Hoy se conoció el veredicto del jurado popular en el juicio a Jorge Nicolás Martínez por el femicidio de Fátima Acevedo, siendo hallado culpable. El mismo tuvo lugar en los Tribunales de Paraná desde el 22 de febrero hasta el día de hoy.
Dentro del edificio de Tribunales se desarrollaba el juicio por jurados donde se decidía el destino de Martínez, mientras tanto puertas afuera, desde las 8:30 de la mañana se agruparon diversas organizaciones y personas autoconvocadas a la espera del veredicto.
Los cantos de protesta haciendo enfoque en la responsabilidad de la Justicia y los gobiernos no se hicieron esperar, denunciando la falta de inversión estatal en políticas públicas para combatir la violencia de género, en concordancia con todas las instancias que atravesó Fátima que no le dieron ninguna respuesta: había realizado 6 denuncias por violencia de género.
El jurado popular, conformado por 12 ciudadanos, 6 hombres y 6 mujeres, declaró culpable a Martínez por los tres delitos que se le imputaban: el primero, sucedió el 31 de enero de 2020 en el domicilio en el que convivían, cuando él intentó arrojarle ácido muriático en la cara. Además, la intimidaba afilando cuchillos delante de ella.
El segundo hecho es el que se dio el 2 de marzo del mismo año, cuando Fátima ya se encontraba desaparecida y Martínez intentó realizar una extracción de dinero con la tarjeta de cobro de Fátima, sin poder concretarlo.
El tercero tiene que ver con lo ocurrido el 1 de marzo de 2020, donde Martínez termina con la vida de Fátima. La mata por estrangulamiento y la arroja a metros de su casa, en un aljibe. El lunes se conocerá la sentencia definitiva, donde se decidirá la condena para Jorge Martínez.
Las fallas estatales y judiciales
Fátima había denunciado en reiteradas oportunidades a Martínez. Se le aplicó una perimetral que el femicida violó, luego le proporcionaron el botón antipánico; pero ninguno de estos dispositivos fueron suficientes. Incluso había buscado ayuda en la Casa de la Mujer, institución en la que se encontraba alojada y que depende de la Municipalidad de Paraná. Aquí debían velar por su seguridad e integridad, cosa que no sucedió. Los audios que se dieron a conocer públicamente de Fátima hablando con una amiga acerca de la incompetente actuación de la Justicia son contundentes, graficando de la manera más cruda la desesperación y el abandono al que están sometidas las víctimas, incluso llegando a proyectar su propio final en manos del femicida. “Puede ser que cuando termine muerta por culpa de él, la policía y el juzgado y toda la mierda que tienen que hacer algo, puedan hacer algo. Mientras tanto, tendremos que seguir pagando las consecuencias con el gordo”.
En un segundo audio denuncia directamente la complicidad de la Justicia y la policía con Martínez, práctica que no nos sorprende, ya que en múltiples casos de violencia se repite el mismo patrón: la protección de la policía y de la Justicia para con el violento, dejando nuevamente a las víctimas sin poder confiar en ninguna de las instituciones. “Yo estoy podrida de cagarlo denunciando y que la policía no haga nada, ni la policía ni el juzgado ni nadie. Ayer fui al juzgado a ver qué es lo que había pasado con las últimas denuncias que yo había hecho, que nunca me llegaron los papeles de las órdenes de restricción ni nada, y ¿qué me dieron? Un papel del año 2018 que no me sirve ni para mierda. Encima como andaba con la cabeza recontra embolada me di cuenta recién ayer cuando llegué a casa, ya no sé qué hacer. No veo la hora de que ese hijo de puta caiga preso y pague todo lo que está haciendo, pero como tiene gente en la policía y el juez Toloy es amigo de él y de toda su familia, nunca va a pasar nada”.
Esta era la cruda realidad que vivía Fátima y los audios se reprodujeron en todas las manifestaciones que se realizaron con la exigencia de que paguen los culpables. Asimismo, estos no fueron presentados como prueba en la causa a pesar de contener denuncias explícitas hacia la casta judicial y policial, clara muestra de la complicidad de la Justicia y el gobierno para no hacerse cargo de su competencia directa con el caso.
La responsabilidad de la Justicia, el Estado y los gobiernos, al desnudo
Sobran los motivos para una vez más enfocar los reclamos y exigencias en el Estado y la Justicia. Así lo expresó la dirigente de Juntas y a la Izquierda y el MST, Nadia Burgos: “Esta sentencia de culpabilidad demuestra lo que en las calles ya gritamos, Martínez asesinó a Fátima porque el Estado la abandonó. Este paso fundamental en el camino por justicia por Fátima tiene que seguir con la renuncia de los responsables estatales de este femicidio. Moritan, Dato, Ingleson, Maslein y García son responsables, nosotras no olvidamos”.
La responsabilidad directa de los funcionarios es imposible de disimular, habiendo fallado todos los dispositivos para garantizar la protección de la víctima, es por esto que es clave que el movimiento feminista y disidente y la ciudadanía en general se vuelquen a las calles este 8 de marzo para exigir que no haya ni un femicidio más.
Para esto se debe cambiar de lleno a la Justicia, para que deje de ser una institución machista y patriarcal y en su lugar, opere en favor de las necesidades del pueblo, a través de la elección popular de jueces y fiscales con mandatos revocables.
Además es necesario hacer eje en el presupuesto irrisorio que se destina desde el gobierno para combatir la violencia de género, las mujeres y disidencias no podemos ser el último orejón del tarro ni vamos a conformarnos con una partida del %0,074 para el Ministerio de Mujeres y Disidencias del presupuesto 2021.
Hay que seguir organizando la bronca y transformarla en lucha, con reclamos y exigencias en estos ejes, para poder terminar con la violencia machista. Necesitamos que la ESI se aplique de manera integral en todas las instituciones y que la Justicia deje de ser el ente burocrático y corrupto que conocemos y realmente se ponga a disposición de las necesidades de la población.
Violeta González