Estamos viviendo la peor epidemia de dengue desde su reaparición en el año 1997 (había sido erradicado a mediados del siglo pasado). En lo que va del año se registraron más de 151.310 casos en el país, esta cifra representa un incremento de 249% en comparación al mismo periodo del 2023 y 354% con respecto al promedio de los últimos 5 años, a lo que se suman 109 muertes.
Si bien La Rioja no es el epicentro de la epidemia, ya tenemos que lamentar un fallecido, tres personas más en terapia intensiva y doce personas internadas. Es por eso que la repuesta estatal tiene que ser inmediata y contundente para evitar que lleguemos a una situación más grave como sucede en otras provincias.
Si hay dengue, hay abandono estatal
Desde el gobierno y medios de comunicación, nos quieren hacer creer que el problema surge por motivos supuestamente incontrolables: temperaturas extremas, lluvias prologadas, etc. Como si no fuesen las políticas extractivistas del gobierno nacional y los gobernadores las que aportan al calentamiento global, generando las condiciones para el surgimiento y propagación de las epidemias.
Y ni hablar de la desidia del estado que tendría que hacer campañas de prevención permanentes, mantener terrenos baldíos limpios, impedir los micro basurales, impedir inundaciones con obras públicas, comprar y distribuir de forma gratuita la vacuna contra el dengue y reforzar al sistema de salud pública, que por el contrario viene sufriendo ajustes sistemáticos.
Gobierno nacional y provincial, una única repuesta: «cuidado personal»…
La política del liberfacho Milei es nefasta por donde se la mire. Ante la mayor epidemia de dengue, solo responde con un video y propaganda de prevención responsabilizando a la población. Ni un anuncio para atacar esta situación crítica que ya no se pude prevenir y que sin políticas de emergencia provocará más fallecidos. Por su parte, Quintela hace algo parecido, llama a la «prevención ciudadana», sin desplegar un operativo integral de fumigación, erradicación de basurales y limpieza de baldíos para evitar una escalada en la crisis.
La Rioja: de la ciudad de los naranjos a la ciudad de los micro-basurales
La situación en la provincia puede llegar a ser muy crítica si no es atendida con políticas de prevención y tratamiento del dengue y de erradicación del mosquito que lo transmite, ya que la provincia cuenta con un sistema de salud pública muy endeble, que ya en la epidemia del 2020 del mismo virus no daba abasto. Con una gran parte de la población que ya sufrió la enfermedad anteriormente, aumenta el riesgo de enfermar de gravedad y de morir al contagiarse de nuevo.
Por su parte, como consecuencia del calentamiento global, el clima de la provincia que no llega a bajas temperaturas, permite que el mosquito pueda permanecer todo el año. Aunque lo más preocupante es que la ciudad Capital desde el 2020 se ha convertido en la ciudad de los micro-basurales, que se extienden por todos los barrios. Hace 4 años comenzaba el conflicto con los recolectores de basura que fueron engañados por la ex intendenta radical, Inés Brizuela y Doria, que les prometía pase a planta permanente y hace 4 años también que el gobierno de Quintela no dio una repuesta a esa problemática y hoy estamos en la antesala de una nueva crisis sanitaria.
Las medidas que hoy se requieren para enfrentar esta epidemia descontrolada son: la declaración de la emergencia sanitaria, la distribución gratuita de repelentes e insecticidas para quienes lo requieran, un abordaje integral con los profesionales de salud y promotores para concientizar sobre la prevención y el descacharreo, la fumigación en todos los barrios, plazas y lugares públicos y urgentes testeos y vacunación gratuita de las personas priorizando a quienes ya tuvieron dengue, el personal de salud y personas en riesgo, alcanzando a toda la población. Para esto es fundamental priorizar también el mejoramiento de las condiciones laborales y salariales del personal de salud.
Francisco Narváez