestos a las Ganancias. Ahora les toca a las petroleras y más. Se sabe que en la agenda del tigrense figura un encuentro con la Cámara de Comercio de Estados Unidos, allí compartirá un encuentro con representantes de Chevron, Bayer, Dow Chemical, General Motors, HSBC, Pfizer, Google, Procter & Gamble, Spotify y Cargill.
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No falta ningún rubro, Massa les propone a todos llegar al país para usufructuar de las condiciones que está estableciendo. Los beneficios impositivos son solamente uno de los incentivos, ya que con los salarios por demás atrasados en Argentina las empresas se frotan la mano. Vale recordar que en nuestro país la fuerza de trabajo se encuentra en valores inéditos, siendo uno de los más bajo del continente.
Mientras la espiral inflacionaria destruye el poder adquisitivo de los ingresos de los trabajadores y las mayorías populares, como así también se recortan programas sociales, Massa avanza en la entrega completa del país. Entrega que no solamente es de carácter internacional, como es de conocimiento antes de irse también le entregó un nuevo “dólar soja” a las patronales agrarias que nos costará $ 300.000 millones para saciar su sed de ganancia.
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Cambiar de rumbo se vuelve central. Desconocer la totalidad de la deuda odiosa que existe en el país, tanto la de carácter internacional como la local; sumado a la ruptura con los organismos de crédito son medidas esenciales. Seguir este camino que impulsa el Frente de Todos es profundizar de forma permanente la degradación social de las grandes mayorías. Es hora de poner todos los recursos del país en función de resolver las problemáticas sociales y no fortalecer un régimen de acumulación a favor del 1%.