Mientras Milei sigue desarrollando sus choques con los gobernadores de todo el país, producto del recorte en los fondos de coparticipación, acecha otra crisis para su gobierno: puede que el DNU esté con los días contados. La disputa en las alturas entre el presidente y los mandatarios presidenciales por el momento ha hecho coincidir en sus posturas para rechazar el mega decreto a los senadores radicales y peronistas no k rionegrinos, entrerrianos y neuquinos.
Te puede interesar: Fallo judicial a favor de Chubut. Torres y los gobernadores levantaron la protesta y llaman a Milei al diálogo
Mientras, Victoria Villarruel, vicepresidenta y por ende presidenta de la Cámara Alta, ya se está quedando sin maniobras para poder dilatar el tratamiento parlamentario del DNU. Por la actual situación de tensión constantes con los gobernadores estos barajan la opción de presionar con mandar a los senadores representativos de sus provincias a votar de forma negativa y así poder negociar los fondos coparticipables. De todas maneras, hasta hoy el gobierno sigue firme en su política de a todo o nada y, por esto mismo, las tensiones llegaron al punto que 9 senadores firmaron una solicitada exigiéndole a Villarruel que convoque la sesión. Los firmantes son variopintos, entre ellos están el entrerriano Edgardo Kueider, el correntino “Camau” Espínola, la cordobesa Alejandra Vigo, los santacruceños José María Carambia y Natalia Gadano, los misioneros Sonia Rojas Decut y Carlos Arce, la rionegrina Mónica Silva e incluso el fueguino radical Pablo Blanco.
Se rumorea que la vicepresidenta, que según dice esta semana estuvo en crisis con la cúpula presidencial, estuvo reunida con Santiago Caputo por este tema. Preocupa la idea de que la primera sesión en Senadores sea para reflejar una nueva derrota del oficialismo. La bancada de Unión por la Patria cuenta con 33 senadores, con tan solo 4 más, en caso de convocarse a una sesión, lograría el quórum para poder tratar el DNU. Algo posible entendiendo el comportamiento que puedan llegar a tener parlamentarios sureños y también algunos elementos del radicalismo (no todos comparten el rechazo pleno, algunos piensan en tratar el DNU por partes).
Estas idas y vueltas, más allá de la crisis del gobierno, reflejan también las tensiones y resquebrajamientos del régimen en su conjunto. Como ya lo hemos dicho en este medio, las posiciones de los gobernadores no responden a una patriada en favor de los intereses de sus provincias, como tampoco lo va a ser la posición de los senadores. Que mandatarios de Juntos por el Cambio, como algunos radicales y otros del PJ se manifiesten contra el ajuste, es un síntoma de autopreservación ante el ajuste mayúsculo que realiza Milei, afectando los recursos del interior, pero no los privilegios de estos funcionarios. En última instancia estos funcionarios temen que la temperatura de la calle, que empieza a aumentar, se les vuelva en contra. De ocurrir no sería sin razón, los gobernadores son los responsables de los ajustes constantes y sonantes en las provincias.
Volviendo a la posible caída del DNU, refleja una gran debilidad del gobierno que en poco más de dos meses de gestión ha sufrido grandes traspiés. No solo ya cayó la Ley Ómnibus; sino que sigue siendo materia de debate el inconstitucional protocolo represivo, tras la presentación realizada por Cele Fierro. Lo dicho, sin embargo, no niega los avances que sí ha tenido el gobierno, como realizar un ajuste al poder adquisitivo de los salarios en tiempo récord y superior a lo visto en la década del ’80.
Esta realidad contradictoria, a la vez, muestra un horizonte en donde se puede derrotar el plan económico y represivo que Milei intenta imponer. La izquierda ha marcado en algún sentido el camino, diferentes eventos en la calle marcaron la importancia del pelear en ese terreno, producto del cual se desencadenaron varios de los conflictos abiertos que marcamos. De ahí reside la importancia de un nuevo paro general y establecer un plan de lucha. Hay posibilidad de vencer a la ultraderecha.