Cuando finalizaba la semana pasada, Juan Grabois anunciaba de manera previa al Congreso de Patria Grande la ruptura con el bloque del Frente de Todos en Diputados. Su denuncia principal abrevaba en la poca o nula respuesta por parte del gobierno ante la situación social de los sectores más postergados del país; pero el atentado que sufrió CFK cambió radicalmente la postura del dirigente y la organización, haciendo que el domingo, en su congreso, decidieran permanecer en el bloque parlamentario y darle una suerte de refuerzo al gobierno; además de mencionar que están negociando nuevas medidas. Mientras, el mismo día, Sergio Massa volvió a favorecer a las patronales agrarias con un nuevo “dólar soja”, toda una contradicción.
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En el Centro Cultural Paco Urondo de la Ciudad de Buenos Aires, con la presencia Juan Grabois, los diputados nacionales Itai Hagman, Natalia Zaracho, y Federico Fagioli, la legisladora por CABA Ofelia Fernández y demás parlamentarios municipales de esta fuerza sesionó el congreso del Frente Patria Grande. Quienes se disponían a avanzar con la ruptura del bloque del Frente de Todos en la Cámara baja presentaron un giro de 180°. Para no avanzar con su salida del bloque, alegaron que “el espacio político discutió sobre el cambio cualitativo en la situación política nacional tras el intento de asesinato a Cristina Fernández de Kirchner, siendo esa la razón principal para suspender la definición de un egreso de la bancada oficialista”.
Sin dudas el atentado que quiso perpetrar Fernando Sabag Montiel contra CFK es un hecho repudiable, el cual se debe investigar para esclarecer el accionar de este personaje con antecedentes en violencia de género y discursos anti planes sociales. Pero ese hecho puntual no significa que exista un proceso de desestabilización o el régimen democrático esté en peligro. La marcha que fue convocada por la “paz social” manifestó un acuerdo completo entre la coalición gobernante, las cámaras empresariales, la burocracia sindical y, en varios municipios, con la oposición de Juntos por el Cambio.
Ante eso, el Frente Patria Grande plantea un escenario que no es. En caso de existir un cambio cualitativo, habría que referirse al envión que imprimió el Frente de Todos al ajuste en curso tras la llegada de Massa a Hacienda. Además de los $ 128.000 millones de ajuste que se decidieron la semana pasada, ahora los pulpos sojeros recibieron un nuevo “dólar soja” a $ 200. Lejos de cambiar el rumbo denunciado por el propio Grabois, la coalición gobernante profundiza ese camino. “Le va a dar todo a los dueños del litio, los hidrocarburos y el agronegocio. A los banqueros y grupos económicos” y “en mi visión este gobierno va perdiendo su carácter popular y adoptando un carácter colonial” fueron algunas de las frases esbozadas una semana atrás por el dirigente de Patria Grande ¿Qué fue lo que cambió de eso tras el atentado? La paz social que incluye al propio FMI, a personajes como Funes de Rioja y demás extractivistas, ¿qué consecuencias positivas tiene para la gran mayoría pobre de este país? ¿Qué es lo que tienen que defender los sectores postergados de un gobierno que nos hunde en la miseria favoreciendo constantemente al 1% de los más ricos? Estas son algunas de las preguntas que seguramente faltaron a la cita del congreso de Patria Grande.
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Otro de los extractos del comunicado que hicieron circular tras la actividad del domingo reza lo siguiente: “Teniendo en cuenta la experiencia latinoamericana, el FPG se propone trabajar para desescalar la violencia, la promoción de una paz con justicia social y neutralizar las expresiones antidemocráticas promoviendo un pliego de consensos mínimos con los actores democráticos de la oposición política”. Sigamos con las preguntas: ¿Cuáles son los consensos mínimos que se pueden lograr con una oposición que propone un ajuste aun más duro que el del propio FdT? ¿Los consensos mínimos que apoyan son los mismos que negociaron Massa y De Pedro en el Consejo de las Américas con el embajador de Estados Unidos? Y los interrogantes no sólo terminan ahí, ¿cuál es el carácter progresivo que refleja el propio gobierno contando en sus filas con personajes como Berni, responsable de la represión de Guernica? También vale recalcar que los mismos funcionarios del FdT, con una cuota importante de la propia vicepresidenta han abonado a que corra la violencia y el emerger de sectores que el fin de semana pasado avanzaron en llevar a la práctica los “discursos de odio” que transcurren por estos días. Nadie puede negar lo que este gobierno ha declarado sobre las organizaciones sociales y piqueteros que salen a la calle para enfrentar el ajuste y la pauperización permanente.
Quedarse dentro del gobierno no es más que una decisión opuesta a los intereses que dice defender este frente. En uno de los acuerdos alcanzado el domingo por parte de Patria Grande se dice que decidieron “rechazar el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional” y reafirmar “su compromiso prioritario con los humildes, planteando la necesidad de sostener al interior del Frente de Todos el respeto a la principal cláusula del contrato electoral de la coalición gobernante: empezar por los últimos para llegar a todos” ¿Cómo se logra eso dentro del gobierno que defiende el acuerdo y esa es la posición de sus socios mayoritarios: Alberto Fernández, Sergio Massa y Cristina Fernández de Kirchner? Las contradicciones manifestadas por el Congreso de Patria Grande no son inentendibles, reflejan su papel de contención por “izquierda” dentro del frente peronista.
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En fin, el camino de Patria Grande, que se da con la política oficial de abonar a la “paz social” es contribuir a una política que sólo se usará contra las nuevas luchas que comienzan a emerger y que también afecta a los sectores más postergados. No hay garantía de terminar con el acuerdo espurio con el FMI y el ajuste en curso si no es por medio de la acción política independiente a la del gobierno. Grabois y compañía firmaron una paz que es la de no salir a la calle a denunciar la reafirmación conservadora del FdT.
Desde el MST en el FIT-Unidad, lejos de ser funcionales a sostener la gobernabilidad en función de los planes de austeridad, llamamos a enfrentar en las calles y todo lugar de trabajo el cogobierno con el FMI que sólo trae más ajuste. Como así también conovocamos a fortalecer nuestro partido y el frente de izquierda que integramos como herramienta de clase, con un programa político que ponga en el centro la resolución de las necesidades sociales de las grandes mayorías.