El presidente señaló en la apertura de sesiones del Congreso Nacional que el acuerdo con el FMI ya estaba casi cerrado y que sería enviado al Parlamento durante esta semana para su tratamiento. Sería un acuerdo “sin ajuste” en el cual refinanciaríamos la deuda, logrando 4 años de gracia, para crecer y recuperarnos. Los datos que han trascendido hasta ahora de las negociaciones muestran todo lo contrario.
Tarifas
Durante las últimas semanas los medios informaban que este era el principal obstáculo para que Guzmán cerrara un acuerdo. Para llegar al 2,5% de déficit fiscal que reclama el Fondo –bajando alrededor de un 4,1% el déficit del 2021, una vez descontado el Aporte Solidario y los precios excepcionales de los cereales y la soja- hace falta mantener, con toda la licuación por inflación, el gasto público en jubilaciones, pensiones, asignaciones, asistencia social, salarios estatales y transferencias a las provincias.
Pero con esto no alcanza. El Fondo exigía recortar fuertemente los subsidios a la energía que estribaron en U$S 11.000 millones en 2021 y, dado el aumento general de la energía a nivel mundial –antes de la invasión a Ucrania- de un 27 hacen subir ese subsidio a valores que estriban entre los U$S 13 mil y U$S 14 mil millones este año (1). Ahora, en medio de la guerra, este martes los precios internacionales del petróleo y gas subieron otro 20%.
El aumento del 20% en las tarifas en nuestro país a partir de marzo y la segmentación a los barrios ricos en las tarifas eléctricas (representaron U$S 7.000 millones de subsidios en 2021), no significan ningún cambio sustancial. Al final, la supuesta puja entre Guzmán y el Fondo terminó en que Fernández anunciara que los aumentos no van a superar el Coeficiente de Variación Salarial, como lo indicaba la vetada por Macri, ley 27.443. El aumento no debería superar el 80% de ese índice, en el 2021 el tope fue del 41%.
Pero ese índice, el Coeficiente de Variación Salarial, de acuerdo al INDEC, fue del 53,4 % de diciembre 2020 a diciembre 2021. Entonces estamos hablando de aumentos superiores al 42%. ¡Flor de tarifazo es el que nos aplicarán a la inmensa mayoría de los trabajadores y de la clase media! Siempre y cuando se tomen los valores del 2021. Si se toman los que se proyectan para empatar a la inflación proyectada para 2022, que según los analistas parte del 55% y para los más pesimistas hasta podría arañar el 70%, crisis mundial mediante, los números serán muy superiores.
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Más ajustes
Sin embargo, la disparada de los números de la energía hace que los analistas del sector (2) hablen de que haría falta un 60% de aumento general para que los subsidios no aumenten y debería llegar al 140% para reducirlos un 0,6% del PBI, como era la exigencia pedida por el Fondo.
Para llegar al 2,5% de déficit fiscal no alcanza con semejante tarifazo. Necesitan seguir recortando. Por eso el ministro de Desarrollo Social, Juan H. Zabaleta anunció que no habrá más altas en los planes sociales, que encima siguen perdiendo poder adquisitivo contra la inflación. Su anuncio es coincidente con los que señalan que, entre el presupuesto de Desarrollo Social y los gastos excepcionales de la pandemia se gasta un 1% más del PBI que hay que recortar, son 500.000 millones de pesos.
Así, se trata de rascar la olla para achicar y sacar recursos para pagar al Fondo. El revalúo inmobiliario, la eliminación de transferencias “discrecionales” a las empresas estatales y provincias o el estudio para revisar el sistema previsional son posibles ajustes mencionados en el documento borrador del acuerdo conocido la semana pasada. Si bien todavía no tienen forma, apuntan en el sentido de achicar el déficit, reduciendo presupuestos y que queden más dólares para el Fondo.
Inflación
Fernández afirmó que es “multicausal”, que influye la “inflación mundial de los alimentos”, que “la heredamos” de Macri y que hay “muchos factores” que “tienen que ser atacados coordinadamente”. Algunos medios señalan que en el acuerdo con el FMI se pactaría una rebaja del 5% anual.
Lo cierto es que necesitan estos niveles de inflación para bajar el déficit fiscal licuando los presupuestos estatales. Aunque algunos salarios o jubilaciones terminen a fin de año empatados con el índice inflacionario, mes a mes el aumento incesante del índice desvaloriza y licúa el poder adquisitivo de jubilaciones y salarios estatales, mientras muchos presupuestos son sub ejecutados.
Pero además, el aumento del dólar pautado va a presionar sobre los precios, para que siga el curso del aumento inflacionario, no se aumente la brecha y el Banco Central tenga que salir a gastar divisas para contenerla.
El aumento de los alimentos que exportamos es una buena noticia para los empresarios que se llenan de plata y para los dólares que le quedan al Estado para pagar la deuda, pero con un sistema de “precios descuidados” como el que existe significan precios de alimentos en dólares impagables para cualquier trabajador. Se calcula que el aumento de los alimentos puede llegar de marzo a marzo de este año al 63%.
“Para poder pagar hay que crecer primero”, señaló Fernández; sin embargo, las proyecciones de crecimiento para este año están muy lejos del 10% de rebote del 2021, o del 4% pautado por Guzmán para el 2022 en el proyecto de presupuesto para este año. Ahora se habla de un 2% a 2,5%. Las tasas de interés que ya vienen subiendo por exigencia del Fondo tienen que seguir aumentando para ser positivas. Esto encarecerá el crédito. Analistas como Alejandro Bercovich señalan que está en estudio liberar las tasas que cobran las tarjetas de crédito, como en la época de Macri.
Estos aumentos de las tasas sumarán enormes intereses a la bola de Leliqs – 4,5 billones de pesos- y pases, entre otros instrumentos que utilizaba el gobierno para neutralizar el efecto inflacionario de la emisión. Ese recurso de financiamiento, ahora que la emisión monetaria bajará del 3,7% del PBI al 1% exigido por el Fondo crecerá exponencialmente. Si en el 2021 se pagó en pesos una suma que a valor dólar significó alrededor de U$S 13.000 millones en concepto de intereses de estos instrumentos, en el 2022 esta cifra aumentará, incrementando el llamado déficit cuasifiscal, con el que la presidencia de Fernández aumentó la deuda pública en pesos en alrededor de U$S 30.000 millones.
Menos recursos y más deuda
Aunque Guzmán habría reclamado que el primer desembolso del FMI oscilara los U$S 15.000 millones para arrancar con un colchón de plata, los economistas sostienen que apenas llegarán U$S 7.500 millones en el primer desembolso. De esta cifra U$S 2.800 millones serán para pagar el vencimiento del 22 de marzo y U$S 4.500 millones serán en concepto de la devolución de los DEGs con que el gobierno pagó los vencimientos de capital del Stand By de Macri. Servirían para fortalecer las reservas líquidas, actualmente en niveles cercanos a 0, y avanzar en la meta de U$S 5.800 millones para este año, que es el nivel de reservas que exige el Fondo.
El Banco Mundial ya anunció un crédito por U$S 2.000 millones que viene con condicionamiento sobre la modalidad de planes sociales que fomenta y Fernández, con alegría, anunció que los chinos nos darían más swaps (las estimaciones hablan de un valor equivalente a U$S 3.000 millones), con los cuales se podrían pagar importaciones desde China y otras deudas con esa potencia asiática. Lo que no dijo Fernández es que mientras le reclama al Fondo que le baje la tasa anual usuraria de intereses del 4%, los swaps de China tienen una tasa que oscila entre el 7 y 8%.
Una economía destinada a juntar dólar sobre dólar para pagar al Fondo y los buitres privados
Mientras que algunas medidas como el aumento de las tasas pueden tener un efecto recesivo y desalentar el consumo local (ya muchos analistas afirman que eliminarán o se reducirán mucho los incentivos tipo Previaje o los créditos a tasa negativa), hay un fuerte empuje para exportar. Fernández dice que quiere llegar a U$S 100.000 millones de dólares de exportaciones este año contra U$S 84.000 millones de este 2021. Por eso, a parte de las exportaciones del agro, Fernández habló del Litio y del hidrógeno verde, extractivismo al palo.
Los bajos salarios y jubilaciones, que seguirán conservando una importante pérdida del poder adquisitivo no mejorarán frente a la inflación galopante y a una distribución del ingreso que en medio del “crecimiento”– en realidad rebote del 2021- perdió varios puntos contra el aumento en la distribución de la torta de ganancias de la economía con los grandes empresarios.
Reformas estructurales
No están escritas en el acuerdo, pero si la creación de nuevo empleo es en condiciones de precariedad laboral, como ha sido en el año que pasó; si los empleos propuestos por Desarrollo Social para los beneficiarios del Potenciar Trabajo son al valor del miserable salario mínimo, pagándole el Estado a la patronal durante un periodo la mitad del salario y reduciendo los aportes patronales , lo que aparte es un ataque a los convenios de los trabajadores gremiales; si nadie te pide que te jubiles y “nadie te obliga a retirarte”, pudiendo trabajar hasta los 70, está claro para donde van.
Dijo Fernández que el acuerdo “no doblega nuestra soberanía. Somos nosotros los que decidimos”, pero “hay que extremar nuestros esfuerzos ante un acreedor poderoso”. Las inspecciones de los técnicos del FMI serán cada tres meses, y si el FMI observa que no se cumplen los ajustes pactados no reconocerá los waver solicitados por el país y pueden suspender los pagos, colocando al país en default. Tendrán la última palabra, cogobernarán la economía y serán los que decidan en última instancia.
Así mismo expresó que “es un acuerdo sin políticas de ajuste. No queremos más ajustes. Nunca defendimos los ajustes”. Fernández se olvidó que cuando pague los próximos vencimientos el país ya habrá pagado U$S 10.000 millones de dólares al FMI del fraudulento crédito que solicitó Macri. Casi un cuarto de la deuda total, pagando puntualmente cada vencimiento, sobre la base de que en el país existen jubilaciones de indigencia, hay 40% de pobres y los salarios están rezagados entre un 20 y un 30% contra la inflación. Si eso no es ajuste…
“Este acuerdo tampoco releva al Poder Judicial de avanzar en esa investigación”, Fernández y el Frente de Todos se cansaron de denunciar la estafa, la ilegalidad, la fuga de capitales del crédito Stand By contraído por Macri, con la total complicidad de los funcionarios del FMI y el gobierno de Estados Unidos que violaron todos los estatutos del organismo. Ahora reconocen la estafa al llegar a un acuerdo con el estafador acreedor, el FMI y los que fugaron la plata, que son empresas y funcionarios conocidos, están libres haciendo negocios. El Banco Central ya hizo pública la lista de las empresas favorecidas en las maniobras financieras, entre ellas figuran varias amigas de este gobierno.
¿Qué utilidad tiene un reclamo judicial, ante una justicia también cómplice, si se está refinanciando el pago de la estafa? Una sola, darle algo de letra a los que protestan para la tribuna mientras les pagamos dólar sobre dólar de una de las estafas más grandes en la historia del país y de este organismo financiero del imperialismo.
- Datos del artículo El gobierno tiene problema para bajar los subsidios, publicado en Clarín del 19/02/2022.
- Artículo Alberto Fernández confirmó que las tarifas estarán atadas a la evolución de los salarios, publicado en Ámbito Financiero el 01/03/2022.