domingo, 5 mayo 2024 - 18:24

Ex montonero. Labraña defiende la teoría de los “dos demonios”

Días atrás, reporteado por Alejandro Fantino en Intratables, el ex militante montonero Luis Labraña insistió en negar la cifra de 30.000 desaparecidos. Medios como La Nación, Radio Mitre, Infobae o el periodista Luis Novaresio reprodujeron los dichos de este nefasto personaje, que desde hace años repite las mismas mentiras.

Las frases de Labraña no son nuevas. Las repite desde que en 1994 retornó al país desde Holanda, donde se exilió en 1977. Según él, se inventó la cifra de 30.000 en una reunión en Ámsterdam con familiares de desaparecidos y referentes de las Madres de Plaza de Mayo, que buscaban ayuda, para favorecer los aportes.

Para este oscuro personaje, la cifra real sería de 8.000, tal como sostienen defensores de la reconciliación con los genocidas, como Darío Lopérfido, ex secretario de Cultura porteño del macrismo o Graciela Fernández Meijide, madre de un desaparecido y ex figura política de la Alianza que encabezó De la Rúa.

En ocasión del 24 de marzo de 2006, el periodista de investigación Hugo Alconada Mon sostenía: “30 años después del golpe militar, nuevos documentos desclasificados muestran que los militares estimaban que habían matado o hecho desaparecer a unas 22.000 personas entre 1975 y mediados de 1978, cuando aún restaban cinco años para el retorno a la democracia. El cálculo aportado por militares y agentes argentinos que operaban desde el Batallón 601 de Inteligencia a su par chileno Enrique Arancibia Clavel, aparece entre los documentos que logró sacar a la luz el Archivo de la Seguridad Nacional de la Georgetown University, y a cuyas copias accedió La Nación”1.

Cuestionar el número de 30.000 desaparecidos, estandarte de la ejemplar lucha por justicia que hasta hoy logró condenar a 1.030 genocidas2, no es solo revisionismo histórico; busca deslegitimar esa pelea y favorece la impunidad de los genocidas y sus cómplices: políticos, empresarios, jueces, religiosos, burócratas sindicales, etc. Es parte de una campaña que intenta confundir a la opinión popular y retrasar juicios y condenas a responsables de delitos de lesa humanidad bajo el terrorismo de Estado 1975-1983.

Pese a todos los logros, buena parte de los represores condenados goza del injusto beneficio de la prisión domiciliaria. Incluso el gobierno nacional, que se dice defensor de los derechos humanos, se sigue negando a abrir los archivos secretos de la dictadura y el propio presidente el año pasado llamó a “dar vuelta la página”, eufemismo de la política de reconciliar al pueblo con las Fuerzas Armadas.

En su campaña para encubrir el terrorismo de Estado como una guerra entre dos demonios, la guerrilla y las FF.AA., Labraña visitó junto a Cecilia Pando a genocidas presos en Campo de Mayo, ¡y hasta compartió un asado con los asesinos de sus ex compañeros de militancia!

En tiempos en que los Milei, Espert y sus socios niegan el genocidio, reivindicamos la lucha de toda la militancia de los ’70 que dio su vida por una Argentina sin opresión ni explotación. Por las luchas de nuestro pueblo contra los genocidas, la impunidad y la represión de ayer y de hoy, repetimos: Son 30.000. Fue genocidio. ¡Compañeras y compañeros detenidos-desaparecidos, presentes! ¡Ahora y siempre!

1 Alternativa Socialista, 16/11/16.

2 Por el genocidio nazi, 300 veces superior al argentino en cantidad de víctimas directas, apenas se condenó a unos 130 jerarcas.

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