martes, 30 abril 2024 - 17:56

Gasoducto. Massa, Cristina y Alberto: unidad por el extractivsmo y el FMI

Como se había anunciado, este domingo 9 de julio, se dio una nueva aparición conjunta de Sergio Massa, Cristina Fernández de Kirchner y Alberto Fernández. El motivo fue la inauguración del primer tramo del gasoducto que llevará el Presidente Néstor Kirchner (GPNK) y tiene una extensión de 573 km de extensión, llegando de Trtayén (Neuquén) a la provincia de Buenos Aires, específicamente Salliqueló. La primera plana del gobierno y todos los candidatos de Unión por la Patria se hicieron presente, para presentar esta obra como el lanzamiento de campaña. El extractivismo, una bandera de proyecto de gobierno que busca extender el peronismo para cumplir con el FMI.

Un gasoducto que poco tiene de soberano

La construcción del actual gasoducto en cuestión, es una obra que había sido licitada por el gobierno de Cambiemos. Sí, el de Mauricio Macri. Lejos de entenderse como un proyecto para extender la soberanía energética, es una obra en base a las ambiciones de empresas extranjeras para poder exportar las reservas de gas que se extraen a través del fracking en Vaca Muerta. A tal punto significa una entrega que, en la inauguración aludida en este artículo, tanto Sergio Massa como la vice Cristina Kirchner, ensayaron autoelogios al acuerdo que tiempo atrás YPF selló con Chevrón. El mismo acuerdo oculto que, entre otras cosas, habilitaba a la empresa de capitales estadounidenses a: no pagar retenciones a la exportación; Estar exento de liquidar los dólares obtenidos en Argentina a partir de su actividad, y habilitar así el giro a sus casas matrices; Una concesión por 25 años de las zonas de explotación (agregamos contaminación y expoliación de territorios de pueblos originarios).

Todas las atribuciones que se le dan a las empresas de capitales nacionales e internacionales, no solamente se circusncriben a la realización de la actual obra, que el gobierno quiere vender como acto de soberanía para dejar de importar gas y, de esa manera, poder tener una balanza comercial positiva. Todavía no discutiremos el destino de los dólares que se puedan llegar a juntar, pero sí queremos resaltar ahora que, entre otras cosas, como la propia CFK lo dijo en la inauguración, no hay legislación para que, las empresas que participan de la actividad y sean quien distribuyan y comercialicen el gas que pasa por el gasoducto no lo quieran vender en el mercado local a precio internacional. La vice se olvida que actualmente están gobernando para imponer una legislación que impida tal estafa. Pero la entrega se sospecha más grande aún. Diego Genoud, en su panorama político, citando el estudio que realiza el centro CIFRA, remarcó que las empresas a las que aludimos, durante estos años de gobierno peronista, fueron las mismas que, en gran medida, accedieron a los más de US$ 24.600 que se fugaron en concepto de cancelación de deuda privada de empresas instaladas en el país con sus casas matrices.

No cabe por ningún lado ningún discurso de soberanía, menos aún la idea de que esta obra enmarcada el plan “Transport.AR” se realizó con el Aporte Solidario por única vez ideado por Máximo Kirchner y Carlos Heller. Según datos oficiales sólo un 14% de las obras realizadas del plan mencionado se han realizado con ese aporte. Vale decir que tuvo retorno para los mismos que lo pusieron y hoy Massa les agradeció. Desde las empresas dedicadas a la explotación de gas como Tecpetrol hasta las que están en el proceso de construcción de la obra (Techint y Pampa Energía), muestras los retornos a Paolo Rocca. Y, también, es  destacable que Pampa Energía, tiene como titular de la firma a Marcelo Mindlin, uno de los tantos empresarios que actúan como padrinos económicos de la candidatura de Sergio Massa.

La hora de Massa para cumplir con el FMI

Además de la entrega encubierta que se está realizando, la inauguración funcionó como una suerte de lanzamiento de campaña en unidad. De tal magnitud fue la unidad que el propio Juan Grabois ya acompaña los actos de Massa. Lo destacable, para quien no lo quería ver, fue la bendición directa de la vicepresidenta al ministro que hoy lleva a cabo el ajuste a los sectores más postergados y a presupuestos sensibles como el de Desarrollo Social.

Allí Cristina advirtió: “Tengo que agradecerte sergio por lafuerza que le pusiste al gasoducto y a la fuerza que le venís poniendo desde que sos ministro. La verdad te hiciste cargo en un momento muy difícil, muy complejo, no arrugaste y vas para adelante y eso siempre es bueno”. Ambos, tanto Massa como Cristina, aprovecharon para indicar que este gasoducto se hizo contra los intereses del Fondo. Raro razonamiento cuando se sabe que, como también lo advirtieron, esta política de matriz extractivista, seguro sume para poner dólar sobre dólar en la mesa y cumplir con la obsesión que tiene que tener el próximo presidente según indicó el tigrense tiempo atrás.

La oda al extractivismo, es una suerte de política de Estado que sobrepasa los planes de Unión por la Patria. Lo asegurado hoy es un nicho de negocios que, gane quien gane, será continuado por cualquiera de las coaliciones capitalistas. Si bien es cierto que el rubro energético entre los últimos años significó entre el 9 y 16% de las importaciones del país y planea ahorrarse US$ 2.200 millones para 2023 y de U$S 4.200 millones a partir de 2024, no hay ninguna demostración de que sea en beneficio de las necesidades de las mayorías sociales.

Volviendo al artículo de Genoud y al citado trabajo de CIFRA por el periodista, durante los años de gobierno de los Fernández, desde 2019 a la fecha, se registró un saldo positivo de US$ 45.500 millones y, sin embargo, las reservas netas superan un rojo de US$ 5.000 millones.

La única verdad es la realidad y, según la experiencia del Frente de Todos, toda esta política energética, se sabe estará al servicio del saqueo y cumplir con la espuria deuda que se mantiene con el FMI y los acreedores privados que, según la renegociación que hizo Martín Guzmán, tendrán las principales fechas de pagos en el próximo gobierno.

Una verdadera política soberana, en estos tiempos, sólo tiene como horizonte romper con el FMI y dejar de pagar la deuda para avanzar en un modelo de país al servicio de las imperiosas necesidades de las mayorías. Un modelo que termine con la reprimarización económica, basada en actividades sumamente contaminantes y que destruyen nuestro ambiente. Avanzando hacia otro paradigma donde se terminen los contratos con las corporaciones internacionales y se estaticen realmente las empresas bajo control de los trabajadores y usuarios del país, discutiendo una forma de reorganización energética que contemple el cuidado de nuestros suelos, bienes comunes y territorios de las poblaciones.

Esa salida, ese programa, es que actualmente levantamos en las listas que conformamos desde el MST y el PO en el FIT-Unidad, para terminar con el saqueo y la entrega de los ajustadores garantes del FMI.

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