Al final ocurrió, la gira internacional del presidente Alberto Fernández se extendió un día más con la finalidad de quedar con Kristalina Georgieva en una reunión programada a último momento. Así fue que hoy, en Roma, antes que Martín Guzmán se viera con el equipo técnico del FMI, Alberto se reunió con la número uno del organismo internacional. De esta manera concluye el periplo internacional del presidente y su ministro de Economía, que incluyó a Portugal, España, Francia, Italia y el Vaticano como destinos para buscar apoyo en la negociación con el Fondo.
Kristalina Georgieva y un hermetismo ensordecedor
Tras una hora y media de reunión, en el hotel Sofitel, Kristalina Georgieva y Alberto Fernández dieron declaraciones a la prensa sobre los resultados de la primera charla que mantuvieron de forma presencial. La directora del Fondo, a pesar de decir que le resultó “(…) gratificante conocer al presidente finalmente en persona” y calificar a la reunión como “muy constructiva”, no tuvo demasiadas palabras para entregar. Su definición más extensa fue mencionar: “Discutimos la situación en Argentina y lo que pasa en la región. Nuestros equipos continuarán trabajando para arribar a un programa”.
Ninguna definición concreta sobre la renegociación de la deuda que la funcionaria del Fondo está manteniendo con el gobierno argentino sobre el pago del ilegítimo y fraudulento préstamo Stand By que fue adquirido por la gestión de Cambiemos. Por más preocupación que dice mostrar Georgieva sobre la situación de Latinoamérica y Argentina, los principios neoliberales no los olvida, contrario a lo que piensan algunos funcionarios argentinos que un año atrás se animaron a llamarla “compañera”. Lo cierto es que el hermetismo de la directora del Fondo demuestra que las condiciones del organismo imperialista para llegar a un nuevo Acuerdo de Facilidades Extendidas tendrán ítems -reformas- sumamente nocivos para la mayoría de los trabajadores, jóvenes y jubilados.
Alberto arrodillado ante el Fondo
El presidente, un poco más entusiasmado por lograr el cometido de poder obtener la foto con Georgieva, se explayó bastante más sobre lo ocurrido en la reunión. Alberto dijo que fue “una reunión muy franca, donde expresamos nuestras voluntades en resolver el problema de la deuda argentina, pero como siempre digo, hay que encontrar un camino de solución que no signifique postergar al pueblo argentino que la está pasando todavía muy mal en la pandemia, y una economía que heredamos que cuesta ordenar”. También agregó: “Le conté mi charla con los líderes europeos, y bueno, vamos a ver como seguimos. Le planteé nuestra mirada sobre los cargos extras y sobre los plazos”. Sin embargo, en las declaraciones también comentó: “Ahora, esto es una negociación, todo finalmente queda reducido a eso”.
Las palabras demuestran los alcances humildes que tuvo el cónclave con la directora del Fondo. Algo que también se puede reflejar con otra declaración cuando el presidente fue consultado por la negociación con el Club de París. Solo atinó a responder que “está atada al tema del Fondo, es un tema subsidiario”. Podríamos decir, contradiciendo a la propaganda oficialista, que la gira no alcanzó los resultados esperados. A 15 días del vencimiento del plazo de pago con el Club de París, Alberto se vuelve a Argentina sin un acuerdo certero.
También se puede afirmar que, a pesar de los ruegos y las sumisiones de Alberto con los presidentes europeos que visitó, la soberanía que pregona para el país no fue conquistada en su patriada al viejo continente. Más bien recogió el visto bueno de los mandatarios de Portugal, España, Francia e Inglaterra, además del Papa, para pagar dólar por dólar de una deuda responsable de la realidad crítica del país.
Lejos quedó aquel Alberto Fernández que denunció el préstamo contraído por Mauricio Macri, que llevó a la Oficina Anticorrupción a hacer una presentación donde se apuntaba contra toda la dirigencia fraudulenta del gobierno de Cambiemos. Ya no existen los fuegos de artificios discursivos con los que Alberto se mostraba como el garante de un nuevo modelo para Argentina. La gira internacional, y específicamente la reunión con Kristalina Georgieva, vuelven a demostrar lo que el MST en el FIT-Unidad viene sosteniendo hace tiempo: la única estrategia del presidente es cumplir con el pago de la deuda externa e ilegítima del FMI y demás organismos internacionales, hundiendo así todas las posibilidades de que los trabajadores puedan salir del laberinto de la crisis económica que golpea sus bolsillos.