martes, 16 abril 2024 - 04:53

Inflación desbocada. ¿Los últimos parches de Sergio Massa?

La semana pasada cerró con una mala noticia para el ministro de Economía, que había prometido una inflación de tres unidades para abril. Cinco puntos lo distanciaron de esa promesa, que seguramente era un deseo propio e incumplible. El 8,4% del Índice de Precios al Consumidor (IPC) del INDEC hizo tambalear a Sergio Massa. Horas previas al dato oficial, Alberto Fernández había salido a hablar, y en un modo negacionista a lo que viven nuestros salarios, insistió con la idea de una inflación autoconstruida.

Titulares, declaraciones, tuits, minutos después de la marca histórica para el gobierno y en los últimos treinta años, movilizaron al equipo de Hacienda que conduce el tigrense para ensayar nuevas formas de parchear una crisis, antes de que se les acaben las chances para llegar a la presidencia. Luego de haber rendido examen en la cumbre de AmCham con los empresarios estadounidenses radicados en nuestro país, y decir “no nos entra un quilombo más” en referencia a la situación del gobierno y del Frente de Todos -principalmente para echar por tierra la competencia en unas PASO y presentarse como único candidato- a Massa se le empieza a agotar el tiempo que le impone la crisis económica. Pareciera que para el amigo de la Casa Blanca los contactos no le alcanzan.

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Por esto el domingo 14 que pasó reunió a su equipo económico para trazar una nueva hoja de ruta y tratar de capear la crisis. La urgencia es lo que prima, ya que según algunas mediciones, mayo presentaría una inflación en donde los dos dígitos podrían presentarse como un salto más en la espiral de precios.

Sin embargo, las medidas escogidas por el equipo económico del Frente de Todos, en caso de lograr algún resultado coyuntural, no resuelven el problema estructural y, en algunos casos, pueden llegar a ser un producto inflamable para el incendio presente. Repasemos una por una:

  • Aumento de tasas de interés: una nueva suba en la tasa de interés fue lo que decidió el gobierno y pondrá en marcha esta semana. Se pasará del 91% al 97%, un aumento de 6 puntos. Con esta medida Massa intentará que no haya tanta demanda de dólares, principalmente los financieros (CCL y MEP). Vale aclarar que este lunes el dólar paralelo ya trepó algunos pesos, cerrando en $483, posiblemente adelantando algunas expectativas del mercado. También es necesario remarcar que esta medida encarece el crédito productivo. Por tanto, es factible que la economía pueda profundizar sus tendencias a la desaceleración. A la par, los bancos y especuladores festejan, ya que recibirán más intereses por las Leliq. Último dato, esta política es exigida por el Fondo que reclama tasas “positivas”, es decir, por encima de la inflación.
  • Mayor intervención en el mercado de cambios y administración de la devaluación: el gobierno decidió que seguirá interviniendo en el mercado de los dólares, principalmente los financieros. Lo hace sumando bonos del Estado en dólares en el mercado del dólar contado con liquidación (CCL). Los títulos colocados, con regularidad son los que están en manos del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de la ANSES. En cuanto a la administración de la devaluación, el gobierno admitió que la devaluación diaria va a ser una constante. Mientras sectores exportadores, el FMI y otros grupos concentrados manifiestan el deseo por una devaluación general de un 30% o 40%, el gobierno confirmó sostener el crawling peg, aunque de forma más acelerada. Esto a su vez generará, debido al atraso del sistema productivo del país, mayor presión inflacionaria.
  • Reducción del interés en el programa Ahora 12: bajarán el interés de los créditos del programa Ahora 12 para no planchar del todo el consumo, tras una perspectiva económica que empuja a ese comportamiento.
  • Nuevo plan de moratoria en la AFIP: las empresas tendrán la posibilidad de refinanciar deuda con el ente hasta en un plazo de 84 cuotas. Esta nueva entrega se debe a que el gobierno busca sumar ingresos debido a la caída en la recaudación producto de la sequía. Al existir menos liquidación de las cosechas ha bajado el cobro por las retenciones.
  • Se abrirá la importación de alimentos frescos y productos esenciales a través del Mercado Central: con aranceles cero se abrirá la importación a los productos mencionados. Así Massa piensa “combatir” los precios distorsionados de los grandes formadores de precios, sumando más competencia de precios.
  • Acelerarán las negociaciones con el FMI, China y los países del BRICS: el ministro intentará que el Fondo entregue cuanto antes nueva deuda por US$ 10.000 millones, además intentará activar el SWAP con China, para financiar las importaciones y motorizar líneas de crédito con los países del BRICS ante la frágil situación de las reservas locales. En fin, literalmente más deuda con todo el mundo.

Nuevas medidas, mismo rumbo

Toda esta batería de medidas no ataca el problema de raíz, que es la forma en la que está organizada la economía en el país, orientada a satisfacer las ganancias de un puñado de capitalistas. Parecen ser de los últimos parches de Massa para poder llegar con algo de aire y chances a la candidatura presidencial en representación del oficialismo.

Terminar con la inflación que aqueja a la gente de a pie, sólo se puede lograr tocando los puntos neurálgicos del capitalismo local. En primer término, afectando a los empresarios de la industria alimenticia y quienes poseen los grandes supermercados, quienes lucran con la remarcación constante. Ante ellos no queda más que la aplicación de la Ley de Abastecimiento, un instrumento legal, existente, posible de aplicar, sólo hace falta voluntad, para obligar a congelar los precios y exponer los productos en góndolas. Para quien no cumple, le esperarán grandes multas y confiscación.

Además, es necesario terminar con el IVA en los artículos y productos de consumo masivo. Este es un impuesto sumamente regresivo que ataca los ingresos de los trabajadores y sectores populares, a la vez que no se afectan las grandes riquezas locales. Para terminar con la fuga de los dólares, como venimos insistiendo, hay que nacionalizar el sistema bancario, estableciendo una banca única, de carácter estatal, administrada por los trabajadores y pequeños ahorristas. Sólo así se podrá garantizar el uso de nuestros recursos en favor de las necesidades sociales.

El problema de los problemas, la deuda externa con el FMI, otros organismos y los fondos buitres, debe desconocerse y dejar de pagarse. Hay que investigarla y buscar a los responsables políticos de esta estafa, que ya todos conocen sus nombres y apellidos.

Este es el programa económico que levantamos desde el MST en el FIT-Unidad, aplicable a través de una gran movilización que rechace el ajuste en curso. Convocar a un paro general y un plan de lucha es la manera de poder derrotar este ataque a los salarios e ingresos y para poder imponer una salida anticapitalista.

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