El responsable del Palacio de Hacienda no descansa en busca de ordenar toda la superestructura política, empresarial y sindical de cara a un nuevo acuerdo con el FMI. Horas más tarde de haber llevado a cabo la presentación con los gobernadores sobre el estado de negociaciones con el organismo de crédito, Martín Guzmán se junta con el círculo rojo y la burocracia sindical.
Tras los magros resultados que presentó el cónclave con los gobernadores, ya que hoy los bonos del país abrieron a la baja e incrementó el riesgo país, el ministro de Economía busca mostrarle al Fondo y a Estados Unidos una “unidad nacional” de cara a sellar un nuevo acuerdo. Además de concurrir un núcleo de empresarios locales, Guzmán convocó a representantes de multinacionales como: Daniel Herrero (Toyota), Laura Barnator (Unilever) y Antonio Aracre (Syngenta), entre otros. Por el lado de los representantes de la CGT estuvieron presentes: Héctor Daer (Federación de Asociaciones de Trabajadores de la Sanidad), Antonio Caló (jefe de la Unión Obrera Metalúrgica), Andrés Rodríguez (UPCN) y Jorge Sola (Seguros).
A pesar de que se acabaron los adjetivos que edulcoraban el rol del FMI, el gobierno insiste en formular un acuerdo de facilidades extendidas a gusto de quienes nos estafaron y las patronales. Como lo relató la vocera oficial Gabriela Cerruti “El Fondo Monetario internacional pide una política de ajuste que el Gobierno no está dispuesto a aplicar”. Dejando lado la afirmación poco creíble lo que dijo la funcionaria muestra cuan atrás quedó la situación donde decían que Georgieva representaba “otro FMI”, más contemplativo.
De la nueva reunión, con los empresarios y sindicalistas, además de detallar aún más el Plan de Precios en el que se trabajó esta semana, seguro salga la hoja de ruta para ver cómo avanzar con una de las reformas estructurales que solicitan desde Washington: la reforma laboral. Si bien Alberto Fernández a permitido que vía la modificación de convenios colectivos por sector se vayan modificando las condiciones laborales, en detrimentos de los trabajadores, tienen la obligación de hacerlo en términos generales. También es probable que Guzmán discuta cuestiones impositivas, específicamente con las patronales, como así también con ambas partes comience a delinear aumentos que no superen la línea de inflación establecida en el trunco Presupuesto 2022. Los tiempos se aceleran y aunque desde el oficialismo aseguren que no van a ceder con los pedidos de reducir con mayor velocidad el déficit fiscal, los pasos solicitados para que Estados Unidos -mayor acreedor del Fondo- dé luz verde con para sellar el acuerdo, se van dando según lo estipulado.